El llanto y los gritos de los niños enjaulados y separados de sus padres por tratar de cruzar ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos podrían cesar si prospera una iniciativa de los republicanos que pretende que estos migrantes sean detenidos juntos en lugar de separados. Por su lado, los demócratas hicieron un llamado a no mantener a los niños en campamentos de internamiento indefinidamente y lejos de la vista del público.
Los niños que enjauló la política de ‘cero tolerancia’
“Yo no quiero que me separen de mi papá, yo no quiero que lo deporten”, clama Alison Jimena Valencia Madrid, de seis años de edad, detenida, enjaulada y separada de sus padres en el Centro de Procesamiento Centralizado del Valle del Río Grande en Texas, Estados Unidos. Su pecado: estar con ellos cuando trataban ilegalmente de cruzar la frontera de México con Estados Unidos (EU).
La voz de Alison se escucha en medio de enloquecedoras y lastimeras súplicas de otros niños cuyo vocabulario parece haberse limitado a las palabras “mamá, papá, mami, papi”, las cuales enjuagan con abundantes lágrimas.
¿Y mi mami, después de que me venga mi tía a traer, va a venir lo más pronto posible para irme con ella?, pregunta al aire una de las niñas centroamericanas enjauladas, cuyas edades se estiman entre 4 y 10 años.
Mientras los niños lloran, agentes de la Policía Fronteriza buscan calmarlos con juguetes y bocadillos, pero no hay ilusión que reemplace el sentir el calor de mamá o de papá.
El testimonio de Alison y el de otros niños, que no son identificados, fueron recogidos en una grabación dada a conocer por ProPublica, una oenegé que investiga casos de abuso de poder.
‘Tolerancia cero’
En marzo del año pasado, el jefe de Seguridad Nacional de EU, John Kerry, señaló que si detenían a familias por ingresar al país de manera ilícita, los niños serían separados de sus padres, “para impedir que haya más movimiento dentro de esta red extremadamente peligrosa”.
Un mes después, el presidente Donald Trump imponía la “tolerancia cero” para detener a migrantes centroamericanos que huyen de la violencia en sus países. Amparados bajo esta medida, las autoridades alegan que están obligadas a separar a los niños antes de poder juzgar a los padres.
Todos los casos de ingreso ilegal son remitidos a la justicia criminal.
Las autoridades informaron que entre el 5 de mayo y el 9 de junio, 2 mil 342 menores fueron separados de sus padres después de que fueron detenidos por tratar de ingresar ilegalmente a EU.
“Estados Unidos no será un campo de inmigrantes y no será un complejo para mantener refugiados. No lo será”, dijo Trump el lunes. El mandatario estadounidense llegó a mencionar la crisis migratoria en Europa para justificar sus criticadas medidas internas.
“Si uno mira lo que ocurre en Europa, lo que ocurre en otros lugares... no podemos permitir que eso ocurra en Estados Unidos. No bajo mi mando”, afirmó.
En su opinión, entre los inmigrantes que buscan entrar al país hay personas “que pueden ser asesinas y ladronas y muchas cosas más. Queremos un país seguro, y eso empieza en la frontera. Y así será”.
Trump dejó claro que el Gobierno no pretende retroceder en su política de separar familias arrestadas al ingresar clandestinamente al país, a pesar de las críticas indignadas por semejante iniciativa.
“Yo no quiero niños siendo retirados de sus padres. Pero cuando buscamos procesar a los padres por venir aquí ilegalmente, algo que se debe hacer, hay que separar a los niños”, sostuvo en un discurso ante pequeños empresarios.
Crece el repudio
El sentimiento de repudio a la medida migratoria aumenta cada hora.
Los ombudsman de México, Colombia, Ecuador, Guatemala y Honduras pidieron ayer a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos medidas cautelares para evitar que los niños sean separados de sus familias en la frontera sur estadounidense. Esta es una práctica “especialmente peligrosa” e “inhumana”, dijeron.
“Los niños son usados como fichas de canje (...) para pasar la agenda antiinmigración de Trump. No creo que haya algo más barbárico”, denunció la jefa de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Rosalynn Carter, esposa de Jimmy Carter, dijo incluso que era una “vergüenza” para el país.
“Esta política de tolerancia cero es cruel, es inmoral, me parte el corazón”, escribió Laura Bush, esposa del expresidente George W. Bush.
Michelle Obama, quien le sucedió como primera dama, retuiteó su mensaje con un comentario: “A veces la verdad va más allá de los partidos políticos”.
Hillary Clinton afirmó que “destrozar familias” va contra los valores de Estados Unidos.
Llamó la atención que el Gobierno de Guatemala, que el lunes lamentó, condenó y rechazó la política migratoria estadounidense, ayer dijera, a través de su canciller Sandra Jovel, que los menores “no se encuentran detenidos, sino en albergues donde se les está dando el mejor trato posible”. El Gobierno no informó por qué dio el giro en su posición.
Nueva propuesta
Ayer, la bancada republicana en el Senado expresó su apoyo a una propuesta según la cual los padres e hijos migrantes que intenten ingresar ilegalmente al país serían detenidos juntos en lugar de separados.
Todos los republicanos de la cámara alta apoyan la medida, dijo el líder de la bancada, Mitch McConnell.
Aseguró que está tratando de conseguir apoyo entre los demócratas, ya que se necesitan 60 votos para conseguir la aprobación.
El segundo senador republicano de mayor rango, John Cornyn, de Texas, dijo que están buscando “una instalación protegida, segura, humana” donde los padres migrantes puedan estar detenidos junto con sus hijos.
Aseguró que las familias recibirían prioridad a la hora del procesamiento. La decisión se tomó tras un almuerzo privado donde hubo discusiones “robustas” y “enérgicas”, según dijeron fuentes internas.
(Con información de AP, Reuters, Prensa Libre, AFP, The New York Times)
Legisladores demócratas demandan fin a ‘campos de concentración’
Legisladores demócratas y sus partidarios interrumpieron ayer martes una audiencia en el Congreso de Estados Unidos con una dramática protesta contra la política del gobierno de Donald Trump de separar a niños inmigrantes de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México.
Con el sonido de un niño llorando de fondo, el principal demócrata del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jerrold Nadler, rompió con el protocolo tradicional y comenzó a leer una declaración que decía “estos niños no son animales”. Sus colegas republicanos intentaron gritarle “¡Fuera de orden!
A los comentarios de Nadler en la audiencia, originalmente sobre el manejo por parte del FBI de los correos electrónicos de Hillary Clinton, siguieron protestas de la audiencia, mientras mujeres con niños pequeños se levantaban y gritaban: “¡Las familias deben estar juntas!”, antes de que salieran escoltadas por la Policía del Capitolio.
El congresista Elijah Cummings cambió los comentarios preparados para la audiencia del martes y criticó lo que llamó una política de poner a los niños en “campos de concentración”.