En momentos cuando comienzan a definirse las precandidaturas presidenciales de cara a los comicios generales de mayo de 2019, continúa latente el clamor de la ciudadanía por más que un buen programa de gobierno.
Yanina Welp, politóloga y codirectora del Centro Latinoamericano de Zúrich, Suiza, está en Panamá para participar en un conversatorio organizado por el Centro de Iniciativas Democráticas, en el que hablará, entre otros aspectos, sobre la innovación democrática y sus efectos en la renovación de las élites.
En entrevista con este diario, Welp opinó que las nuevas autoridades deben apostar por fortalecer la institucionalidad y fomentar la participación ciudadana.
También hizo un análisis sobre los candidatos independientes frente a los partidos políticos, así como de las noticias falsas o fake news, como se les llama en las redes sociales.
En menos de un año, Panamá celebrará elecciones para escoger, entre otras autoridades, un nuevo presidente de la República. ¿Qué deben exigirles los ciudadanos a los candidatos?
El fortalecimiento de la democracia es clave. Creo que Panamá no es ajeno a las tendencias que se están observando en otros lugares del mundo, y hay una demanda de la apertura del sistema, de mayor transparencia y mayor participación.
¿Cómo influiría Panamá en la región, dependiendo del resultado electoral?
Más allá de la convicción política, creo que influiría la vocación latinoamericanista que puedan tener los [nuevos] presidentes. Se están viviendo momentos críticos en países como Venezuela y Nicaragua, y creo que el perfil que deben tener los presidentes de la región es subir el piso democrático que se ha venido instalando en la región.
En Panamá hay, al menos, 1.4 millones de personas inscritas en partidos políticos, pero en este torneo electoral hay una considerable cantidad de independientes interesados en un cargo de elección. ¿Cuál es su mirada de este escenario?
Lo que pasa con los independientes es como con las redes sociales: cualquiera puede publicar, pero no cualquiera es leído, y creo que hay cierta idealización con estas candidaturas, en la que el ciudadano no ve los problemas que pueden traer.
Hay unos que cumplen con los ideales, pero no tienen fácil acceso a los recursos, y los que sí los tienen puede que no cumplan con ese ideal de una participación despolitizada, porque se necesita mucho dinero para una campaña y esa idea de llegar al poder más bien es limitada. También hay dificultades a largo plazo para implementar políticas públicas en el territorio nacional con los niveles de coordinación necesarios, y los partidos políticos sí cumplen con esta condición.
Con esto no quiere decir que defiendo a los partidos. Todo este contexto crítico que estamos viviendo tiene mucha responsabilidad de los colectivos políticos, que demuestran importantes niveles de corrupción que, sin duda, sugieren una renovación, pero para renovar la política se necesitan muchos más mecanismos de participación que le den poder a la ciudadanía.
Habla de corrupción en la política, entonces ¿por qué se siguen escogiendo a los mismos actores?
Quizá habría que hacer una investigación, pero una posible respuesta tiene que ver con las redes clientelares. En muchas zonas en las que el Estado no llega hay otro tipo de redes que están dando respuestas y son muy difíciles de cambiar.
Actualmente, las personas creen en las ‘fake news’, y en política estos temas se desbordan. ¿Cómo formar la opinión pública para que el debate no caiga en ese juego?
La clave es trabajar en la forma como nos vinculamos, no solo con las redes sociales, sino con la información en general. Saber cuáles son las fuentes, los datos, y la educación es central.
Hay que apostar por el fortalecimiento del tejido social para contrarrestar el efecto de las fake news.
El presidente de Panamá gestionaba una consulta con varios sectores para una constituyente. ¿Qué tan conveniente es una consulta de este tipo en medio de un proceso electoral?
En una época preelectoral este tipo de consultas podría entenderse como parte de una campaña de movilización o algo por el estilo. Básicamente, parecen bastante ineficientes e improcedentes en un período antes d e las elecciones.