Carlos Cayito García Molino es el tercer viceministro de la Presidencia en la administración de Laurentino Cortizo. El nuevo viceministro reemplazó a Juan Carlos Muñoz, quien renunció en medio de un escándalo por la compra de ventiladores con sobreprecios de entre el 700% y el 900%. Se supone que García Molino debe dar transparencia a los procesos de compra en la Presidencia, que han recibido duros cuestionamientos, y por las que decenas de miles de panameños exigen al vicepresidente y ministro de la Presidencia, José Gabriel Gaby Carrizo, su renuncia de la cartera.
Pero el que vino a poner orden -el nuevo viceministro- tiene un pasado que hace dudar del manejo que le dará a los procesos de compra. Sin importar los cuestionamientos que se le hagan, García Molino dice tener su “conciencia limpia”.
Pero en la descripción de su hoja de vida que divulgó la Presidencia no hay nada alusivo a esos años en los que sirvió de cerca a un empresario conocido por sus cuestionados y multimillonarios negocios con el Estado: Gabriel ‘Gaby’ Btesh, en especial, durante el gobierno de Ricardo Martinelli (2009-2014), y los que obtuvo en el gobierno de Martín Torrijos (2004-2009).
El presidente Cortizo, en cambio, lo describió como una persona de larga “trayectoria y experiencia” en la administración pública.
Entre sus títulos académicos destaca una maestría en auditoría forense, especialidad que habría sido de utilidad para ocupar el cargo de secretario general de la Contraloría General de la República durante la pasada administración.
Precisamente, en la Secretaría General de la Contraloría se tramitan auditorías. Una de sus funciones era “dirigir y controlar, de forma general, las comisiones de trabajo y coordinar reuniones con auditores del interior de la República”, indica el informe de gestión de la entidad de 2015.
Y en cuanto a su trabajo en la empresa privada, es decir, con Gaby Btesh, él era firmante de cuentas bancarias de, al menos, tres empresas de Btesh -considerado uno de los integrantes del llamado “círculo cero” de Martinelli.
Esas cuentas bancarias estaban vinculadas a empresas investigadas por posibles perjuicios millonarios contra el Estado panameño entre 2010 y 2014. Y García Molino, siendo funcionario de alta jerarquía en la Contraloría, firmó las auditorías efectuadas a estas empresas sin declarar conflicto de interés alguno.
Los antecedentes
Btesh contaba con varias sociedades beneficiadas con contratos estatales para el servicio de transporte aéreo.
Entre ellas, figuraban Angel Wings Life Team Inc., Cabin Corp, Heliflight Panamá y Level One Venture Everlast Aviation, todas contratadas por el extinto Programa de Ayuda Nacional y por el Ministerio de Salud. Estos contratos fueron investigados bajo la sospecha de que sus servicios nunca se ejecutaron, aunque las sociedades sí cobraron por estos, lo que habría ocasionado al Estado perjuicios que suman, al menos, unos $14 millones.
La información del posible perjuicio está contenido en las auditorías 087-012-2015-DINAG-DESASSS y 04-003-2015-DIAF, de 2015. Por este caso hay llamamiento a juicio de múltiples personas, entre ellas, cinco exministros de la administración del expresidente Ricardo Martinelli.
Junto a Btesh, García Molino era uno de los firmantes en la cuenta corriente de la sociedad Angels Wing Life Team, así como el entonces piloto de Btesh, José Rodríguez, y Mónica de Silva, hermana de este último.
García Molino -junto a Btesh- también tenía firma en cuentas bancarias de las sociedades Truck Renting Investment y Truck Logic Consulting, S.A., revelan documentos del Ministerio Público de 2015.
Ambas empresas son parte de las múltiples sociedades de Btesh que contrataron con el Estado entre 2009 y 2014.
A su vez, -y según certificación de Banvivienda- las tres sociedades de Btesh vinculadas al negocio de aviación guardan relación con otra compañía: Sicarrelle Holding. Esta empresa tiene un contrato vigente hasta este año para el servicio de limpieza en hospitales estatales. En las últimas tres administraciones, la empresa ha cobrado por sus servicios más de $40 millones.
El agente residente de Sicarrele Holding fue hasta 2019 Cort Abogados, el mismo agente de las otras sociedades que cita Banvivienda, de la que es socio Mauricio Cort, un abogado condenado por blanqueo de capitales en el caso Odebrecht, tras pactar con el Ministerio Público un acuerdo de pena.
Cort también es investigado por otros casos: blanqueo de capitales y el pago de multimillonarias coimas a funcionarios de la administración de Martinelli, con fondos proporcionados por la empresa española FCC, y que guardaban relación con proyectos viales en la ciudad capital.
