‘El juega vivo termina afectando a todos’

‘El juega vivo termina afectando a todos’


Las medidas sanitarias implementadas en el país para controlar la transmisión de la enfermedad Covid-19 tienen un factor que se interpone en su camino: el comportamiento social de la población.

Así fue advertido en el informe “Observatorio Social sobre el Comportamiento de Covid-19 en Panamá”, del Centro de Investigaciones Científicas de Ciencias Sociales (Cenics), en colaboración con docentes de la Universidad Santa María la Antigua (USMA) y miembros del Sistema Nacional de Investigación de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, que plantea que la población sería el principal transmisor del virus.

El documento, publicado a finales de marzo pasado, dos semanas después de que el virus llegó al país el 9 de marzo, concluye que el comportamiento social disfuncional y las acciones individuales de “el juega vivo” terminan afectando a todos: “el que sigue las indicaciones, y el que no las sigue”.

Luis Carlos Herrera, científico del Cenics, explicó que las dinámicas sociales son muy complejas, y lo que hicieron fue dividir en dos momentos lo que estaba ocurriendo en la sociedad. El primer momento fue cuando empezaron los anuncios de los primeros casos y toda la campaña para prevenir el contagio generó un comportamiento individualista. Y el segundo momento fue cuando comenzaron a incrementarse las medidas por parte de las autoridades, pero socialmente esto va en contra del imaginario colectivo del panameño que, por ejemplo, es de ir al centro comercial dos veces a la semana y no le gusta que le digan qué puede o no puede hacer. El modelo utilizado explicó un 84% del comportamiento de la población, y dejó de explicar un 16% .

Tres meses después de la publicación, el problema es más complejo, ya que el virus llegó, mutó y se estableció, y no se logra controlar la crisis sanitaria en el país.

Herrera indicó que los problemas y comportamientos sociales influyen en la crisis sanitaria, y no se cambian a corto plazo, ni con leyes o disposiciones. Es un proceso a largo plazo, que involucra a todos los actores sociales, remarcó.

Subrayó que este comportamiento de la población obedece a que hay familias ausentes de valores, civismo, respeto a la autoridad y en las que prolifera el juega vivo; y la educación no responde a las necesidades de formación integral.

Además, añadió Herrera, la impunidad y corrupción tienen su papel, porque se cometen delitos, se denuncian, y no se castiga a nadie. Ante ese mensaje, afirmó, la población pierde el respeto a la autoridad y se ignora el cumplimiento de las normas.

No obstante, el investigador sostiene que la exclusión social, la desigualdad y la pobreza son la columna vertebral del problema que lleva a las personas a incumplir las medidas establecidas, porque se ven en la necesidad de salir para obtener alimentos para sus familias.

De hecho, los informes del Ministerio de Salud (Minsa) demuestran que el incremento de casos se reporta en corregimientos de las provincias con mayor cantidad de pobres multidimensionales: Panamá, con 133 mil 237 personas en esta condición, y Panamá Oeste, con 92 mil 980, según el Índice de Pobreza Multidimensional de Panamá de 2017.

Otros factores

Desde el punto de vista científico, el virus avanzó porque hay una transmisión comunitaria importante –el país nunca llegó a un 10% de positividad de las pruebas; el promedio de junio es 30%– y poca capacidad para detectar rápidamente los casos y contactos. (Ver gráfica).

Néstor Sosa, infectólogo y exdirector del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud, explicó que la liberalización de las medidas de distanciamiento físico, y la reapertura de las actividades económicas trae consigo el riesgo de un aumento en los casos.

Añadió que esto ha sido evidente en diversos países que, tras implementar medidas estrictas del movimiento de personas y relajarlas, han experimentado un rebrote. “El efecto no solo se debe a la apertura económica sino a la percepción de disminución de riesgo por parte de la población cuando se empieza a normalizar la actividad”, apuntó Sosa.

La socióloga Rubiela Sánchez expresó que existe entre la población poco temor al virus, porque no han tenido una experiencia cercana y no hay conciencia de riesgo.

Recordó que hay personas que no tienen para darle de comer a sus hijos, y prefieren aprovechar los pocos recursos de los que disponen para suplir sus necesidades básicas que para comprar una mascarilla.

Recientemente, Javier Nieto, infectólogo y miembro del Comité Asesor por Coronavirus del Minsa, dijo que una de las razones del aumento de caso es que desde antes que se abriera el bloque 1 de actividades económicas, ya había alrededor de 500 mil personas circulando amparadas en salvoconductos, a las que luego se sumaron las personas que retomaron sus labores con la reactivación del bloque 2, y las que se dedican a la economía informal, que tienen la necesidad trabajar para sobrevivir.

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