Juan Antonio Ducruet fue ratificado esta semana por el pleno de la Asamblea Nacional como nuevo director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan).
Se trata de un desafío mayor si se toma en cuenta que tiene que dirigir la entidad responsable de producir y distribuir agua para más de 4 millones de habitantes. No obstante, ya ocupó ese cargo en los últimos 18 meses de la administración de Martín Torrijos (2004-2009).
En el actual Gobierno Ducruet fue viceministro de la Presidencia y desde agosto de 2019 fue designado como representante principal del Ejecutivo en la junta directiva del Idaan. También estuvo en la junta directiva del Metro de Panamá y en la presidencia de la directiva del aeropuerto internacional de Tocumen, S.A.
Datos. Nuevo director
Juan Antonio Ducruet posee especialidades en planeamiento estratégico y reingeniería de procesos; gerencia de proyectos de infraestructura, servicios e industria; gestión gerencial en empresas comercializadoras de equipos de construcción y agrícolas. Su escogencia se dio al completarse la selección de una terna por la junta directiva del Idaan, que a su vez fue presentada al presidente Laurentino Cortizo.
¿Se dice que las segundas partes nunca fueron buenas. Qué opina de ello?
Nosotros estuvimos durante los últimos 18 meses de la gestión Torrijos y cuando nosotros dejamos el Idaan en 2009 se decía que Panamá tenía el mejor agua del mundo. La gente todavía tomaba agua del grifo, y la confiabilidad en el sistema era muy alta. Dejamos la potabilizadora de La Chorrera, hoy Las Mendozas. En realidad no creo que esto sea una segunda parte de una primera gestión. A lo que venimos es a resolver una situación muy difícil, con muchas áreas con deficiencias en el suministro de agua como Arraiján, en Panamá Oeste y Chilibre en Panamá. Más que una segunda parte es cumplir con los retos que hay, y dejar hacia futuro una transformación del Idaan dentro del esquema de una empresa pública eficiente.
¿Cuál es la realidad actual del Idaan?
En estos momentos lo importante es asumir los más de 85 proyectos que se dejaron contratados en la administración pasada, los cuales representan más de mil 200 millones de dólares y de ese monto total hay 800 millones de dólares en proyectos sin fuente de financiamiento. Eso ahora representa un problema en la ejecución. Para que tengas una idea, en la administración de Torrijos el 80% de los proyectos tenía una fuente de financiamiento externo o un préstamo que los avalaba. Lo que sí te puedo decir es que esos proyectos son prioritarios con la necesidad de agua que hay en Panamá Oeste, también en Panamá y Colón. En fin, hay que buscar las alternativas financieras.
¿Qué se dejó de hacer durante estos más de 10 años en el Idaan?
El Idaan estaba encaminado a un proceso de transformación que involucraba una descentralización y, de hecho, para eso se creó la Unidad de Provincias Centrales, con el fin de atender a cada población de acuerdo con su demografía y realidades sociales y culturales. Las necesidades en Panamá Oeste no son las mismas que las de San Miguelito, Panamá Centro o las provincias del interior del país. Ese proceso se dejó a un lado y se volvió a la centralización de la gestión. Entre 2009 y 2014, tras el fenómeno de La Purísima (tormenta) y que provocó que se distribuyera agua turbia por dos meses, Panamá pierde la confianza en el agua potable y de ese momento nace la cultura de consumir agua en botella. Luego, entre 2014-2019 hubo muchos contratos y no se terminaron las obras. Se hizo poco y al final tenemos una infraestructura que no va a la par del crecimiento demográfico, con presión sobre todo en las periferias.
¿Está la percepción de que su antecesor Guillermo Torres hizo poco por el Idaan. Usted no le pudo dar la mano estando en la junta directiva?
Si se pudiera decir que fue poco lo que hizo es porque realmente poco podía hacer. Torres entra en septiembre de 2019 y a principios de 2020 llega la pandemia por la Covid-19. Con esta situación, la gestión pública y las finanzas se enfocaron en una pandemia, que no solo afectó la salud si no también los ingresos fiscales. Al caerse los ingresos todas las obras quedan paralizadas por medidas sanitarias.