Las certificaciones bancarias que relacionan a García Molino con las cuentas bancarias de las empresas de Btesh reposan en los expedientes de la Fiscalía Segunda Anticorrupción. No obstante, el funcionario no fue citado para ser investigado.
Pero la Fiscalía General de Cuentas sí lo vinculó y lo citó por la investigación del alquiler de horas de vuelo contratadas por el Estado, por ser firmante de la cuenta bancaria, a pesar de no estar relacionado en el informe de auditoría de la Contraloría -que, como ya se mencionó, García Molino firmó junto al entonces contralor- .
García Molino interpuso un incidente de controversia y el Tribunal de Cuentas cerró el caso en lo que a él concierne.
‘Yo ni siquiera recordaba eso’
Consultado García Molino por este medio sobre su caso en las empresas de Btesh, dijo tener su conciencia limpia.
Sostuvo que no ha cometido, “ni por comisión ni omisión, ningún delito”, y que Btesh lo contrató antes de ser funcionario de Contraloría, como “auditor o contador”, pero que nunca vio los libros de contabilidad de las empresas. Dijo que su papel era exclusivamente de firmante “alterno”, en caso de que los dueños viajaran.
Añadió que figura en la documentación por un olvido de la empresa, refiriéndose a que, según dijo, solicitó a esta el retiro de su nombre, por perjuicios que ha sufrido.
García Molino no tenía claro cuáles eran las cuentas bancarias en las que era firmante. Resaltó que, aunque firmaba en esas cuentas, no es el beneficiario final.
- ¿Por qué no se declaró impedido, siendo usted firmante de las cuentas bancarias de las empresas del Sr. Btesh y que por sus funciones usted tenía que ver esa auditoría también?, preguntó La Prensa.
“Primero, en ningún momento, cuando se hizo la auditoría, ni siquiera recordaba que yo aparecía como firmante de la cuenta de esa empresa, y mi función dentro de la Contraloría no involucraba ningún tipo de decisión en cuanto a la auditoría. Así que, en caso tal de que hubiera aparecido, cosa que no ocurrió, ni supe nunca cuándo se estaba haciendo la auditoría de esta empresa. Yo aparecía como firmante, yo ni siquiera recordaba eso”, se defendió García Molino.
Dijo que siendo secretario general de la Contraloría, sí coordinaba, pero “es un trabajo administrativo, no operativo. Yo no puedo, en mi condición de secretario general, dar instrucciones a un auditor en un sentido u otro…”, y que presentó su recurso ante el Tribunal de Cuentas y la Fiscalía de Cuentas en lugar de probar su desvinculación del caso, porque era su derecho como ciudadano.
Según García Molino, actualmente no tiene ninguna relación con Btesh ni con esas empresas.
“Cuando terminó la administración de [Martín] Torrijos el Sr. Btesh me ofreció trabajo de auditoría y administración en la empresa… necesitaba sostener a mi familia y acepté”.
Pero García Molino sigue apareciendo actualmente como directivo de múltiples sociedades de Btesh, junto a su abogada Ailedsabel González.
“Eso es una cuestión usual, que cuando se terminan los proyectos [de construcción pertenecientes a sociedades de Btesh] ponen a nombre de sociedades los inmuebles que quedan sin venderse y después se traspasan a los compradores que llegan. Mire usted, debo decirle que hagan lo propio, desvincularme de ahí. Yo no tengo ningún beneficio de eso”.
El funcionario argumentó que para firmar un cheque no hay que ver documentación alguna ni la contabilidad, y que no recordaba haber firmado nada relacionado con vuelos de helicópteros contratados por el Estado.
¿A usted no le parecía extraño su papel, solo como firmante, y no ver informes de auditoría y contabilidad como debe hacerlo un contador?, preguntó La Prensa.
“No, ¿por qué?… No me tiene por qué constar que están haciendo algo mal. Una firma es una firma de un cheque de acuerdo a si la documentación sustentadora del cheque es idónea y prueba que el pago se está haciendo correctamente no veo por qué dudar de la cuenta”.
¿Qué tipo de información le llegaba a usted como contador de estas empresas?
“Mi función -añadió- era firmar en la cuenta bancaria, no examinar transacciones. Eso lo tengo claro. Yo no tenía que ver nada en los estados financieros ni nada de eso, solamente firmar cheques que pudieran ser, por lo menos en la [empresa] de transporte que recuerdo, porque le reitero que en la [empresa] de helicópteros nunca firme nada. Y en las otras de transporte, eran cheques de planilla, empleados...No era mi función ver libros ni nada de eso”, dijo el nuevo viceministro que velará por la transparencia de los procesos de compra de la Presidencia.