COVID-19

Las lecciones de Costa Rica en el manejo de la pandemia

Las lecciones de Costa Rica en el manejo de la pandemia
Marín Müller opina que pensar en alcanzar la inmunidad de rebaño sin una vacuna es un error. Cortesía


Costa Rica es uno de los países de América Latina que está dando lecciones en el manejo de la pandemia del nuevo coronavirus. De hecho, es una de las naciones de la región que reporta menos muertes y una baja tasa de mortalidad.

Los expertos dicen que su efectiva fórmula para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2 se debió a una respuesta rápida, luego de que se confirmó el primer caso el pasado 6 de marzo.

Aunque las autoridades sanitarias no implementaron una cuarentena general, sí cerraron sus fronteras y restringieron la circulación de vehículos, al tiempo que ordenaron el cierre de negocios y limitaron la capacidad de restaurantes y tiendas.

Formación. Christian Marín Müller

Es un científico costarricense con un doctorado y postdoctorado en virología molecular y microbiología del Baylor College of Medicine, una maestría en emprendimiento y biotecnología de Case Western, y una licenciatura en biología molecular del Instituto de Tecnología de Florida. Marín Müller es inventor y desarrollador de terapias moleculares contra el cáncer y lidera la empresa de biotecnología Speratum en Costa Rica.

Así lo planteó en una entrevista con La Prensa el costarricense Christian Marín Müller, doctor en virología molecular y microbiología del Baylor College of Medicine de Texas, Estados Unidos, y quien en 2013 descubrió un tratamiento que permite luchar contra el cáncer de páncreas. Al hablar con este diario, Marín, compartió varias de las razones por la que el país vecino ha logrado que mueran menos personas a causa de la Covid-19.

¿Cuáles son las claves de la estrategia de Costa Rica en el manejo de la enfermedad Covid-19?

El Ministerio de Salud tomó medidas muy rápidas, como cerrar las fronteras antes de que se registraran 100 casos, recomendar el teletrabajo casi de inmediato y restringir el tránsito vial.

Además, Costa Rica cuenta con un sistema de salud muy robusto, liderado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCCSS), una entidad establecida en 1941 que desde entonces se ha venido fortaleciendo. Y se fortaleció aún más en preparación para la pandemia, con infraestructura, equipos e insumos, como ventiladores, pruebas de diagnóstico y equipos de protección personal.

De igual modo, la respuesta coordinada entre ambas instituciones (Ministerio de Salud y CCCSS) se sumó a una respuesta social aplicada por la mayoría de los costarricenses para lograr una estrategia que hasta el momento ha sido muy efectiva.

¿Qué hace Costa Rica diferente a otros países de la región para tener menos casos y muertes ?

Cada país debe tener su propia logística de respuesta, basada en la ciencia y en análisis de la respuesta global, pero adaptada a las realidades de cada país. En mi opinión, Costa Rica ha liderado con ciencia. El manejo epidemiológico ha permitido tener pocos casos. Por otro lado, el sistema de salud integrado de Costa Rica permitió tener una respuesta coordinada de abastecerse con equipos de protección y pruebas de diagnóstico. También hubo una respuesta importante por parte del sector privado y de los ciudadanos, que ha aportado al control del contagio. Incluso, tener pocos casos permite al sistema sanitario funcionar de la manera más óptima, lo que se traduce en mejores resultados para los pacientes.

¿Cómo ha logrado mantener estable la transmisión del virus?

Para controlar los casos, lo más crítico es poder dar trazabilidad a los contactos de una manera rápida y proactiva. El manejo por parte del Ministerio de Salud ha permitido darle seguimiento a los nexos epidemiológicos en el país, y la mayoría de casos confirmados diariamente ya estaban bajo observación y habían recibido orden sanitaria de aislamiento.

¿Cuántas pruebas realiza Costa Rica a diario para detectar personas contagiadas?

Para entender si se está haciendo la cantidad correcta de pruebas hay que entender claramente cómo funcionan las pruebas. Las pruebas no son infalibles, ya que pueden ocurrir falsos resultados, ya sean positivos o negativos. Las pruebas de PCR, que son las que de momento se utilizan exclusivamente en Costa Rica, detectan el virus cuando este llega a un cierto límite de detección. Es decir, hay cierta cantidad de virus que permite detectarlo. Generalmente, esta cantidad detectable se alcanza al mismo tiempo en que se detectan síntomas en el paciente. Tal vez en algunos casos unas 24-48 horas antes de los síntomas, pero en la mayoría de los casos el resultado será negativo o inconcluso. Lo preferible y científicamente correcto es hacer pruebas entre el día 2-3 después de que empiezan los síntomas. Hacerlos en otro momento, no tiene mucho sentido. Por ende, mi opinión es que Costa Rica ha hecho exactamente la cantidad correcta de pruebas.

De hecho, informes del Ministerio de Salud hasta el pasado 30 de mayo muestran que se han procesado un total de 26,073 muestras, confirmado 1,047 casos y muerto 10 personas.

¿Es para Costa Rica desventajoso tener pocos casos de Covid-19 para lograr una la inmunidad colectiva o de rebaño?

Claro que al tener menos casos, todo mundo será vulnerable. Pero no sabemos qué tanto se protege una persona que ya estuvo enferma. Y en ciudades como Estocolmo, en Suecia, donde mantuvieron relativamente abierta la economía, ya llegaron a miles de muertes y únicamente van por una exposición del 25% de la población. Tampoco es una solución. Los seres humanos no somos ovejas. Nuestras vidas individuales tienen un valor intrínseco.

¿Es posible tener una vacuna en 18 meses, como plantea la OMS o algunos científicos?

El desarrollo de una vacuna es un proceso largo y complejo. El récord ocurrió en los años 60 con la vacuna de paperas, que demoró 4 años. Hay que acordarnos que la ciencia tiene que funcionar primero. La vacuna tiene que demostrarse no sólo efectiva, sino segura. No podemos inocular a una gran cantidad de la población con algo que no ha sido evaluado totalmente. Hay más de 100 vacunas en desarrollo y muchas van a fallar. Las que logren pasar por las 3 fases de ensayos clínicos, tendrán que ser aprobadas y manufacturadas. Si logramos tener una vacuna en 18 meses, sería un nuevo récord mundial. Aunque difícil, yo sí lo veo posible, especialmente dado el enfoque y apoyo global que está ocurriendo en este momento.

Una vacuna sin duda alguna nos permitiría recuperar mucha de nuestra antigua normalidad, pero ya sabemos que falta bastante tiempo para tenerla. Los tratamientos contra la enfermedad sin duda alguna serán un arma contra el virus, porque saldrán más rápidamente, pero la mejor estrategia es seguir las reglas de higiene, mantener la distancia física y social, usar mascarillas en público y quedarnos en casa si podemos.

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