Posibles irregularidades en el cumplimiento de normas estructurales y de seguridad, así como un presunto sobrecosto de más de $3 millones en la construcción del hospital modular, determinó un informe de expertos, miembros de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA).
La Prensa tuvo acceso al informe que revela preocupación por el sistema de aire acondicionado, del soporte de la estructura modular y del sistema contra incendios, que podrían poner en riesgo la seguridad de los pacientes y del personal médico.
Se advierte de que las rejillas de suministro y de extracción de aire acondicionado en la misma pared, no permiten que haya “presión negativa”, lo que podría comprometer la salud de quienes se encuentren en el lugar.
Los expertos hallaron un posible sobrecosto del 229% en la obra entregada por SmartBrix Centroamérica, que cobrará $6.9 millones. Los expertos cotizaron este mismo proyecto en algo más de $3 millones.
En el informe –elaborado por 14 ingenieros y arquitectos de la SPIA– se solicita realizar un “peritaje independiente” a la obra.
El estudio fue entregado el pasado 26 de mayo al presidente de la SPIA, Marcos Murillo. Se intentó obtener la versión de Murillo, pero no respondió las llamadas.
Se informó que ayer, en un recorrido del Consejo Técnico de Salud Pública, se hicieron observaciones al hospital para su funcionamiento, pero no se revelaron detalles.
Posibles sobrecostos de $3 millones e irregularidades en el hospital modular
Un posible sobrecosto de más de $3 millones en la construcción del hospital modular de Albrook e irregularidades en el cumplimiento de las normativas para instalaciones de salud detectó una subcomisión de la Comisión de Movilidad de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA).
El informe fue remitido el pasado 26 de mayo al presidente de la SPIA, Marcos Murillo, quien, junto con la directiva de la organización, debe acoger el informe o desecharlo. Ayer estaban reunidos para decidirlo.
Según el informe –elaborado por 14 profesionales de la ingeniería y la arquitectura– existen “problemas técnicos” que deben ser revisados, pues podrían poner en riesgo la seguridad de los pacientes.
Los expertos hicieron una cotización paralela a la de SmartBrix para el suministro e instalación de infraestructuras modulares de uso hospitalario, para una facilidad de 100 camas. El valor del contrato de SmartBrix es por $6.9 millones y la comisión halló que la obra tendría un sobrecosto de 229% .
Los modulares y accesorios que SmartBrix cotizó en $2.8 millones fueron cotizados por los expertos en poco más de $1 millón (diferencia de $1.8 millones). Por el techo de los módulos, el costo fue de $629 mil, pero, según el informe, el trabajo se pudo hacer por $376 mil.
Advertencias
El informe advierte que la ubicación de las rejillas de suministro y extracción de aire acondicionado en la misma pared no permiten que haya “presión negativa”, lo que podría comprometer la salud de los pacientes.
Hay que tener mucho cuidado con eso de “cero retorno”, debido a que las normas internacionales tienen un código exclusivo para instalaciones hospitalarias o salones aislados, en los que resalta que “el aire debe ser 100% fresco y con cero retorno”.
Como solución a las fallas en el aire acondicionado, la comisión recomendó instalar un sistema de extracción, y que se eliminen las rejillas de retorno que se encuentran en las habitaciones de los pacientes con Covid-19.
En cuanto al sistema de alarma contra incendio, insisten en que debe haber protección de rociadores retroinstalados. “El Estado es típicamente responsable de evaluar o seleccionar las ubicaciones y estructuras para instalaciones temporales”, independientemente si son áreas de atención al paciente grandes u hoteles, deben contar con rociadores.
Para “ser concluyentes”, resaltan la importancia de realizar un peritaje independiente con planos “post construido”, memorias de diseño completo, certificación de las fichas técnicas de los módulos, informe de pruebas de desempeño y una visita técnica interdisciplinaria.
Sobre la estructura modular, resalta que no hay un plano ni memoria que indique el método de diseño utilizado. No se indica si se requiere conexiones mecánicas ante la carga lateral de los contenedores. Menciona que puede haber torceduras por movimientos sísmicos.
Les llamó la atención que el funcionario del Ministerio de Salud que firmó los planos donde aparece el sistema hidrosanitario “no describe el nombre ni su nivel de mando ni la fecha de cuándo se aprobó el plano técnico” elaborado por SmartBrix, a través del arquitecto Ricardo Núñez y del ingeniero Alejandro Gu. La Prensa detectó que Gu, a pesar de que fue reportado como personal de Smartbrix, fue el que tramitó los trabajos de electricidad ante el Cuerpo de Bomberos a nombre de de la empresa Sistemas Eléctricos de Panamá.
La comisión advierte que los paneles utilizados como paredes del hospital “no estarían cumpliendo” con el código de resistencia al fuego que exigen las normas de seguridad internacional.
Añade que el manual de diseño de SmartBrix “no permite diferenciar resultados numéricos claros o específicos” para la obra, que “puedan justificar el detallado de conexiones y de dimensionamiento de dados de fundación, con los detalles que se muestran en los planos en temas de sismos y de viento”.
Los miembros de la comisión mostraron su preocupación porque no hubo un estudio de suelo para colocar los cimientos del hospital, sostenido por “dados” de concreto aislados.
Infraestructuras
Consideraron que un informe sobre los cuidados intensivos –del 16 de marzo pasado– determinó que “necesitamos urgentemente reconversión de camas para área crítica en las instalaciones actuales de salud”. Debido a que el 80% de los que se encuentran en cuidados intensivos están en el área metropolitana, no era congruente que se indicara que un hospital de 100 camas, 20 de ellas para cuidados intensivos, “corresponden al mejor escenario y capacidad”.
A su juicio, habría sido mejor haber habilitado infraestructuras como el centro de convenciones de Amador, el estadio nacional o el área de la ciudad hospitalaria, que cuentan con facilidades de agua potable y residuales, drenaje pluvial, electricidad y telecomunicaciones.
Indica que la localización del hospital “respondió más a la disponibilidad de infraestructura que a razones de la bioseguridad urbana”.