Las vacunas con resultados prometedores contra la Covid-19 solo se han estudiado en adultos, y las pruebas clínicas con niños y adolescentes recién están comenzando.
Especialistas en el tema subrayan que sin una vacuna disponible para los niños y adolescentes, es probable que sirvan como reservorios del agresivo virus, lo que hará más difícil poner fin a la pandemia.
Eduardo Ortega, asesor del Consorcio de Investigación de Vacunas Covid-19 Panamá, subrayó que ahora mismo tres empresas realizan estudios para vacunas contra el SARS-CoV-2 para la población que está entre 12 y 16 años de edad: Pfizer, Moderna y AstraZeneca.
La primera fue Pfizer, la cual terminó el reclutamiento y se está a la espera de que la empresa tenga los datos. Ortega dijo que quizás antes de junio tengan los resultados de los estudios en adolescentes, para luego generar información sobre menores de entre 5 y 12 años. Detalló que el estudio se realizó en Estados Unidos, e inició en octubre de 2020.
El laboratorio Moderna anunció también que está haciendo un estudio en adolescentes de entre 12 y 17 años. Sin embargo, a mediados de enero informó que el reclutamiento no estaba yendo al ritmo esperado, ya que había reunido a solo 800 de los 3 mil voluntarios que necesita.
A pesar de ello, el presidente ejecutivo de la compañía, Stéphane Bancel, dijo en su momento que los datos del estudio podrían empezar a conocerse a partir de septiembre de este año.
Mientras, la universidad inglesa de Oxford inició el pasado 13 de febrero pruebas clínicas para comprobar la eficacia en niños de 6 a 17 años de la vacuna que ha elaborado con la farmacéutica AstraZeneca, en lo que se consideran los primeros ensayos del mundo en menores de esa franja de edad.
“Mientras más pequeño es el niño, menos transmisión hay sobre los adultos, así como hacia otros niños. Además, hay menos síntomas”, puntualizó Ortega, quien considera un avance importante en la lucha contra la Covid-19 el desarrollo de estos ensayos clínicos.
Seguimiento
La pediatra y miembro de la Sociedad Panameña de Pediatría, Ana Gabriela Lucas Quintero, ha seguido muy de cerca el desarrollo de vacunas para esta población.
En ese contexto, detalló que tanto Pfizer como Moderna van a comenzar a realizar estudios en niños más pequeños –entre 5 y 11 años de edad-, una vez que tengan los resultados de los ensayos clínicos en adolescentes, y esto se planea que ocurra en la segunda mitad de 2021.
En palabras de Lucas, según los datos reportados por Pfizer, su vacuna es muy segura en adolescentes.
“Es muy importante destacar que es posible que las empresas farmacéuticas deban probar dosis más pequeñas en niños más pequeños, por lo cual actualmente no se dispone de información sobre las dosis que se utilizarán en niños menores de 11 años y tampoco en niños menores de 16, porque estos estudios están en curso”, agregó. Según la pediatra, los científicos deben estudiar cómo funciona la vacuna en los niños y qué dosis es la adecuada para generar la respuesta inmunológica contra la Covid-19.
En lo que respecta a la estratificación de los adolescentes para la vacunación, Lucas manifestó que deben ser priorizados todos los adolescentes con enfermedades crónicas: asma o enfermedad pulmonar crónica; diabetes; condiciones genéticas, neurológicas o metabólicas; enfermedad de células falciformes; con enfermedades cardíacas desde el nacimiento, o con el sistema inmunológico debilitado. También dijo que es posible que los adolescentes obesos estén en una primera fase de vacunación por el riesgo que corren.
Lucas resaltó la importancia de la vacunación, para lograr la inmunidad de rebaño.
“Si cada uno de nosotros se protege, va a evitar sufrir una enfermedad grave, y hay estudios que han demostrado que si bien la persona vacunada puede enfermarse, la carga viral que tiene es bastante menor que la de una persona que no ha recibido la vacuna, por lo que infectaría menos que el que no se la puso”, acotó.
Recordó la importancia de mantener las medidas de seguridad: distanciamiento físico, uso de mascarilla y pantallas faciales, así como el lavado frecuente de manos.
Importancia
Para el pediatra infectólogo Javier Nieto, es importantísimo hacer estudios en la población pediátrica. “Hay más información que hace sugerir que niños entre 10 y 19 años tienen el mismo riesgo de transmitir el virus que los adultos”, informó.
De acuerdo con Nieto, se ha observado que cuando hay transmisión comunitaria acelerada, los niños juegan un rol determinante en los contagios. Usó como ejemplo Israel, donde la apertura de la economía se dio a la par que las escuelas, y lo que se determinó es que la población estudiantil de ese país contribuyó en los nuevos contagios.
Por otra parte, el pediatra explicó que mientras haya población que puede portar este virus, en este caso los adolescentes y niños, no podrá ser potencialmente erradicable en el mundo.
“Los niños no son adultos chicos, por lo que es importante hacer estudios de investigación en esta población específica que permita determinar la eficacia de la vacuna”, concluyó.
Impacto
En lo que va de la pandemia, el 18% de los casos de la Covid-19 se ha reportado en la población menor de 20 años de edad. Eso equivale a casi uno de cada cinco casos que se reportan en el país. También se han reportado 15 decesos en la población menor de 10 años de edad.
En el Hospital del Niño elaboraron un protocolo para atender a los infantes con Covid-19, con el propósito de que sirva como guía y apoyo a los médicos pediatras en el país y que se pueda brindar una atención uniforme e integral a todos los niños y adolescentes.
Durante la pandemia, varios niños han desarrollado el síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico. Los principales síntomas son fiebre, adenopatías (inflamación de los ganglios), dolor abdominal, diarrea, vómito, inyección conjuntival (enrojecimiento de la parte blanca del ojo) y erupciones que aparecen en la piel.