Perú amaneció ayer con un Congreso atomizado, tras las elecciones legislativas extraordinarias del domingo.
La mayor sorpresa de los comicios fue la irrupción del Frepap, grupo evangélico fundamentalista cuyos líderes usan barba y visten túnicas, que logró 16 escaños, según las proyecciones.
El nuevo Congreso, con mandato de 16 meses, sustituye al disuelto en septiembre de 2019 por el presidente Martín Vizcarra.
Ocho partidos aseguraron bancadas, ninguna hegemónica, pues ninguno obtuvo más del 10%, según el conteo oficial del 60% de los votos. Los grandes derrotados son Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, que de 73 escaños en 2016 se quedaría con apenas 12, y su aliado APRA, del fallecido expresidente Alan García, que se quedó fuera.
La primera fuerza sería Acción Popular, con 24 escaños, seguida de Alianza para el Progreso, con 18 bancas.
