Bosques muy valiosos que colindan con el Parque Nacional Camino de Cruces se ven amenazados por proyectos de construcción. Se trata de una dinámica habitual durante los últimos años.
En esta ocasión es la Ciudad Judicial, para la cual el Gobierno Nacional traspasó al Órgano Judicial esta semana un globo de terreno de más de 25 hectáreas, donde en los próximos años se levantará la extensa obra.
Los terrenos están ubicados en el corregimiento de Betania, en un área colindante con la Universidad Tecnológica de Panamá y cercana al corredor Norte y la vía Centenario, según la Presidencia de la República.
No obstante, el anuncio generó malestar en organizaciones ambientales y defensores del patrimonio histórico, quienes en los últimos 20 años han visto con impotencia cómo los nuevos desarrollos, tanto estatales como privados, se toman parte de la reserva ecológica o su zona de amortiguamiento, la cual también es importante.
Uno de ellos es Luis Alfonso Puleio, residente de Ancón, explorador y conservacionista, quien subraya que estos megaproyectos vienen a impactar el área protegida, destruyendo el bosque y acabando con la fauna.
Puleio con frecuencia recorre estos bosques y señala que por allí hay rastros del empedrado de Camino de Cruces. “Es una ruta que no ha sido verificada por Patrimonio Histórico y siempre hemos luchado porque vayan y vean que existen caminos coloniales en la zona, pero nos ignoran”, se lamenta.
En palabras del veterano experto en supervivencia, esta nueva obra no solo afectaría los bosques limítrofes con Camino de Cruces, sino también restos de rutas coloniales que tendrían gran valor para el país.
A Puleio se le une Susana Serracín, parte de la Alianza para la Conservación y el Desarrollo, quien sostiene que nuevamente las amenazas al Parque Nacional Camino de Cruces se intensifican, siendo ésta un área de gran valor histórico y ambiental, fundamentalmente para la seguridad hídrica de la cuenca del Canal de Panamá.

Ecologistas como Serracín ya han cuestionado el desarrollo de obras estatales dentro de esa reserva, como lo son la Ciudad de la Salud, el Mercado de Abastos o la ampliación de la vía Omar Torrijos. También los desarrollos inmobiliarios en los alrededores del parque natural, que poco a poco comienzan a ejercer presión sobre su importante zona boscosa.
“A pesar de su enorme valor estratégico, ha perdido con los años su riqueza natural y con la construcción de Merca Panamá se perdieron caminos coloniales”, acotó.
A juicio de Serracín, la construcción de la Ciudad Judicial incrementará exponencialmente los daños a esta frágil zona. Incluso, calificó como un “contrasentido” que por un lado las autoridades del Ministerio de Cultura hablen de crear la Ruta Colonial Transístmica por esa zona, mientras que por el otro se anuncie edificar una Ciudad Judicial allí.
Por tratarse de una reserva en el corazón de la ciudad de Panamá, la ambientalista manifiesta que Camino de Cruces requiere reforestación y un trabajo interdisciplinario e intergubernamental, con el respaldo de la sociedad civil para su conservación y aprovechamiento sostenible enfocado a actividades menos invasivas.
Su mensaje fue claro: “las autoridades deben reconsiderar responsablemente esta decisión en beneficio de toda la Nación”.
Amortiguamiento
Si bien el proyecto no está dentro del área protegida, sí ocupa parte de su zona de amortiguamiento, lo que para Alida Spadafora, exdirectora de la Sociedad Panameña para la Conservación de la Naturaleza, es un tema que se debe respetar.
“Hay que entender que, como área de amortiguamiento, se da una dinámica natural que debe respetarse porque puede afectar la integrad del parque”, aportó.
De acuerdo con Spadafora, Camino de Cruces tiene una conexión natural especial con otras reservas, como el Parque Soberanía y el Chagres. A eso agregó que en la medida que se impacte el parque también habrá consecuencias para la cuenca hídrica del Canal.
“Realmente no debería extenderse la mancha urbana hacia zonas de amortiguamiento del parque y de protección ambiental por la biodiversidad y los recursos hídricos”, puntualizó.
Isaías Ramos, biólogo del Centro de Incidencia Ambiental (Ciam), explicó que existen suficientes espacios acondicionados y públicos en áreas revertidas que podrían ser utilizados para esto, sin afectar los ecosistemas boscosos.
“Estas 25 hectáreas debieron ser incluidas dentro del área protegida y resguardadas de las afectaciones e intereses humanos; todo lo cual evidencia mala planificación, gestión y uso de las tierras que tiene el Estado, tanto en lo administrativo como en los ambiental”, agregó.
Los límites
Enrique Castillo, director encargado de la región metropolitana del Ministerio de Ambiente, indicó ayer que de momento no han recibido el estudio de impacto ambiental para este proyecto, y admitió que la Ciudad Judicial colinda con los bosques del Parque Camino de Cruces, el cual tiene una extensión de más de 4 mil hectáreas
“En estos momentos no podemos emitir un criterio hasta que se presente el estudio ambiental. Eso nos permitirá evaluar al alcance de la obra y confirmar los polígonos donde estará ubicada la misma. Una vez recibamos el documento, se evaluará si es viable o no el proyecto”, concluyó Castillo.
Se intentó obtener una posición del Órgano Judicial sobre el tema, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.
(Con información de Dalia Pichel).


