La vacuna rusa Sputnik V se convirtió esta semana en el tercer tratamiento para uso de emergencia contra la Covid-19 que avala Panamá, luego de hacer lo mismo con las vacunas de Pfizer/BioNTech y de AstraZeneca/Universidad de Oxford.
Al igual que las demás, la Sputnik V no escapa del debate público sobre sus pros y contras. Pero más allá de eso, científicos y médicos consideran que lo ideal es que llegue pronto al país, para hacer frente al virus.
De esta vacuna se sabe que tiene una eficacia de 91.6% frente a la Covid-19, según un análisis de los ensayos clínicos publicado por la revista médica The Lancet y validado por expertos independientes.
No obstante, hasta el momento no recibe el visto bueno de entidades regulatorias internacionales, como la Agencia Europea de Medicamentos o la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.
A pesar de lo anterior, su uso ha sido autorizado por varios países, entre los que están Hungría y, en América Latina, México y Argentina, por mencionar algunos.
Para científicos como Eduardo Ortega, asesor del Consorcio de Investigación de Vacunas Covid-19 Panamá, el país adquirió suficientes vacunas; el problema es que no están llegando en el tiempo que se esperaba.
“Tenemos 7.2 millones de dosis contratadas y eso sería para vacunar a 3.6 millones de personas”, puntualizó.
A juicio del también director de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación, la compra a Rusia y también a China, de la vacuna Sinovac, debe ir enfocada en la rapidez con la que llegarían esos pedidos a Panamá.
“Si nos prometen que las pueden entregar en abril o mayo sería excelente y debería considerarse, ya que estamos en una pandemia”, dijo.
El científico resaltó que es evidente que en el mundo hay una competencia entre países por las vacunas.
Sobre este tema también se manifestaron en redes sociales especialistas como el pediatra infectólogo Xavier Sáez Llorens, quien favorece el uso de la Sputnik V.
“Espero puedan cumplir con suministro rápido y regular”, subrayó Sáez Llorens, quien agregó que esta vacuna aún no forma parte del portafolio de vacunas del mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para la directora de Farmacia y Drogas del Minsa, Elvia Lau, la aprobación de la vacuna es un paso más en la lucha contra la Covid-19.
Lau indicó que evaluar la información de la Sputnik V les tomó varias semanas, ya que no se trata de un proceso sencillo. También detalló que tuvieron acercamientos con organismos regulatorios de otros países donde ya se utiliza este tratamiento.
La directora indicó que esta vacuna tiene detalles muy particulares, como, por ejemplo, que la primera y la segunda dosis tienen composiciones diferentes.
Mencionó que la mejor vacuna en caso de emergencias, como lo es una pandemia, es la que tiene o puede tener acceso tu país.
Sobre el tiempo que debe pasar entre la primera y la segunda dosis, Lau precisó que en el dossier enviado por los fabricantes se estipula como referencia tres semanas.
El pasado 4 de febrero, el ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, envió una nota al director del Fondo Ruso de Inversión Directa, Kirill Dmitriev, en la que le pidió 3 millones de dosis de la Sputnik V.
Sinovac
Otra vacuna por las que Panamá también está apostando es la china Sinovac. De hecho, autoridades del Minsa sostuvieron reuniones con representantes de esta vacuna en marzo.
El pasado viernes, el laboratorio chino Sinovac anunció que duplicó la capacidad de producción de su vacuna contra la Covid-19, a 2 mil millones de dosis anuales.
En estudios realizados en Brasil, se ha evaluado que es eficaz en torno al 50% para prevenir el contagio y al 80% para evitar la intervención médica. Cada paciente necesita dos dosis.
El miércoles, expertos de la OMS afirmaron que las vacunas de Sinovac y de su compatriota Sinopharm son seguras y eficaces contra la Covid-19, pero se necesitan más datos antes de recomendar su uso.
“Faltan datos (...) para los ancianos y las personas que padecen otras enfermedades”, estima el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización de la OMS.