En el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges) un grupo de jóvenes y entusiastas científicos está a cargo de analizar e investigar el virus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad Covid-19.
La pasión por sus carreras hace que estos profesionales, que en promedio no superan los 35 de años de edad, venzan el cansancio que provoca permanecer 19 horas seguidas laborando –desde la aparición del Covid-19– y, en ocasiones, hasta darle la vuelta al reloj.
El esfuerzo, dedicación y empeño de este grupo de profesionales, dirigidos por la experiencia y sabiduría del director del Icges, Juan Miguel Pascale, los convierte en una garantía de seguridad para el sistema de salud pública, pero también un orgullo de los pueblos, que los vieron nacer.
Los tres jóvenes científicos son Danilo Franco, Yamilka Díaz y Oris Chavarría. Cada uno tiene tareas específicas para conocer más sobre el comportamiento del virus en el país.
Franco es tecnólogo médico, es un tecnológo médico que goza del respecto y la admiración de los pobladores de Macaracas de la provincia de Los Santos, un pintoresco pueblo de la campiña interiorana famoso por sus fiestas de Reyes Magos.
Su labor en el departamento de Virología y Biotecnología del Icges son parte de las conversaciones diarias de las familias que se quedan en casa siguiendo las recomendaciones de las autoridades de Salud para bajar el contagio de Covid-19.
Los Santos es una de las provincias que se ha destacado por la reducida cantidad de personas que violan la cuarentena decretada por el Gobierno para aplanar la curva de contagios.
Franco es uno de los dos científicos que recibió capacitación internacional para detectar el virus en pacientes sospechosos. Trabaja en el equipo de respuesta rápida, e informa sobre los resultados de las pruebas que salieron positivas a las autoridades sanitarias, para que puedan tomar las acciones de aislamiento, seguimiento, traslado y detección de los contactos del paciente infectado.
El trabajo del equipo de respuesta rápida al que pertenece Franco aumentó a medida que la epidemia avanzó. En enero hacían alrededor de 3 pruebas por día a viajeros que procedían de China y clasificaban en la definición de casos sospechosos. En ese momento no había casos en Panamá.
En febrero las muestras pasaron de 3 a 10 por día y después del primer caso, en marzo pasado, aumentaron a 100, y se fueron incrementando hasta llegar a más de 500 muestras por día, solo en el Gorgas.
Franco fue capacitado sobre la realización de pruebas en Brasil, y ya en Panamá, por instrucciones del director del Icges, Juan Miguel Pascale, procedió a capacitar a profesionales de otros puntos del país sobre la detección del virus, lo que les permitió crear la red de diagnóstico y tener más laboratorios para la realización de las pruebas.
Yamilka Díaz es bióloga de profesión y está participando en algunas de las investigaciones del SARS-CoV-2, entre las que destaca el análisis del genoma completo, así como el aislamiento del virus a partir de las muestras positivas de los pacientes.
Estas investigaciones, expresó Díaz, son importantes, porque con el aislamiento viral se pueden obtener controles que permitirán evaluar otras metodologías de diagnóstico del virus más adelante, y determinar la capacidad neutralizante de los anticuerpos contra el virus para diseñar nuevas terapias.
El aislamiento sirve para tener más cantidad del virus, evaluar futuras vacunas y pruebas antivirales. “Se puede usar para la evaluación de la respuesta inmume de las personas”, indicó Díaz.
Oris Chavarría también es tecnóloga médica, y trabaja en la secuenciación del virus. Precisó que compararon 41 muestras de pacientes positivos para saber si estos tenían secuencias parecidas a las que otros laboratorios analizaron en el exterior para saber si el material genético era positivo.
Este trabajo les permitió conocer que el virus que circula en Panamá vino algunos países de Europa, entre ellos España; China y Estados Unidos. Chavarría explicó que están analizando pruebas de las primeras tres semanas del brote .
Consultado sobre el trabajo de estos científicos, el director del Icges dijo estar lleno de satisfacción con el grupo de nuevos investigadores que seguirá adelante después de su partida, laborando por el país y promoviendo la ciencia como un eje estratégico para el desarrollo social y económico de los países en vías de desarrollo.
“La patria se nutre del aporte de pequeñas cosas que se hacen con amor, desinterés y compromiso por Panamá. Eso define la misión de nuestros muchachos y demás colaboradores”, dijo.
