Champlain Towers, el edificio que se derrumbó el jueves en Miami, estaba en obras de remodelación, ya que, siguiendo los lineamientos de seguridad del condado de Miami-Dade, debía recibir una recertificación este año. Además, se había hundido ligeramente, al menos en la década de 1990, según un estudio divulgado a propósito de la tragedia y en momentos en que aumentan las interrogantes sobre las causas de tan rara tragedia.
El edificio —construido en 1981, con 130 viviendas— estaba en proceso de renovación, en particular en el tejado, dijeron las autoridades locales el jueves por la mañana, que descartaron que esas obras pudieran haber causado el desastre.
La atención se centró entonces en un estudio de 2020 que mostraba que el edificio sufrió un hundimiento “muy sutil” en la década de 1990, a un ritmo de unos 2 milímetros al año entre 1993 y 1999.
Uno de los autores del estudio, Shimon Wdowinski, profesor de la Universidad Internacional de Florida (FIU), dijo a la CNN que no sabía “si el colapso era predecible”.
“Por sí mismo, el hundimiento no provocaría el colapso de un edificio”, explicó su universidad en un comunicado parafraseando al investigador.
“Pero en este caso, la señal [de hundimiento] está muy localizada en este edificio. Eso significa que no es necesariamente el edificio el que se ha hundido en el suelo. Podría ser que el edificio se hundiera sobre sí mismo, si hubiera daños estructurales en el edificio”, explicó ayer en la CNN.
El hundimiento del terreno medido en Miami es mucho más lento que en otras partes del mundo también estudiadas por Wdowinski, como Ciudad de México, que se hunde 38.1 centímetros al año, casi 2 mil veces más rápido, según el comunicado de la institución.
“No le dimos demasiada importancia”, dijo Wdowinski a USA Today, afirmando que le parecía poco probable que los funcionarios de la ciudad conocieran el estudio antes del derrumbe.
Pero unos pocos milímetros, “cuando se suman a lo largo de muchos años, son una gran cifra”, dijo Matthys Levy, profesor de ingeniería de la Universidad de Columbia, citado por USA Today.
Y cuando una parte del edificio se derrumba, suele crearse una reacción en cadena, como en los atentados del 11 de septiembre, señala.
“No se detiene, es imparable. (...) No hay ningún elemento [en la estructura] lo suficientemente fuerte como para contener el colapso”, dijo Levy, refiriéndose a un mecanismo de “cascada”.
Los medios de comunicación estadounidenses también informaron que el propietario de una vivienda del edificio había presentado una denuncia en 2015, según la cual una pared exterior estaba afectada por grietas y daños causados por el agua.
Se espera que la investigación sobre las causas de la tragedia se prolongue en cualquier caso.
“En estos casos, los ingenieros de estructuras (...) miran los planos, cómo se construyó el edificio, toman muestras de acero, de cemento, buscan signos de corrosión”, precisó otro experto de la FIU, Atorod Azizinamini, especialista en infraestructuras.
Se trata de un proceso que “lleva tiempo” y que no se completará en unos “días” o “semanas”.
Al cierre de esta edición, un total de 159 personas están desaparecidas y cuatro murieron producto del colapso de la estructura residencial, según la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava.