Los días en que el médico Leonardo Labrador aparecía en las pantallas del televisor de miles de hogares panameños que esperaban ansiosos los últimos pormenores de la pandemia del nuevo coronavirus quedaron atrás.
Pasó de ser una estrella de la ciencia y funcionario de alto perfil del Ministerio de Salud (Minsa) a ser un hombre esposado y acusado de la presunta comisión de delitos contra la salud pública y corrupción; esto, como parte del proceso que le sigue la Fiscalía Anticorrupción por el negociado en los hisopados para los viajeros de las islas del Pacífico.
No ocultó su rostro cuando llegó ayer a las 10:25 a.m. a la sede del Primer Distrito Judicial del Sistema Penal Acusatorio (SPA), en Plaza Ágora, donde se realizó una audiencia de garantías.
Custodiado por agentes de la Policía Nacional, el exjefe de Epidemiología del Minsa entró con paso rápido al recinto. Minutos después, llegó la laboratorista Carmen Arosemena, otra de las investigadas. Ella entró esposada y con la cabeza cubierta con una toalla.
Ana Lorena Chang, exjefa de Salud Pública de la Región Metropolitana, pareja de Labrador y otra de las implicadas, siguió la audiencia a través de internet. Se informó que tiene Covid-19.
Los tres fueron detenidos un día antes, el martes 8 de febrero, en un sonado allanamiento que involucró a autoridades de varias entidades del Estado.
El sustento
En la audiencia, la jueza Marisol Ortiz imputó cargos a Labrador por la presunta comisión de delitos contra la salud pública y corrupción. Arosemena y Chang deberán responder por la presunta comisión de delitos contra la salud pública. Labrador quedó detenido. A las dos mujeres se les impuso medida de arresto domiciliario.
Labrador y Chang están ligados a Sermedic, el laboratorio que realizó los hisopados para los viajeros a las islas del Pacífico. Cuando estalló el escándalo, el Minsa los destituyó de sus puestos por conflicto de interés.
El fiscal Omar Jaén, quien sustentó los cargos, expuso a la jueza sus descubrimientos. Por ejemplo, de Labrador dijo que se aprovechó de su puesto para usar información privilegiada y así entablar los centros de hisopados en cinco hoteles y en la playita de Amador. Narró que como jefe de Epidemiología del Minsa realizó reuniones con empresarios de esa área para establecer esos laboratorios, incluso antes de que el decreto oficial que ordenaba realizar esas pruebas estuviera firmado por el presidente de la República.
En tanto, el fiscal argumentó que gracias a la declaración jurada de la encargada de trazabilidad del Minsa se demostró que Chang dio la orden de borrar el nombre Sermedic de la base de datos del Minsa y ordenó que sólo pusiera que se trataba de “un laboratorio privado”.
Mientras que Carmen Arosemena, jefa de laboratorio del Centro de Salud de Mañanitas y laboratorista en el Hospital Susana Jones, utilizó el usuario que tenía como laboratorista para introducir los resultados de los hisopados en la base de datos del Minsa, pese a que Sermedic sólo tiene permiso de clínica general.
El aviso de operación de Sermedic tenía como dueña a Chang, pero ese documento fue cancelado para usar la sociedad anónima A&L Medic, S.A. Entre los directivos de esta última empresa figuran Chang y Labrador.