¿Por qué sorpresivamente la Asamblea decidió abordar un tema tan sensitivo y polémico como la discusión del proyecto de ley que reforma su reglamento interno?
La respuesta es sencilla: el cálculo político por el control de la junta directiva.
Según diputados del oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD) –que pidieron el anonimato– detrás del asunto está la pretensión de reelección de Marcos Castillero como presidente de la Asamblea.
Castillero, un administrador de empresas de 44 años, hijo del veterano exlegislador perredista Mateo Castillero, llegó a la Asamblea el 1 de julio de 2019 con poca experiencia en la política pura y dura, pero prometiendo mayor transparencia en un órgano que era fuertemente cuestionado por el uso irregular de millones de dólares en donaciones y contratos. Prometió impulsar un proyecto de ley para reformar el reglamento interno en ese sentido.
Pero, durante los primeros seis meses no lo cumplió y el pasado 2 de enero, cuando se reanudaron las sesiones después del receso de las fiestas de fin de año, Castillero,en un nuevo discurso, reconoció que tenía temas pendientes, uno de ellos, la reforma del reglamento.
Ahora, a pocos días de que concluyan las sesiones (30 de abril) y de que empiece el pulseo político por el control de la directiva que tomará las riendas del parlamento a partir del 1 de julio, Castillero quiere la reelección, pero según fuentes de la Asamblea no quiere entrar a la batalla con heridas de choques.
Es decir, busca evitar el ruido que significaría incumplir una de sus principales promesas.
Ábrego
Por el momento, el diputado del circuito 6-3 tiene el visto bueno de buena parte de sus copartidarios para seguir controlando el Palacio Justo Arosemena.
Le valoran que concilie a lo interno y con otros órganos del Estado, principalmente con el Ejecutivo. Es el hombre del presidente Laurentino Nito Cortizo en la Asamblea, pero también ha demostrado destrezas para apagar los fuegos en las bancadas.
Y, en medio de la crisis sanitaria, poco a poco se le despeja el camino. Su copartidario Roberto Ábrego, quien prometía ser su principal contendor en la disputa por el puesto, ya tiene un premio que, incluso, traspasa al Legislativo: la semana pasada, sorpresivamente, fue designado como representante de la Asamblea en la directiva de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
Y, el pasado lunes, como presidente de la Comisión de Credenciales, Ábrego empujó el debate para aprobar los cambios al reglamento, que en su mayoría había propuesto Castillero.
Por eso, hay quienes afirman que el nombramiento de Ábrego en la directiva de la ACP y la discusión del reglamento no son eventos casuales. Es algo así como una especie de trueque político. Todo es parte de la estrategia política que le daría la reelección a Castillero.
La sorpresa de Castillo
Hasta el mismo exdiputado Elías Castillo, quien estaba en ese puesto, se mostró sorprendido de que se eligiera su reemplazo en medio de la pandemia. “Lo extraño es que mi reemplazo haya sido nombrado en plena pandemia”, aseguró ayer en Radio Panamá.
Dejó entrever que ni la Asamblea ni el PRD le avisaron que escogerían a su reemplazo. “Esas son cosas que pasan”, manifestó el experimentado político.
Otro de los posibles rivales que tendría que enfrentar Castillero en su proyecto de reelección es Ricardo Torres, actual jefe de la bancada del PRD.
Torres, otro novato diputado perredista, pero que quedó bien parado en la repartición de puestos del engranaje oficial, le quitaría votos a Castillero, sin embargo, algunos diputados afirman que no los termina de convencer su lealtad absoluta al Ejecutivo.
Por estos días, Torres ganó puntos con la Presidencia al presentar el proyecto de ley que permite usar activos del Fondo de Ahorros de Panamá para el Covid-19.
Actualmente, la bancada del PRD cuenta con 35 de los 71 diputados que conforman el pleno. Además, tiene los votos de los 4 diputados de su aliado, el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena).
Más comisiones
Entre los cambios al reglamento aprobados por la Comisión de Credenciales en primer debate figuran la creación de tres nuevas comisiones legislativas: de energía e hidrocarburos, propuesta por los diputados de Cambio Democrático Edwin Zúñiga y Ana Giselle Rosas; de tecnología e innovación; y de Derechos Humanos, impulsadas por la perredista Zulay Rodríguez .
De aprobarse esta propuesta, la Asamblea contaría con 18 comisiones, pues las 3 nuevas se sumarían a las 15 con las que actualmente funciona el Legislativo.
En 2009, después de una reforma al Reglamento Interno, se eliminaron comisiones y estas pasaron de 21 a 15.
El documento avalado acoge la mayoría de los cambios presentados por Castillero y otros de sus copartidarios. En su momento, las propuestas de crear nuevas comisiones habían quedado fuera del debate, sin embargo, durante la discusión del segundo y tercer bloque del proyecto, se incluyeron.
Siguen las prerrogativas
El proyecto aprobado en la Comisión de Credenciales no plantea cambios trascendentales al reglamento, pues no aborda las prerrogativas que reciben los diputados, como la importación libre de derecho de introducción y demás gravámenes de dos vehículos durante el periodo constitucional, franquicia postal y telefónica dentro del territorio nacional, y pasaporte diplomático, aspectos que han sido duramente cuestionado por los ciudadanos.
Entre lo aprobado está que las licencias de los diputados sean por 60 días, por el periodo de sesiones, a razón de una semana por cada mes de sesiones.
Tampoco se establece un esquema de descuento de salario por las ausencias. Se aprobó que el descuento solo sea aplicable cuando el pleno no sesione por motivos de ausencia de los diputados, es decir, que si faltan a las comisiones, este descuento no se tomará en cuenta. En su momento, la propuesta que proponía el diputado independiente Juan Diego Vásquez era que los diputados solo podrían faltar por enfermedad, maternidad y misión oficial.
Un sencillo cálculo matemático deja ver que con lo aprobado, los diputados podrían faltar hasta 120 días al año, debido a que cada periodo está conformado por dos legislaturas de medio año cada una.
Se prohíbe a los diputados hacer alusión personal de otro diputado. De hacerlo, el diputado aludido tendrá cinco minutos de derecho a réplica. No obstante, los diputados no podrán hacer uso del derecho a réplica durante el periodo de incidencias; no se concederán réplicas sucesivas.
Que los cambios aprobados al reglamento no eliminen los privilegios de los diputados es otra carta que Castillero podría jugar a su favor en la ruta que lo llevaría a su reelección. Sus colegas no le podrán reclamar que en su Presidencia se les eliminaron prerrogativas.