“Me siento frustrado. Llegamos a Panamá emocionados porque queríamos pasar nuestras vacaciones aquí. Teníamos todo planeado. Ahora todo se arruinó. ¿Quién paga por esto? Somos cinco [personas] que tuvimos que pagar $50 por la prueba que nos hizo un laboratorio en Tocumen, pero fui el único que salió positivo y no tengo síntomas. Pedí que me permitieran pagar para hacerme otra prueba, pero me lo impidieron”, relató un dominicano que llegó al Aeropuerto Internacional de Tocumen sin contar con la prueba de Covid-19. Debido a ello, pasó días confinado en un hotel-hospital.
Este es uno de muchos casos. Varios pasajeros describieron a La Prensa la amarga experiencia que fue para ellos llegar a Tocumen. Después de un diagnóstico positivo en la prueba de Covid-19, no tuvieron permitido practicarse una segunda prueba rápida en ese momento para confirmar el resultado. En su lugar, fueron aislados durante días en un hotel-hospital al que los llevó el Ministerio de Salud (Minsa).
Otro pasajero panameño fue testigo de posibles irregularidades: “Llegué muy tarde al aeropuerto; agotado, pero sin síntomas de Covid-19… Ah, pero estaba muy atento. Observé que la persona que me hizo la prueba –que resultó positiva– sólo se esparció alcohol en los guantes para atenderme y luego, a otro pasajero”, afirmó. Una segunda prueba, que sí logró practicarse este pasajero en un laboratorio privado, resultó negativa. Logró hacerse esta prueba –dijo– tras firmar múltiples notas relevando al Minsa de cualquier responsabilidad.
Esa fue la excepción. Numerosos turistas han sido obligados a quedarse en los hoteles-hospitales en espera de un segundo diagnóstico. “¡Fui prisionero por siete días en un hotel. Yo no pensé que se iban a equivocar así! Había leído que la prueba es muy confiable, pero depende de cómo la toma la persona, que debe estar capacitado, [y] que no se mezcla con otras pruebas. Yo creo que en el aeropuerto, tal vez, no están haciendo las cosas como se debe”, expresó un estadounidense –sin síntomas– que salió negativo en la segunda prueba practicada por el Minsa.
“Me hicieron una mala jugada en Panamá, me tuvieron como prisionero. No me trataron mal, pero me obligaron a estar ahí [en un hotel-hospital] por siete días, por una prueba que [lo] más probable, estoy casi seguro, era errónea”, resaltó. Al salir de su cuarentena, esta persona decidió quedarse otros dos días en Panamá. Cuatro días después, arribó a su país y se practicó una prueba de Covid-19 antes de retornar a su trabajo. Ahora resultó positivo. “Tengo fiebre y dolor de garganta. Creo que me contagiaron en el aeropuerto”.
“Me hicieron una mala jugada en Panamá, me tuvieron como prisionero. No me trataron mal, pero me obligaron a estar ahí [en un hotel-hospital] por siete días, por una prueba que [lo] más probable, estoy casi seguro, era errónea”#LaPrensaSecuestrada https://t.co/HH2GLf5UBt pic.twitter.com/WfzGfpBhBh
— La Prensa Panamá (@prensacom) December 21, 2020
La Prensa consultó a varios pasajeros que dieron positivo en la prueba aplicada a su llegada a Tocumen. Todos se quejaron del “hacinamiento”, pues tuvieron que hacer largas filas en espacios reducidos –sin guardar distanciamiento– a fin de pagar los $50 por la prueba, obligatoria para los residentes y turistas que ingresen al país y no cuenten con un resultado de una prueba similar con un máximo de 48 horas de haberse realizado. Tras el pago de la prueba, debían esperar los resultados de esta en otro espacio reducido.
¿Quién realiza estas pruebas? Los viajeros consultados por La Prensa indicaron que en el comprobante de la transacción de su tarjeta de crédito aparece el nombre de Jers Medical Panama, Inc. (ver foto).
