Uno de los grupos económicos más poderosos de América Latina decidió acogerse a la bancarrota. Acorralado por sus deudas y su deteriorada reputación por su rol protagónico en el escándalo de corrupción conocido como Lava Jato, el holding de Odebrecht entró ayer en un proceso de protección por bancarrota para encontrar una salida para reestructurar su deuda.
El holding, que ha sido parte de un esquema estructurado de sobornos, es el núcleo de un conglomerado que incluye a Constructora Odebrecht, con operaciones en Panamá, y empresas de petróleo y gas.
Con la declaración de quiebra, Odebrecht evita secuestros de alguno de sus deudores, y así protege garantías y préstamos entre compañías de un grupo de acreedores, que incluye a bancos brasileños e inversionistas de bonos extranjeros, de acuerdo con información de Bloomberg.
Sería una quiebra corporativa de $21 mil 500 millones, en lo que sería una de las mayores reestructuraciones de deuda en la corte en América Latina, de acuerdo con un comunicado de la compañía.
La constructora asegura que en Panamá no habrá repercusiones.
Odebrecht debe hallar fórmula para pagar $21 mil 500 millones
El holding Odebrecht terminó acorralado. No le bastó intentar limpiar la imagen de sus empresas filiales, con el cambio de marca de la constructora, e implementar lo que llamó un sistema de fiscalización interno, que incluía el nombramiento de consejeros independientes.
Pagar deudas resulta cada vez más complicado, por lo que el holding Odebrecht determinó iniciar un proceso de bancarrota.
La división de construcción de Odebrecht, junto a otras 15 constructoras brasileñas, protagonizó el mayor escándalo de corrupción en la historia de América Latina, al participar de una red que desvió fondos de la estatal brasileña Petrobras, a través de contratos inflados y licitaciones con sobreprecios. El mismo esquema utilizó en los demás países en los que tenía operaciones.
Y desde que dicha red fue descubierta en 2014, las compañías del grupo han tenido limitado acceso al crédito y también restricciones para participar en contrataciones públicas en algunos países, como el vecino Colombia.
De acuerdo con medios internacionales, el conglomerado Odebrecht S.A. solicitó ayer protección por bancarrota ante la justicia de Sao Paulo, en Brasil, con el objetivo de reestructurar pasivos por 84 mil millones de reales ($21 mil 500 millones).
Este proceso resultó la mejor salida para concluir con la reestructuración de deuda, cuando los acreedores buscan incautar los activos comprometidos como garantía para préstamos impagos.
El holding recibió una estocada a principios de junio, cuando la unidad de etanol del grupo solicitó protección por bancarrota, y colapsaron las conversaciones de compra con Lyondell Basell Industries NV sobre la unidad petroquímica Braskem, S.A.
Informan que la reestructuración de deuda no incluye al productor petroquímico Braskem, S.A., a la filial de azúcar y etanol Atvos Agroindustrial Participacoes S.A., a la unidad de construcción Odebrecht Engenharia e Construcao (OEC), a la petrolera Ocyan, la naviera Enseada, a Odebrecht Transport o homebuilder Incorporadora OR.
De allí que OEC indicó ayer que las movidas en Brasil no representan ningún cambio ni afectan las operaciones que mantiene en Panamá.
En estos momentos, la constructora participa en la fase final de proyectos como la ampliación de la terminal de Tocumen, la renovación de las calles de la ciudad de Colón, y la expansión de la línea 2 del Metro, que va de la estación Corredor Sur hasta el aeropuerto de Tocumen.
Además, pelea por el contrato de ampliación de la primera línea del Metro, que va de San Isidro a Villa Zaíta.
“OEC es una empresa con gobierno, estructura y capital propio, y seguirá entregando los proyectos a tiempo y con calidad (...)”, indicó la compañía a través de un comunicado.
En el país, la compañía aseguró que cumplirá también con el pago a sus proveedores, subcontratistas y las obligaciones judiciales, después de reconocer las coimas que pagó para beneficiarse de contratos.
Hasta ahora se ha contabilizado el pago, por parte de Odebrecht, de más de $100 millones en coimas en Panamá.
Las fiscales anticorrupción han detallado que en la administración de Martín Torrijos (2004-2009) se habrían pagado más de $5.5 millones; en la de Ricardo Martinelli (2009-2014) $96.7 millones y en la de Juan Carlos Varela se investigan cinco proyectos.
En Brasil, en este momento, los principales acreedores del conglomerado son los prestamistas estatales Banco do Brasil, Caixa Econômica Federal y Bndes, así como Banco Bradesco, S.A., Itaú Unibanco Holding, S.A. y Banco Santander Brasil, S.A.
Se dijo que en el proceso de bancarrota y reestructuración de deuda, el grupo fue asesorado por la compañía de reestructuración financiera RK Partners y la firma de abogados E. Munhoz Advogados.