Panamá invierte un estimado de 0.20% del producto interno bruto (PIB) en investigación y desarrollo, cuando la meta establecida en el Plan Estratégico de Gobierno es llegar a un 1% en este quinquenio.
La cifra es mayor que la estimada en 2017, cuando era de 0.15%, sin embargo, es insuficiente para llevar adelante una serie de proyectos que tiene la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud.
El secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Víctor Sánchez Urrutia, sostuvo que el presupuesto para 2021, de $43.6 millones, le permite a la entidad continuar las acciones que han llevado a la fecha, como financiamiento de investigaciones, pero limita la oportunidad de ejecutar nuevos proyectos, como la creación del centro de búsqueda y producción de vacunas.
El Gorgas, con un presupuesto de $41.7 millones, espera comenzar la construcción de su nueva sede.
Bajo presupuesto, un escollo para el avance de la ciencia
El presupuesto para 2021 de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges), dos entidades dedicadas al desarrollo científico del país, no suma $100 millones.
Lo anterior, a pesar de que en estos ocho meses de pandemia una ha estado detrás del financiamiento de investigaciones científicas, y la otra en la realización de pruebas de diagnóstico de la Covid-19, asi como en la búsqueda de evidencia científica sobre el virus emergente SARS-CoV-2.
La Senacyt tendrá un presupuesto de $43.6 millones, de los cuales $37.5 millones son para inversión y $6.1 millones, para funcionamiento. El instituto Gorgas dispondrá de $41.7 millones que serán distribuidos así: $27.7 millones para inversión y el resto, $14 millones, para funcionamiento. El presupuesto total, entre ambas entidades, es de $85.3 millones.
El presupuesto para la Senacyt no es el requerido, ya que la institución solicitó $72 millones y recibió $28.4 millones menos. Incluso, recibió $12.6 millones menos que lo asignado para 2020, que fue $56.2 millones.
Retraso de proyectos
La situación ocasionará que la Senacyt retrase varios proyectos, como la creación de un centro de búsqueda y fabricación de vacunas en el país.
Víctor Sánchez Urrutia, secretario nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, explicó que el presupuesto para 2021 les permite continuar las acciones que han llevado a la fecha, como financiamiento de investigaciones, pero limita la oportunidad de ejecutar nuevos proyectos o ampliar los existentes que han sido exitosos, de cara a la meta establecida en el Plan Estratégico del Gobierno de llegar al 1% del PIB en inversión de ciencia, tecnología e innovación para este quinquenio.
Entre los nuevos proyectos que se retrasarán están: la puesta en marcha de un centro de búsqueda y fabricación de vacunas, un centro de investigación de tecnologías, así como un centro de investigación para producción agrícola en ambiente controlado, los cuales están en planes desde 2019.
La Senacyt no solo se encarga de financiar proyectos, sino que bajo su responsabilidad están las asociaciones de interés público (AIP), como son el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología de Panamá (Indicasat), el Centro Nacional de Metrología de Panamá (Cenamep), infoplazas, Coiba y el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (Cieps).
Sánchez Urritia precisó que este año se destinaron $16.1 millones para las cinco AIP, y para 2021, de acuerdo con lo recomendado por la Dirección Nacional de Presupuesto, contarían con $13.4 millones para las AIP. Dijo que está solicitando una reconsideración, ya que son $2.7 millones menos.
Amador Goodridge, científico de Indicasat, calificó como insuficiente el presupuesto asignado al sector científico del país.
Recordó que un sistema de ciencia y tecnología fortalecido podría evitar el surgimiento de nuevas prioridades (emergencias), generando ahorros notables en la gestión del Estado.
“Si lo que queremos es tomar decisiones sobre prioridades nacionales basadas en evidencia, requerimos impulsar el presupuesto al desarrollo y la investigación científica. Todos estamos llamados a generar conocimiento desde nuestras organizaciones, para el bienestar y garantizar la vida de nuestras familias y nuestro país”, subrayó Goodridge.
Poca inversión
Panamá invierte en investigación y desarrollo un 0.15% del producto interno bruto (PIB), de acuerdo con los últimos datos reportados al Banco Mundial en 2017, muy por debajo del 0.42% que invierte Costa Rica, y del 0.70% que dedica en promedio la región de América Latina y el Caribe.
Ivonne Torres-Atencio, profesora y científica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, manifestó que la baja inversión en investigación y desarrollo ha limitado la generación de conocimiento que podría permitirnos adaptar la respuesta del país frente a la actual o futuras pandemias, y otros retos de carácter social o natural.
Añadió que Senacyt es la única institución pública que además de ofrecer becas por mérito para estudios avanzados (maestrías y doctorados) en todos los campos científicos, también ofrece fondos a los científicos en universidades, centros de investigación y la empresa privada para estudiar temas en salud, agropecuaria, biotecnología e ingeniería, entre otros.
Urge una nueva sede
La realidad es que hacer ciencia en Panamá no es fácil, de eso conocen los científicos del Gorgas, quienes el próximo año recibirán el presupuesto más alto desde que existe como una entidad descentralizada.
José González Santamaría, científico del Gorgas, expresó que el presupuesto del próximo año supone un incremento 2.3 veces mayor que años anteriores, sin embargo, tienen pendiente el inicio de las obras del nuevo Campus Gorgas.
Aseguró que una de las limitantes más importantes del Gorgas es la infraestructura científica. Se requiere aumentar los espacios de los laboratorios, tanto de nivel de bioseguridad 2 como 3, equipamientos e instrumentos que permitan desarrollar nuevas investigaciones en espacios más apropiados y con potencial de crecer en el tiempo.
El científico dijo que la baja inversión en ciencia y tecnología tiene un impacto negativo sobre la capacidad del país para innovar. “Esta es una de las principales razones por las que Latinoamérica no ha salido del subdesarrollo, por ello es crucial que en la próxima década el Estado dé un giro de timón, y se comience a fortalecer el sistema nacional de ciencia y tecnología con un presupuesto adecuado y cónsono con la realidad mundial”, manifestó.
