Panamá podría experimentar un incremento de 7.1% en su índice de pobreza. Pasaría de 16.1% a 23.2%, como resultado del impacto de la pandemia de la Covid-19. Así lo revela un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) denominado “Desigualdad y descontento social: cómo abordarlos desde la política pública”, revelado esta semana. El documento advierte de que la crisis dejó al descubierto importantes brechas de cobertura de servicios públicos, como salud, educación y penetración digital, y profundiza en los determinantes de la desigualdad: el bajo gasto social, el desequilibrio territorial y la deficiente educación, entre otros.
La publicación hizo un análisis de percepciones basado en la medición de la conversación digital, y apunta que “hay un proceso de escucha ciudadana que no se está haciendo”.
“Es necesaria una mejor escucha de las preocupaciones, así como una mayor transparencia y rendición de cuentas, lo que podría mejorar el diseño de las políticas públicas”, propone Marta Ruiz-Arranz, asesora del BID para Panamá y otros países de la región.
Avances sociales para abolir la desigualdad están en riesgo
Más de 300 mil personas en Panamá podrían caer en pobreza como resultado de los efectos de la pandemia por la Covid-19. Esto, a pesar de la implementación de programas de alivios sociales, como Panamá Solidario.
Así lo plantea el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un informe divulgado el pasado martes 23 de marzo, que habla de Centroamérica, Panamá, Haití, México y República Dominicana. El documento se enfoca en la desigualdad y el descontento social en estos países.
Panamá
La situación de Panamá es grave, de acuerdo con algunos de los indicadores. Justamente el pasado miércoles, el gobierno de Laurentino Cortizo celebró el primer año de Panamá Solidario, iniciativa que fue la respuesta del Ejecutivo para la población vulnerable impactada por la pandemia. “Ha logrado mantener la paz social”, es uno de los pregones de Cortizo cuando habla de la iniciativa, discurso que repiten otros altos funcionarios del gobierno. El informe que publicó el BID revela que Panamá podría experimentar un incremento de 7.1% en su índice de pobreza. De ser así, pasaría de un 16.1% a un 23.2%, como resultado del impacto de la pandemia en la economía.
La desigualdad
El estudio destaca que la crisis de la Covid-19 ha dejado al descubierto importantes brechas de cobertura de servicios públicos, como salud, educación y penetración digital. Según datos del Banco Mundial, el impacto del crecimiento económico en la reducción de la pobreza es menor en Panamá que en el resto de la región. La misma cayó 0.19 puntos por cada punto de crecimiento del PIB. En la región cae 0.25 por cada punto de crecimiento. El crecimiento económico, dice el informe, no es distribuido de forma igual, lo que incrementa la desigualdad.
En cuanto a la percepción de esa desigualdad, “hay un proceso de escucha ciudadana que no se está realizando y hay un descontento que no se está atendiendo”, según la asesora económica principal del BID para la región, Marta Ruiz-Arranz. Sus palabras surgieron durante la presentación de la investigación. Una de las principales conclusiones del informe es que la crisis de la Covid-19 puede eliminar los avances sociales de la región, justamente en pobreza y desigualdad, además de afectar “desproporcionadamente” a los más vulnerables.
“La clase vulnerable sería la que tendría la mayor pérdida de ingresos por la Covid-19”, dice el BID. Aunque algunas políticas adoptadas han mitigado la caída de ingresos para los segmentos más pobres de la población.
En el último año, mientras se implementaba Panamá Solidario, muchos sectores de la población se han volcado a las calles en diversas ocasiones para reclamar más ayuda social ante la pérdida de empleos y la suspensión de contratos.
El 2020 cerró con una tasa de desempleo de 18.5%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos. En 2019, era de 7%. Es decir, que la cifra de personas que no tiene trabajo casi se triplica. En medio de este escenario, en diciembre pasado, grupos estudiantiles se tomaron las calles cuando se anunció que los menores de 25 años no tendrían derecho al vale digital de $120, un componente de Panamá Solidario. Las presiones obligaron al Gobierno a retirar la medida.
¿Por qué?
El estudio señala los principales determinantes para la desigualdad en Panamá. Se menciona, por ejemplo, el bajo gasto social en comparación a la región y el mundo. En 2017, por ejemplo, se destinó 8.8% del PIB al gasto social. El promedio de la región fue de 11%, incluso, algunos países destinan el 16%, el doble.
El desequilibrio territorial “sumamente marcado”, también es otro factor. Esto, a pesar del tamaño pequeño del país (una extensión de 75.517 kilómetros, donde viven aproximadamente 4.1 millones de habitantes). La tasa de pobreza es el doble en la población rural y es especialmente alta en las comarcas indígenas. Cuando se habla de pobreza multidimensional, la misma representa el 19% de la población, pero es de 92% en las comarcas.
La deficiente calidad de la educación y la falta de confianza en las instituciones hacen de Panamá un país con poca movilidad social y con una cohesión social deficiente, advierte el informe. Cita los resultados de la encuesta Latinobarómetro, que en 2017 advirtió que solo el 21% de la ciudadanía tenía mucha o alguna confianza en el poder judicial. También menciona a una encuesta de CID Gallup, que destaca que el 50% de los encuestados en Panamá considera que la corrupción ha aumentado con la crisis sanitaria.
Recomendaciones
Por último, el organismo insta a los gobiernos a que fortalezcan los servicios esenciales, como la educación y la salud, y a que hagan más efectivos sus mecanismos de ingreso y gasto público, para generar mayor inclusión política y social de los grupos más vulnerables.