Cada tres días se reporta un suicidio en el país y se estima que hay cinco intentos por día, aunque el subregistro podría ser mayor debido a que muchos prefieren callar, para evitar ser estigmatizados o discriminados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la prevención del suicidio como una “prioridad” de la salud pública. En Panamá también se están dando pasos para cambiar la dinámica que rodea este complejo problema de salud mental.
La doctora en psicología Vali Maduro considera que hoy, cuando se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, hemos estado experimentando mejoras en la relevancia y visibilidad que la salud mental tiene a nivel nacional.
“Hay esfuerzos muy importantes que están implementados o en implementación, que están haciendo gran impacto. En estos momentos hay dos anteproyectos de ley relacionados con la salud mental en general, presentados por el diputado independiente Gabriel Silva y con el abordaje de las conductas de riesgo suicida, presentado por la exministra de Salud, Rosario Turner”, dijo.
De acuerdo con Maduro, las entidades públicas y privadas están participando mediante programas de apoyo. Del lado estatal están las líneas de apoyo emocional 169 y 147; y “Te Escucho Panamá”, que es una iniciativa de la sociedad civil y fundaciones que se dedican a la educación y prevención en temas de salud mental como prevención del suicidio, acoso escolar, duelo, entre otros.
La especialista abogó porque todavía se necesita reforzar el presupuesto dedicado a estos temas, de forma que permita que los tratamientos se brinden de manera consistente y recurrente, y que estén al alcance de un segmento mayor de la población.
Estimaciones de los expertos indican que en Panamá se dedica solo el 3% del presupuesto total de salud a la salud mental, monto que no llega a cumplir con todas las necesidades que tiene la población en el tema.
Estadísticas y leyes
En el mundo se estima que ocurre un suicidio cada 40 segundos. En Panamá, la prevalencia se ha mantenido constante en los últimos años, siendo alrededor de 3.1 por cada 100 mil habitantes, un poco menos que el promedio de la región de Centroamérica, cuya tasa es de 5.1 por cada 100 mil personas.
Los suicidios son más frecuentes en la edad productiva (20 a 60 años) y mucho más frecuentes en hombres que en mujeres (alrededor del 80% de los que se consuman ocurren en varones).
Sin embargo, tanto psicólogos como psiquiatras coinciden en que este problema de salud pública es prevenible en la mayoría de los casos. Se estima que por cada suicidio consumado hay 15 intentos.
Estos datos estadísticos fueron expuestos en las propuestas de ley que se encuentran en la Asamblea. De hecho, para Maduro las dos iniciativas presentadas son “avances excelentes” en los temas de salud mental y prevención de suicidio.
En el caso del proyecto de ley No.253, aprobado en primer debate, establece el marco jurídico del abordaje integral de las conductas de riesgo suicida y su importancia radica, entre otras cosas, en que crea una comisión nacional que se encargaría de desarrollar un plan nacional intersectorial para la prevención de las conductas de riesgo suicida.
“Esto va a traer grandes cambios en educación, tratamientos, estrategias y políticas de Estado”, acotó.
El proyecto de ley 314, que establece las políticas públicas de salud mental, también viene a dar relevancia al tema, ya que va a generar un plan nacional y a crear protocolos y normas que regulen el tema en centros educativos y hospitales. “Con eso se busca evitar la discriminación a personas afectadas por trastornos mentales, conductuales y del neurodesarrollo”, aportó.
Según la psicóloga, además de los temas de presupuesto y capacidad, también debemos mejorar la educación sobre el tema. Específicamente, hizo énfasis en que todos debemos conocer los síntomas de las posibles afectaciones de la salud mental, así como conocemos los síntomas de las afectaciones de la salud física.
“De nuevo, tenemos que educarnos, educar a la población y poder ofrecer más y mejores tratamientos”, concluyó la especialista, quien cree que una vez superada la pandemia por Covid-19 se espera que mundialmente se dé un aumento en las enfermedades de salud mental, primordialmente ansiedad, depresión y estrés post traumático.
Un tema de todos
La jefa nacional de Salud Mental de la Caja de Seguro Social (CSS), Vanessa Flores, manifiesta que Panamá ha tenido muchos avances en el tema de la salud mental, empezando por el hecho de que ya no existen manicomios ni hospitales psiquiátricos, y la atención está centralizada hacia la atención primaria y en hospitales generales, lo cual ha permitido una mejor dinámica de salud.
“Tenemos que seguir trabajando en más campañas de promoción y prevención y así evitar la enfermedad en lo posible. Que más personas asistan a psicoterapia a tiempo y también tomen sus tratamientos para evitar otras complicaciones”, puntualizó la funcionaria, al tiempo que destacó que el suicidio debe ser un tema en el que todos se involucren.
Flores no descartó una ola de enfermedades, como depresión, ansiedad y estrés postraumático luego de la pandemia, por lo cual debemos estar preparados para brindar la atención en varias modalidades, incluyendo la virtualidad.
En ese contexto, aseguró que a través de todas las plataformas tecnológicas se puede llegar a más personas. “El suicidio es prevenible y se puede hacer algo si mejoramos su entendimiento y más personas toman conciencia de este problema de salud pública. La ayuda oportuna puede salvar una vida”, resaltó Flores.
Además, considera que el presupuesto para atender los problemas de salud mental en el país debe ser de por lo menos el 6% del total que se asigna a salud, para llevar adelante muchos más proyectos de lo que se desarrollan actualmente.
Problema moral
José Calderón, jefe de la Dirección General de Salud Mental del Ministerio de Salud consideró que las cifras epidemiológicas de los últimos años indican que la tendencia de un suicidio cada tres días se mantiene en el país.
Usó como ejemplo que a julio de 2019 hubo en el país 89 suicidios y a julio de 2020 fueron 83.
“Eso no quiere decir que sean cifras alentadoras, ya que sigue siendo alarmante para nosotros. Igualmente, hay un subregistro de intentos de suicidio porque difícilmente son reportados a las autoridades”, afirmó.
Calderón manifestó que este problema sigue siendo un estigma entre la población y muchos no quieren hablar del tema. Sin embargo, es optimista en cuanto a que el proyecto de ley aprobado en primer debate en la Asamblea ayudará a mejorar muchos aspectos del abordaje del suicidio en el país.
El funcionario concluye que la hoja de ruta a seguir es declarar por medio de una ley el suicidio como un problema de interés nacional y un problema de salud público. “Eso desmitifica el tema y ya no será un problema de índole moral. Faltaba una ley de este tipo, ya que el suicidio es la segunda causa de muerte entre la población de 14 a 29 años”, dijo Calderón.