Wanda, la gran rueda para atrapar desechos en el río Juan Díaz

Wanda, la gran rueda para atrapar desechos en el río Juan Díaz
El sistema, que ha sido bautizado como Wanda Díaz, utiliza energía hidráulica y solar. Elysée Fernández


La organización Marea Verde comenzó a instalar la rueda de agua con la que atrapará los desechos sólidos flotantes en el río Juan Díaz, cerca del corredor Sur, en el distrito de Panamá.

La rueda de agua o Wanda Díaz utiliza energía hidráulica y solar para recolectar y remover los desechos sólidos que flotan, evitando que lleguen al mar.

Esta rueda de agua trabajará en conjunto con la barrera flotante conocida como BoB, que detendrá los desechos en el río Juan Díaz para que estos sean luego transportados al sitio donde se hará el proceso de recolección, clasificación, correcta disposición y reciclaje.

Sandy Watemberg, directora ejecutiva de Marea Verde, manifestó que están realizando un proyecto integral que incluye componentes de tecnología y sensibilización, con el fin de mitigar o reducir la cantidad de plástico que contamina el río Juan Díaz y todos los ríos urbanos, producto de la práctica inadecuada de lanzar desechos a sus aguas y que, al final, van a dar al mar.

Dijo que es urgente que ciudadanos, empresas y organizaciones busquen nuevas formas manejar los desechos, y así disminuir la afectación por plásticos en el ambiente y la salud.

El montaje de la estructura comenzó a finales de marzo y en este mes está previsto empezar con las pruebas correspondientes. Algunas de las piezas del sistema fueron construidas en Baltimore, Estados Unidos, y otras en Panamá.

El estudio de impacto ambiental categoría I para este proyecto fue aprobado por el Ministerio de Ambiente el 25 de junio de 2021.

Wanda Díaz es un sistema innovador, el primero en Latinoamérica, que posicionará a Panamá a la vanguardia regional de la protección de ríos y mares y de la lucha contra la contaminación por plásticos.

El nombre del sistema será Wanda (acrónimo de la expresión Wheel AND Action) y será una “hermana” de las cuatro ruedas atrapa basura que operan en diferentes ríos de Baltimore y que fueron instaladas entre 2014 y 2021.

En siete años de funcionamiento, las cuatro ruedas han sacado de las aguas mil 760 toneladas de basura y escombros, como 12 millones 460 mil 298 colas de cigarrillos, 1 millón 457 mil 476 botellas plásticas, 1 millón 342 mil 196 envases de foam y 832 mil 212 balones deportivos, según detalla la plataforma oficial de la iniciativa.

Toneladas de basura en el mar

En Panamá, cada año se descargan al mar 102 mil 229 toneladas de basura, es decir, en promedio 280 toneladas por día, indican las estadísticas del más reciente informe publicado por el Programa de Naciones para el Medio Ambiente (2019).

Mientras que un estimado del 40% de la basura que se produce a diario en la ciudad capital, que suma 700 toneladas, va a parar a los océanos del país. La mayoría de esas toneladas corresponde a plástico, un elemento que tarda unos 400 años en degradarse.

Lo anterior es respaldado por un estudio de caracterización de basura realizado por la organización Marea Verde, luego de captar toneladas de basura en el BoB o barrera flotante ubicada hasta julio de 2020 en el río Matías Hernández.

El reporte de Marea Verde muestra que 22.2% de lo encontrado fue botellas plásticas, 21% foam, 6-9% acrilonitrilo butadieno estireno, 6.4% textiles, entre otros desechos. El BoB evitó en poco más de un año, que 95 toneladas de basura terminaran en el océano.

Wanda, la gran rueda para atrapar desechos en el río Juan Díaz
Residuos sólidos flotantes.

La barrera BoB fue removida del río Matías Hernández e instalada en el río Juan Díaz y es parte del sistema Wanda que incluye la instalación de un dispositivo que recoja de manera constante y automática los desechos que bajan por el río; la investigación y generación de data relacionada con la basura y la cuenca; y el trabajo con las comunidades de la cuenca.

Las costas de las playas en varios puntos de la ciudad de Panamá se pueden observar residuos por doquier, lo principal son envases de plástico, foam, entre otros. La realidad es que en la ciudad capital, un porcentaje muy bajo de los desechos -de menos de 5%- es reciclado y con la pandemia disminuyó más, de acuerdo con estimaciones del Municipio de Panamá y la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario.

