El índice de precios al consumidor (IPC) amplió la tendencia al alza y en el mes de noviembre refleja un aumento de 3.4% respecto al mismo mes del año anterior.
El repunte en lo que va de año ha sido significativo, luego de cerrar 2020 en números negativos como consecuencia de la crisis y el cierre de actividades.
Dentro de los grupos que se analizan para definir el IPC, el transporte, en el que se incluye el precio del combustible, es el que registra un mayor aumento. También se elevan los precios de educación, alimentos y bebidas no alcohólicas, hoteles y restaurantes, entre otros.
Panamá no escapa al ciclo inflacionario internacional, un fenómeno vinculado con la recuperación de la economía global y a la congestión en la cadena de suministro.
El presidente del Sindicato de Industriales de Panamá, Luis Frauca, dijo que los materiales y materias primas en origen se han seguido encareciendo, así como los fletes marítimos internacionales. Ambos factores inciden en mayores impuestos a la hora de importar productos.
Todas esas presiones se terminan traduciendo en un aumento de los precios al consumidor.
Para el economista Felipe Argote, el aumento de los precios resulta negativo para empresas y familias, y debilita la demanda.
Se traduce en una reducción del poder adquisitivo, ya que con los mismos recursos se pueden comprar menos bienes y servicios.