Al menos un año deberán esperar los residentes del distrito de Arraiján, en la provincia de Panamá Oeste, para que se retome la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales, luego de que el Consorcio PTAR Arraiján 2016, integrado por FCC Aqualia, abandonara el proyecto por falta de pago.
El coordinador del Programa de Saneamiento de Panamá, Rafael Díaz, manifestó que no se cumplió con el pago por avance de obra en la pasada administración.
El funcionario no especificó el monto total de la deuda, pero dijo que una sola cuenta superaba los $3 millones y, en total, existían unas siete pendientes de pago por el avance de un 23% de la obra.
El consorcio decidió dejar el proyecto a pesar de que el Programa de Saneamiento se comprometió a cubrir la deuda al consorcio con dinero del presupuesto de 2020.
Además, les propusieron bajar el ritmo o detener los trabajos hasta recuperar el total de lo adeudado, para lo cual debían entregar una carta de aceptación de esta propuesta, que nunca llegó.
Ahora, el Programa de Saneamiento de Panamá debe esperar que la empresa contratada para dirigir el proyecto de saneamiento en Arraiján y La Chorrera entregue los documentos de lo actuado por el consorcio para proceder a pagar las cuentas pendientes y llamar a una nueva licitación.
Planta de tratamiento de Arraiján, en abandono
La construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales del distrito de Arraiján, en la provincia de Panamá Oeste, está en pausa, luego de que el Consorcio PTAR Arraiján 2016, liderado por FCC Aqualia, abandonara el proyecto en septiembre del año pasado por falta de pago.
Así lo confirmó el coordinador del Programa de Saneamiento de Panamá, Rafael Díaz, quien detalló que no se cumplió con el pago por avance de obra durante la pasada administración.
El funcionario no especificó el monto total de la deuda, pero dijo que una sola cuenta superaba los $3 millones y, en total, existían alrededor de siete pendientes de pago por avance de obra.
Además, sostuvo que cuando el Consorcio PTAR Arraiján 2016 suspendió la construcción de la planta de tratamiento de Arraiján Este, hace cinco meses, tenía un 23% de avance.
El proyecto, financiado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y por el Gobierno Nacional, a un costo de $120.4 millones, incluye la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales, de 5 kilómetros de redes de alcantarillado sanitario en Burunga y tres estaciones de bombeo; adicional, la empresa sería la responsable de la operación y mantenimiento de este proyecto por 10 años.
Esta planta de tratamiento beneficiaría a más de 85 mil personas en el área de Burunga, Cerro Silvestre, Nuevo Chorrillo y Arraiján cabecera.
El subcoordinador del Programa de Saneamiento de Panamá, Leonel Castillero, dijo que trataron de negociar con el consorcio para que se mantuviera al frente del proyecto, y no se logró.
En ese sentido, Castillero dijo que se comprometieron a cubrir la deuda al Consorcio PTAR Arraiján 2016 con dinero del presupuesto de 2020. Además, les propusieron bajar el ritmo o detener los trabajos hasta recuperar el total de lo adeudado, para lo cual debían entregar una carta de aceptación de esta propuesta, que nunca llegó.
Para Castillero, estas opciones eran soluciones que beneficiarían a ambas partes, tomando en cuenta que la empresa no retomaría la obra hasta que se le pagara.
Agregó que ahora deben esperar que la empresa contratada para dirigir el proyecto de saneamiento de agua en Arraiján y La Chorrera entregue todos los documentos de lo actuado por parte del consorcio para proceder a pagar las cuentas pendientes y llamar a una nueva licitación.
Vecinos a la expectativa
Los vecinos del área esperan que cuando se retome el proyecto mejore la comunicación sobre los trabajos que se realizarán en la zona.
Cristóbal Segundo, con 40 años de residir en Nuevo Chorrillo, se quejó de la falta de comunicación que existió desde que comenzó la obra en 2018.
Manifestó que el polvo, el movimiento de camiones y el ruido de las máquinas es algo con lo que tuvieron que vivir durante todo el tiempo que permaneció la obra.
El morador dijo que no se oponen al progreso y están conscientes de los beneficios, pero esperan que cuando se retome la construcción tengan consideración con los que viven en el lugar,
En tanto, la directora del Centro de Salud de Nuevo Chorrillo, Lilyana de Aldrete, calificó como “importante” el proyecto, ya que corregirá problemas sanitarios como el desbordamiento de agua residuales de los tanques sépticos y la falta de plantas de tratamiento en las nuevas urbanizaciones que se construyen en el distrito.
Precisó que el Centro de Salud de Nuevo Chorrillo tiene bajo su responsabilidad 28 comunidades, y que en la mayoría de ellas los tanques sanitarios están desbordados.
En tanto, Roberto De León, excoordinador de PSP, explicó que durante su permanencia en el cargo nunca conoció del interés del consorcio por dejar el proyecto, por el contrario era una de las obras que avanzaba sin complicaciones.
De León añadió que el consorcio había presentado una cuenta la cual contaba con partida para ser pagada.
Mientras,fuentes allegadas a Aqualia una de las empresas que formaban parte del consorcio, explicaron que no pueden dar ningún tipo de declaración, porque deben respetar la confidencialidad del contrato que suscribieron.
(Esta nota se actualizó a las 3:30 p.m. de este martes 18 de febrero con las declaraciones de Roberto De León, excoordinador de PSP y una fuente allegada a Aqualia).