Están en la mira de la ciudadanía y de las autoridades por acoger reuniones clandestinas a pesar de los decretos de la cuarentena que prohíben a restaurantes y bares atender clientes en sus instalaciones para evitar la propagación de la Covid-19. Se trata de La Fragata, local ubicado en Obarrio, y Buko Market, el antiguo bar Red Lion, localizado en la Calle 51, Bella Vista.
Ayer, Christian Vieira, jefe de Atención Ciudadana de la Junta Comunal de Bella Vista, presentó una denuncia ante el Ministerio Público argumentando haber sido agredido por el dueño de La Fragata luego de que les llamó la atención por albergar comensales en el negocio.
Sancionados por no cumplir la norma
Al menos 130 propietarios de locales comerciales ubicados en las provincias de Panamá y Panamá Oeste, fueron citados ayer por las autoridades por incumplir el decreto 62, sobre medidas sanitarias y toque de queda en medio de la pandemia, informó el Ministerio de Seguridad.
La denuncia precisa que al llegar al lugar observó a siete comensales que departían dentro del restaurante, por lo que procedió a documentar la situación con su celular. Pero, añadió, un sujeto que alegó ser el propietario del sitio intentó arrebatarle el equipo e impedir su labor, por lo que solicitó la intervención de la Policía Nacional. Por este caso la Región Metropolitana de Salud abrió una investigación de oficio.
En agosto de 2020 este restaurante fue sancionado por atender a funcionarios en el local en momentos en que buena parte del comercio estaba cerrado. El incidente de Vieira ocurrió una noche después de que la policía sorprendiera a 30 personas en una reunión clandestina en Buko Market.
Se informó que una jurisdicción de paz está en proceso de citar y sancionar a las personas que fueron detenidas: 16 hombres y 14 mujeres. En septiembre de 2020 en ese local se registró una balacera que dejó dos muertos. En ese momento, también se realizaba una fiesta clandestina.
