La fiscalía financiera francesa solicitó ayer cuatro años de cárcel, dos de ellos firme, contra el expresidente Nicolas Sarkozy, juzgado en París por corrupción y tráfico de influencias.
El exmandatario, de 65 años, está acusado de haber intentado sobornar a un juez con un puesto muy codiciado a cambio de información privilegiada sobre otro sumario.
Los fiscales pidieron la misma pena contra sus coacusados, el exjuez Gilbert Azibert y el abogado habitual de Sarkozy, Thierry Herzog. Para este último, pidió también una prohibición de cinco años de ejercicio de su profesión.
Sarkozy, que dirigió a Francia de 2007 a 2012, dijo el lunes ante el tribunal que “nunca cometí el más mínimo acto de corrupción” y prometió ir “hasta el final” para limpiar su nombre.