El precio es exagerado. Los números no dan. Fueron algunas de las frases que pronunció ayer Roberto Rowley, especialista en césped y dueño de la empresa panameña Grama Fina, cuando se le consultó sobre si es justo el precio ($1.7 millones) que el Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes) pagó por la grama del campo de juego del estadio Rommel Fernández.
La obra fue adjudicada de manera directa a Riga Services, S.A., compañía que tiene múltiples contratos con el gobierno de Laurentino Cortizo, sobre todo en Chiriquí y Bocas del Toro. Esta última provincia es el feudo político del diputado y presidente del PRD, Benicio Robinson.
Lo primero que advierte Rowley es que él no ha visto directamente los trabajos que se hicieron en esa cancha; no obstante, ha estado por más de 30 años en el negocio de las gramas y conoce el terreno y las dimensiones del estadio, entre otras particularidades de lo que implica una obra de este tipo, por lo que dice que $1.7 millones “es demasiada plata”.
“Ellos trajeron la grama en pedacitos, como en semilla, que todavía es 20 veces más barata. Allí ya recortaron los costos. Esa semilla se trae congelada. Aquí en Panamá había grama para hacer eso y mejor que esa que trajeron”, contó. Para Rowley, el trabajo que hicieron en el estadio, como máximo, podría costar entre $620 mil y $650 mil. Cuando se le consultó sobre si era posible que el valor de la obra se elevara a causa de que el contrato incluye el desmontaje de la capa vegetal vieja, el drenaje y el riego, el experto dijo que ni con eso. Explicó que el drenaje no tiene un costo tan alto, y un sistema de riego para 7 mil 800 metros cuadrados no vale tanto.
“Yo le vendo al Club de Golf de Panamá, a $3.35 el metro cuadrado en grama en rollos gigantes, que es la que se usa para los estadios. Multiplique $3.35 por 7 mil 800 el metro [$26 mil 130]. Y nada de pedacitos. Es la grama entera”, precisó Rowley.
Agregó que luego está el costo de las piedras, la arena, una lona tejida que se pone entre la arena y las piedras, y los tubos, que dijo “son baratos”. Aunque advierte que en el Rommel usaron “bastante arena”, insiste en que la obra nunca llegaría a costar $1.7 millones.
El pasado martes 7 de septiembre, un día antes del partido entre México y Panamá, rumbo al Mundial de Catar 2022, el entrenador de la selección local, Thomas Christiansen, inspeccionó el terreno de juego y criticó el estado de la grama. El tema entró a la escena pública, no sólo por los cuestionamientos a la calidad de la obra, sino por el costo. El césped del Santiago Bernabéu, de Madrid España, de acuerdo a medios de comunicación españoles, costó aproximadamente 300 mil euros (354 mil dólares).
En abril pasado, cuando se entregó la orden de proceder, Eduardo Cerda, entonces director de Pandeportes, prometió un terreno de juego “de primer nivel” y que se pondría grama como la que se usa en estadios europeos.
Sola en la cancha
En los últimos dos años y medio, Riga Services, S.A., que tiene como presidente a Ricardo Gardellini, ha obtenido contratos que suman más de $100 millones.
Es multifacética: al momento de escogerla para instalar la grama del Rommel Fernández, Pandeportes la describió como una empresa “con experiencia comprobada en la construcción de instalaciones deportivas”. Pero también es experta en la construcción y equipamiento de hospitales, pues la Caja de Seguro Social le encargó dos millonarias obras: la construcción del hospital de Almirante, en Bocas del Toro, por un valor de $41.5 millones, y la adecuación de varias salas de la Ciudad de la Salud, a un costo de $23.7 millones. Por esa obra fue cuestionada, porque en menos de 45 días propuso dos ofertas y en ellas incrementó notablemente el precio de los equipos médicos.
Este medio contactó a Gardellini, pero no respondió. En julio pasado, Gardellini explicó a los periodistas que cubren temas de deportes que la grama que se adquirió para el Rommel es tipo “tapete”: una alfombra que se coloca en sitio y luego se introduce la semilla. Contó que se hizo “un trabajo específico” en el terreno, a raíz de que el lodo causa problemas en el drenaje. Allí mismo salió a relucir que las autoridades agropecuarias rechazaron el ingreso al país de la grama Bermuda Grass Celebration debido a un hongo, y pocas horas después se adquirió el Bermuda Grass North Shore.
La Prensa también llamó a Eduardo Cerda, pero dijo a través de chat que se encontraba en un área con mala señal para comunicarse.