¿Y ahora cuál es su plan para rescatar el Idaan?
Mi plan se basa en cuatro aspectos. El primero, por supuesto, es atender los puntos críticos que nos estamos encontrando y que vienen de situaciones puntuales, como la falta de agua en Atalaya, en Veraguas, al igual que el área de Arraiján, en Panamá Oeste, por el crecimiento demográfico de los últimos años, así como Chilibre, que está muy cerca de la planta potabilizadora Federico Guardia Conte. La segunda fase es reactivar los proyectos de la administración anterior y terminarlos, como lo son: la ampliación de la potabilizadora de David, en Chiriquí; la de Santiago, en Veraguas; finalizar la potabilizadora nueva de Howard, en Panamá Oeste; la de Sabanitas, en Colón; así como todas las potabilizadoras que estaban en construcción. De forma paralela, arrancaremos con el proyecto de transformación del Idaan para mejorar la gestión de servicio y atención al cliente. Además, iniciar la planificación de proyectos nuevos en Costa Arriba y Costa Abajo de Colón, también en el área de Chitré, en Herrera, y estudiar soluciones de agua para las playas del Pacífico.
¿Qué implicaría la transformación de la entidad?
Implica, entre otras cosas, desarrollar un plan maestro. Dicho plan no es más que revisar la planificación de lo que estamos haciendo actualmente para asegurarnos una operación óptima de las redes. La inversión será de 30 millones de dólares para mejorar servicios e iniciar un proceso de digitalización de Idaan, de manera que pueda atender de forma más eficiente a sus clientes. A diferencia de gobiernos pasados, no se harán grandes inversiones en potabilizadoras, sino invertir en la parte de la operación para mejorar las potabilizadoras y estaciones de bombeo que ya existen. La transformación va desde la marca hasta el servicio que la entidad brinda.
¿Si el camino no pasa por la privatización, por dónde pasa?
Pasa por cambiar el modelo de gobierno corporativo y puede ir hacia la regionalización y adoptar mejores prácticas. En el mundo existen empresas de agua que no son privadas y funcionan de forma eficiente. No hay que ir muy lejos, ya que la empresa que brinda el servicio a la ciudad de Medellín, en Colombia, es pública y tiene altos niveles de aceptación. Hay que mejorar los modelos de administración y el recurso humano, como lo hace la Autoridad del Canal, el Metro de Panamá o la Autoridad de Pasaportes.
¿Presentará algún proyecto de ley para transformar el Idaan?
Por supuesto que si es necesario dentro de la estrategia nuestra, se presentará a la Asamblea Nacional. Aunque no necesariamente tiene que convertirse en una sociedad anónima, ya que la Autoridad del Canal de Panamá no lo es y funciona con buenos estándares, así como Pasaportes. Todo esto será analizado y hay que enfocarse en el cliente y ejercer un servicio eficiente hacia el cliente.
¿Cómo hará todas estas transformaciones si el Idaan es visto como un botín político?
Definitivamente, requerimos mejorar la capacidad de gestión, pero eso no significa gestionar a espaldas de autoridades o los interesados políticos. Los líderes políticos juegan un papel, porque están en contacto con las comunidades y me toca trabajar con los representantes, alcaldes y diputados. Lo importante es mantener la parte técnica con los técnicos y la política con los políticos.
¿Qué aprendizaje adquirió estos más de 10 años que estuvo fuera de Idaan y que le puede servir para su actual rol?
Siempre he estado involucrado con el sector luego del 2009. Cuando se habla de agua, cada uno tiene sus necesidades, ya que está el Panamá que recibe agua todo el tiempo, pero también está el de las periferias y el rural. Es decir, el agua muestra mucho las inequidades de las sociedades y el Estado que invierte en agua apuesta por combatir la inequidad.