Al consultarle al aeropuerto sobre los laboratorios que realizan las pruebas de Covid-19, (hisopado nasofaríngeo de antígeno), informó que las aplican los laboratorios Clinilab Panamá, Medimed y Lasso de “gran trayectoria y prestigio nacional” (ver imagen).
Pero ninguno aparece en el listado del Instituto Conmemorativo Gorgas, certificados por reunir las condiciones de bioseguridad para practicar estos exámenes. Y, pese a no estar certificados, el 7 de junio pasado, Clinilab hizo pruebas rápidas de Covid-19 en sangre al director de la Caja de Seguro Social, Enrique Lau, y a la ministra consejera de Salud, Eyra Ruíz. ¿A razón de qué estos funcionarios se dejaron hacer pruebas de este laboratorio en particular?
Ese mismo día, Clinilab donó 75 de estas pruebas, pese a no contar con importaciones desde su creación (agosto de 2019), reporta la Autoridad de Aduanas. Seis días antes de la “donación”, Clinilab solicitó al Gorgas incluir su Prueba de Hisopado (PCR) a su lista de registros de reactivos para detección del Sars-CoV-2, que venció el pasado 1 de diciembre.
Sin certificación
La Prensa tuvo acceso al último listado de certificación del Gorgas, del 1 de diciembre pasado. Se trata de 31 laboratorios –públicos y privados–, “miembros de la red de laboratorios Covid-19” para el procesamiento de muestras para el diagnóstico molecular de SARS CoV-2.
En esa lista –como se dijo– no aparecen Clinilab, Medimed ni Lasso. Tampoco Jers Medical Panama.
Una fuente de una empresa proveedora informó a este medio que una concesión directa para practicar las pruebas rápidas en el aeropuerto le fue otorgada a Jers Medical Panama –pese a que esta empresa igualmente es proveedora de insumos y no un laboratorio–, pocos días antes de que el Gobierno anunciara la reapertura del aeropuerto.
Pero lo revelado por la fuente no está en la nota de prensa del Gobierno –del 9 de octubre pasado– que indicaba, además, que la prueba costaría $50 para cada viajero. Al preguntársele sobre esta omisión, el gerente general de Tocumen S.A., Raffoul Arab, se mantuvo en que solo estaban autorizados los laboratorios Clinilab, Medimed y Lasso.
Arab no mencionó una palabra de Jers Medical, mucho menos que lidera un consorcio en el aeropuerto llamado Pty Covid Free, del que, además, forman parte Minimed Corp., VMA Laboratorios, S.A., HMG Investment Corp., Ayac Laboratorios Panamá, S.A. y Phoenix Farmacéutica Panamá, S.A.
La Prensa contactó al presidente de Jers Medical Panamá, Inc., Darío Martínez, el pasado 24 de noviembre. Fue él quien reveló la existencia de Pty Covid Free, consorcio que, según dijo, empezó a operar “una vez abrió la terminal aérea”, el 12 de octubre pasado, y que el consorcio “se conformó en la segunda quincena de octubre pasado…”. Es decir, las empresas del consorcio primero empezaron a operar y luego pactaron su asociación.
“Nos unimos empresas farmacéuticas, de insumos médicos y laboratorios reconocidos”, afirmó Martínez.
El pasado 21 de octubre, Tocumen S.A. respondió preguntas –formuladas por este diario una semana antes– sobre los laboratorios que operarían en el aeropuerto y, una vez más, omitió la existencia del consorcio para hacer las pruebas, salvo los laboratorios Clinilab, Medimed y Lasso, todos de reciente creación y que empresarios con años en el sector tampoco conocen.
La Prensa insistió ante Tocumen S.A. el pasado 23 de noviembre: ¿Por qué Jers Medical cobra por las pruebas si no tiene una concesión? El 27 de noviembre respondió: “Tocumen otorgó una concesión a un consorcio operado por un grupo de empresas, Jers Medical forma parte del consorcio”. Pero omitió mencionar el nombre del consorcio, por lo que La Prensa pidió aclaraciones. Tocumen S.A. confirmó: Pty Covid Free, así como las empresas que lo conforman.
