La Defensoría del Pueblo detectó varias deficiencias durante una visita que efectuó al Centro de Atención Integral de Tocumen (CAI Tocumen), donde se atiende a 20 menores de edad en riesgo social.
El objetivo de la inspección era conocer las condiciones actuales de esta población y las instalaciones, así como la activación de programas y actividades establecidas a partir del cambio de administración.
En este centro de atención de menores, que actualmente está a cargo de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf), hace más de un año se denunciaron anomalías que iban desde supuestos maltratos hasta agresiones sexuales y malos manejos del subsidio otorgado para el funcionamiento del albergue. Cuando se hicieron las denuncias, el lugar era administrado por una oenegé.
En un informe elaborado a propósito de la inspección, la Defensoría precisa que se debe asegurar que todos los niños y adolescentes sean ingresados al sistema educativo, incluyendo a aquellos que tiene alguna discapacidad, a través de la implementación de herramientas de aprendizaje con un enfoque diferenciado, a cargo de personal idóneo.
“Es necesario que, de cara al regreso a clases presenciales, Senniaf en conjunto con el Ministerio de Educación creen mecanismos de inserción de la población de los albergues en los centros educativos para que puedan convivir con sus pares fuera del centro”, dice el documento.
También se menciona que actualmente el CAI tiene una población de menores de edad con diversas discapacidades, y el centro no posee equipo especializado de intervención para atender estas situaciones, lo cual puede ser evitado con la división de la población en otros espacios, según las necesidades y características de cada menor de edad.
En esa misma línea, el equipo técnico de la Defensoría subrayó que el centro no cuenta con un programa de actividades de esparcimiento diarias dirigido a los niños, niñas y adolescentes, por lo que instaron a la creación de actividades recreativas que promuevan el desarrollo de sus habilidades, y a la celebración de convenios con otras instituciones para que doten de personal o voluntarios que faciliten estas actividades recreativas.
Salud y estructura
Otros dos temas que fueron evaluados por la entidad de derechos humanos durante su recorrido el pasado 6 de diciembre fueron la atención médica a los menores de edad y las condiciones del albergue.
En lo que respecta a la salud, pudieron conocer del programa de atención médica del centro, a cargo de médicos residentes provenientes del Hospital José Domingo de Obaldía. En ese contexto, instaron a la Senniaf a que continúe implementando este programa con el Ministerio de Salud para garantizar la atención médica de esta población y que pueda asignarse un o una asistente de enfermería de apoyo al equipo actual.
En cuanto a las instalaciones del CAI Tocumen, señalaron que es “urgente” la remodelación del techo de la sección de aulas, donde se imparten los módulos educativos, ya que se encuentran expuestos materiales de fibras de vidrio a punto de desprenderse, que representan un riesgo para la salud de todas las personas que se encuentran en el centro.
Además, la Defensoría recomendó consolidar una estructura administrativa, técnica y de cuidadores estable en el centro, ya que, por los constantes cambios de personal, se genera, a su vez, inestabilidad emocional a los niños, niñas y adolescentes albergados y una falta de seguimiento a las estrategias de atención de cada caso.
Los avances
Sobre los señalamientos de la Defensoría del Pueblo, la Senniaf respondió que el CAI Tocumen ha reflejado una disminución de la población atendida, la cual en el mes de febrero de 2021 superaba a los 60 menores de edad; y para el mes de diciembre sólo mantenía 19 niños en atención.
Según la Senniaf, la reducción en el número de menores es un “logro” que ha sido producto de la gestión individualizada que se ha dado a los expedientes de los niños, niñas y adolescentes. Agregan que esto ha permitido que regresen a sus familias nucleares o consanguíneas, garantizando el derecho a la convivencia familiar que tiene la niñez y adolescencia.
En ese contexto, precisaron que el 12 de noviembre de 2021 se realizó una mesa técnica de protección, en la que se actualizaron 18 expedientes de los más de 19 niños, niñas y adolescentes que se encontraban para esa fecha en el centro. Dicha actualización fue individualizada y llevada a cabo por 11 profesionales de las ramas del Derecho, Psicología y Trabajo Social.
“Cabe resaltar que se ha reforzado el personal humano del CAI Tocumen en comparación a febrero, donde en la actualidad se cuenta con la presencia de un administrador técnico con un pensum curricular como Psicólogo, y con especialización en Niñez en Riesgo Social”, manifestó la Senniaf.
Por otra parte, detallaron que en reuniones realizadas entre la directora general de la Senniaf, Graciela Mauad, y la directora general de la Secretaria Nacional de Discapacidad (Senadis), Iris Mercedes González de Valenzuela, se obtuvo la aplicación de los protocolos de atención a los niños, niñas y adolescentes en condición de discapacidad, especialmente a los que residen en el CAI Tocumen. Esto permitirá al personal brindar las atenciones y cuidados con el acompañamiento articulado de la Senadis.
Finalmente, la Senniaf anunció que se cuenta con un inmueble que le cedió la Unidad Administrativa de Bienes Revertidos (UABR) en el mes de septiembre, el cual se encuentra en proceso de adecuación y será utilizado para albergar a la niñez y adolescencia que se encuentra en el CAI Tocumen.
Dicho inmueble será convertido en un Centro Modelo de Atención Especializada, dividiendo a la población en dos secciones: áreas de 0 a 10 años y 11 a 17 años.