De hecho, los números obtenidos en estudios científicos muestran que los plásticos abruman los océanos sin contemplación. El 80% de los residuos que contaminan los océanos son residuos plásticos causados por el mal manejo urbano de los desechos.

Así lo evidencia un estudio publicado en junio de 2021 en la revista Nature Sustainability que indica que el plástico es el material dominante en los océanos, seguido de metal (7%), vidrio (5%) y tela (3%) y otros, como goma, papel, y madera procesada.

La investigación revela que los mayores porcentajes de plástico residual se encuentran en las aguas superficiales marinas (donde representa el 95%); en las costas supone 83% de la basura, y en los fondos marinos profundos alcanza el 77%.

Wanda, la gran rueda para atrapar desechos en el río Juan Díaz
Bolsas de un solo uso, botellas, envases de comida y envoltorios alimentarios son el grueso del problema. Elysée Fernández

Daños a las especies

Cada uno de los desechos marinos que llegan a los océanos tienen diferentes impactos en las especies marinas.

Arturo Dominici, director de la escuela de Recursos Marinos y Ambientales de la Facultad de Ciencias de Mar de la Universidad Marítima Internacional de Panamá, explicó que una red fantasma atrapa tortugas marinas, pero el plástico se va degradando y fijando en los organismos marinos afectando su metabolismo.

La basura impacta a los ecosistemas costeros en general y en el caso de los manglares se ubica en las zonas donde se se producen propágulos (parte de una planta capaz de originar vegetativamente otro individuo) afectando que puedan mantenerse en los sitios que son adecuados para ellos pegarse al sustrato y crecer, detalló Dominici.

Legislación sobre el plástico

El país cuenta con la Ley No. 187 de diciembre de 2020 que tiene como finalidad promover e incentivar de manera transversal el desarrollo sostenible reduciendo y reemplazando progresivamente la utilización de productos plásticos de un solo uso por alternativas de menor impacto negativo sobre el ambiente y la salud.

En ese sentido, el 1 de julio de 2021, empezó a regir con los productos de un solo uso, es decir, aquellos que están hechos total o parcialmente de plástico, concebidos, diseñados o puestos en el mercado para usar una sola vez —como son los hisopos de oídos, cobertores de plástico para la ropa de lavandería, palitos plásticos para caramelos, varillas plásticas para sostener globos, entre otros— no se podrán vender.

Mientras que en julio próximo debe entrar en vigencia la segunda fase de la ley donde prohíbe el uso general y la comercialización de los empaques plásticos para huevos, revolvedores de plástico desechables y platos plásticos desechables.

Hace dos años Panamá tomó la iniciativa de promover e incentivar el desarrollo sostenible a través de esta normativa que promueve el reemplazo progresivo de los productos que utilicen plástico de un solo uso, por alternativas sostenibles, que generen un menor impacto al ambiente y la salud.

En ese sentido, Miguel Flores, director nacional de Verificación del Desempeño Ambiental del Ministerio de Ambiente, expresó que en el caso de la Ley No. 187 se establece que los artículos prohibidos pueden ser reemplazados por materiales biodegradables de origen biológico y renovable como la madera, el bagazo de caña de azúcar, la fibra de abacá, la fibra de yute, la madera de bambú, el maíz, la yuca y el almidón de maíz.

Para Tania Arosemena, gerente de Incidencia Política de la Fundación MarViva, la Ley No. 187 , junto con la Ley No. 1 de enero de 2018 sobre las bolsas reutilizables son pasos importantes para generar cambios de consumo y la reducción de los plásticos de un solo solo uso, sin embargo, para su implementación se requiere de un esfuerzo en conjunto del sector público, privado y la población en general.

A juicio de Arosemena, si se continúa actuando como si los océanos fueran vertederos de desechos poco quedará de su riqueza natural, de su capacidad de oxigenarnos, alimentarnos, en mitigar el cambio climático y en proveernos de recreación.

“El futuro de los océanos puede cambiar si las acciones de remediación se apoyan en cambios hacia el cuidado y protección de nuestros océanos y sus recursos”, expresó.


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