Este medio también preguntó a Martínez por qué Jers Medical hacía el cobro y no los laboratorios. El 26 de noviembre dijo, sin precisar fecha, que fue solo “al inicio” que cobraron a nombre de Pty Covid Free. Pero días después, Martínez cambió la historia: “No fue lo correcto” haber dicho que habían dejado de cobrar, ya que continuarían haciéndolo, al menos, hasta la semana pasada.
Empresa de Penonomé
¿De dónde salió Jers Medical Panamá? Según el Registro Público, fue inscrita el 12 de noviembre de 2009 en Penonomé (Coclé), con el nombre de CMM, S.A, dedicada a la construcción y cría de ganado, principalmente.
En abril de 2014, la sociedad cambió el nombre al actual y desde el 20 de julio pasado sus dignatarios son Darío Martínez (presidente) y Daniel Durán George (tesorero y secretario). El agente residente –con derecho a firma– es Alberto De La Guardia. Tras el cambio de nombre y de dignatarios en 2014, Jers Medical empezó a recibir contratos de centros hospitalarios públicos para comprarle insumos médicos. Entre junio y agosto pasado, obtuvo un registro del Instituto Gorgas para “distribuir” reactivos para la detección de Sars Cov-2.
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Para los viajeros que vienen del extranjero, Tocumen se toma en serio el prestigio de los laboratorios que hacen las pruebas fuera del país. “Yo venía con una prueba de antígeno de mi país hacia Panamá, pero no me la aceptaron en el aeropuerto, porque supuestamente no era de un laboratorio que ellos reconocían. Esto es una injusticia, no sólo por el pago que tuve que hacer, sino que me siento vulnerable de contraer el virus, porque a todos los que nos clasificaron positivos con Covid-19 nos mantenían juntos y yo ni siquiera tengo síntomas, pero otros decían que les dolía la garganta”, dijo a La Prensa un viajero procedente de Estados Unidos.
¿Qué criterio usó Tocumen para discriminar los resultados del laboratorio utilizado por este pasajero, y que, a la vez, acepte que las pruebas de ingreso al país las practiquen laboratorios locales desconocidos por empresarios del sector y que no están registrados en el Gorgas?
Todos los relatos coinciden en que el personal que hizo el hisopado estaba en un área sin suficiente separación, sin mayores medidas de bioseguridad y riesgo de contaminación cruzada.
Pero la situación se agrava para otros. Un médico local indicó a La Prensa que varios de sus pacientes son viajeros frecuentes, por su trabajo. Padecen hipertensión y asma, pero fueron trasladados a hoteles-hospitales sin permitirles hacer su cuarentena en casa. Cuando quedan en manos del Minsa, no pueden comprar directamente sus medicamentos y tampoco se los proporcionaban, reveló el galeno.
“Si la persona sale positiva en la prueba, es de humanidad aceptar que se haga un segundo análisis para su comprobación antes de ser llevado a un lugar donde se encuentran personas positivas con Covid-19”, subrayó el médico.
“Me preocupan mis pacientes. Me han contado que el personal del laboratorio que maneja estas pruebas no estaría cumpliendo con las medidas de bioseguridad. Peor, el lugar es improvisado, lo que podría provocar una contaminación cruzada”, alertó.
Residentes como extranjeros advirtieron que se les obligó a firmar documentos, como el que dice que van “voluntariamente” a los hoteles-hospitales. Y se quejaron de que no se les entrega copia de lo que firman ni siquiera el resultado de la prueba de antígeno. Y, pese a la existencia de “falsos positivos”, los pasajeros son trasladados a los hoteles-hospitales en grupos de siete en transportes pequeños, “sin mayor protección”, se quejaron.
Desde el pasado 27 de noviembre, La Prensa preguntó al ministro de Salud, Luis Sucre, si los laboratorios en el aeropuerto están certificados para operar y realizar pruebas Covid-19; si tienen experiencia en la práctica de, al menos, mil hisopados que exige el Minsa; o por qué los pasajeros no pueden hacerse una segunda prueba para confirmar el diagnóstico y cuál es la razón de no recibir tratamiento en los hoteles-hospitales si son positivos de contagio. No hubo respuestas.