Siete años han transcurrido desde que el Humedal Bahía de Panamá –que se extiende por los distritos de Panamá, Chepo y Chimán– fue declarado área protegida, a través de la Ley 1 del 2 febrero de 2015.
Se trata de una reserva natural, cuyo potencial ecológico había sido exaltado por la Convención Ramsar en 2003, al declararla sitio Ramsar de importancia internacional, y que vienen defendiendo organizaciones comunitarias de Juan Díaz y ambientales, como Sociedad Audubon, Wetlands, MarViva y Centro de Incidencia Ambiental (CIAM).
No obstante, para los ecologistas, a pesar de haber sido declarada área protegida, aún persisten amenazas sobre esta reserva, como tala de manglares, extracción de arena, basura o crecimiento de la huella urbana en su zona de amortiguamiento.
De momento, el Programa de Saneamiento adjudicó en 2021 a la empresa Consultores Ecológicos Panameños una licitación sobre una consultoría para la elaboración del plan de manejo ambiental de esta reserva ecológica, una herramienta de manejo que debía estar lista en 2017. De hecho, la Ley 1 indicaba que el plan de manejo debía desarrollarse en un plazo no mayor de dos años a partir de la entrada en vigencia de la nueva normativa.
Según Isaías Ramos, biólogo del CIAM, el Humedal Bahía de Panamá es el área protegida más grande de la provincia de Panamá y una zona compleja, donde convergen manglares, bosques ribereños, llanuras inundables y en la que se resume, a pesar de su importancia ecosistémica regional y mundial, las contradicciones en el manejo ambiental de los diferentes gobiernos y el desdén de la población en general, en cuanto al manejo y conservación de los ecosistemas del país.
“El Humedal Bahía de Panamá tiene una importancia vital para todo el Hemisferio Occidental en cuanto a su diversidad biológica y en las repercusiones de su manejo para toda el área pacífica de América”, dijo.
Segúnel ecologista, los distintos gobiernos poco han hecho en defensa de los humedales, ya que después de tantos años aún no se cuenta con un plan de manejo en la zona, no existen guardaparques ni equipos ni infraestructura de cualquier tipo ni recursos para su vigilancia, manejo y control.
“Esta fecha pone de relieve lo vacío de los discursos presentados y todo el trabajo que queda pendiente junto a la necesidad de que toda la población se involucre en proteger los ecosistemas del país”, puntualizó Ramos, refiriéndose al Día Mundial de los Humedales, que se celebra, precisamente, hoy.
Su valor
Susana Serracín, de la Alianza para la Conservación y el Desarrollo, explicó que el Humedal Bahía de Panamá tiene un valor estratégico por los servicios ambientales que proporciona, no solo a nivel nacional, sino también en todo el hemisferio.
“Sus fangales proporcionan alimentación a millones de aves playeras migratorias y especies amenazadas, al igual que contribuyen al secuestro de carbono que es clave para combatir el cambio climático”, detalló.
Mantener este humedal sano y equilibrado requiere un trabajo mancomunado e integral entre el gobierno, las comunidades, científicos, academia y sociedad civil, en el que se le dé prioridad a la educación ambiental, a la promoción de la investigación científica y al mantenimiento de la zona para que permanezca libre de contaminación, tala y rellenos que afecten el flujo hidrológico, añadió la activista.
Sostuvo que una de las mayores amenazas al humedal es la basura y la fragmentación de los hábitats, causada por una acelerada urbanización en la zona por los cambios de uso de suelo. “Requerimos de acciones responsables y el involucramiento de todos para conservarlos por el gran valor natural y económico que hay allí”, reflexionó.
Sobre la constante amenaza que hay alrededor del área protegida, Shirley Binder, directora nacional de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Ambiente, reconoció que entre los problemas que afectan el Humedal Bahía de Panamá destacan presiones por asentamientos ilegales, lo que representa un problema social también.
Según la funcionaria, se está trabajando con el Comité Nacional de Humedales y los jueces de paz correspondientes para abordar el problema en la reserva.
También aseguró que este año esperan iniciar el plan de manejo del área protegida, la demarcación de todo el refugio de vida silvestre y la construcción de puestos de control y vigilancia.
“Más adelante se hará la torre de observación de aves y un sendero en el humedal”, concluyó.
Plan de manejo
El Programa de Saneamiento de la Bahía de Panamá llevó a cabo una licitación el año pasado para la elaboración del plan de manejo de esta área protegida.
La planificación de la estrategia, una herramienta de gestión ambiental y protección del área protegida, es una deuda que tiene el Estado desde hace años, puesto que la Ley 1 de febrero de 2015, que creó el refugio de vida silvestre, daba dos años al Ministerio de Ambiente para su formulación.
A finales de 2018, el entonces ministro de Ambiente, Emilio Sempris, solicitó al Ministerio de Salud que suspendiera la licitación para la elaboración del plan de manejo, argumentando que sería la entidad bajo su mando la que lo desarrollaría, pero eso nunca ocurrió.
Finalmente, el Programa de Saneamiento adjudicó la consultoría para elaborar el plan de manejo a la empresa Consultores Ecológicos Panameños.


