Hay una fotografía en blanco y negro: un hombre, de traje y corbata, avanza al frente de una multitud. Policías antidisturbios le cierran el paso. Él abre los brazos, como para proteger a los que le siguen. Ese hombre era el entonces líder del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Ricardo Arias Calderón, uno de los rostros de la oposición al régimen de Manuel Antonio Noriega.
El hecho ocurrió el 9 de junio de 1987 durante una marcha opositora, días después de que el coronel Roberto Díaz Herrera, hasta entonces número dos de las Fuerzas de Defensa, se desmarcara, tras jubilarse, de su antiguo compañero de armas y lo denunciara por asesinato, corrupción y hambre de poder. La foto retrata, más que el hecho, a su protagonista.
Ricardo Arias Calderón había nacido el 4 de mayo de 1933 en la ciudad de Panamá, como el segundo hijo del hogar formado por el ingeniero Ramón Ricardo Arias Arias y Guadalupe Rosenda Calderón Herrera de Arias. Tuvo dos hermanos: Ramón Manuel y Jaime Alberto.
En la escuela Simón Bolívar estudió su primaria. La secundaria la haría fuera del país en la Culver Military Academy en Indiana, Estados Unidos (EU). Luego iría a la Universidad de Yale. Y de allí, a Europa.
Devoto católico, en sus años estudiantiles se debatió entre la vocación sacerdotal y la vida laica. En Francia, asistió a la Escuela de Teología de los Dominicos en Saint Maximin. Después ingresó a la Sorbona, donde se licenció en Filosofía en 1958. En la Escuela Práctica de Altos Estudios, obtuvo su doctorado en Historia de la Filosofía. En Europa se orientaría hacia la educación superior y la política latinoamericanas, y recibiría la influencia del pensador humanista cristiano Jacques Maritain.
De vuelta a Panamá, asumió como profesor titular de filosofía, entre 1962 y 1968 en la Universidad de Panamá, y se hizo miembro del PDC. En 1964 se casó con Teresita Yániz Alonso, compañera de vida y luchas, con quien tuvo dos hijas y dos hijos. María Teresa, María de Los Ángeles, Martín e Ignacio.
GOLPE Y EXILIO
El golpe militar de 1968 provocó el cierre de la universidad y, en 1971, el exilio de los Arias-Yániz, primero a Venezuela y luego a EU, donde Arias Calderón siguió enseñando. En febrero de 1979, regresarían a Panamá y Arias Calderón retomaría su cátedra.
Opositor de los militares, no obstante, favorecía los tratados del Canal de 1977. En 1980 formó parte de los cinco fundadores de La Prensa y miembro de su primera junta directiva.
En 1984, aun cuando se le ubicaba como cabeza de la nómina opositora para las primeras elecciones generales en 16 años, cedió a favor del derrocado Arnulfo Arias Madrid, manteniendo una segunda vicepresidencia.
El fraude, que favoreció al candidato oficialista Nicolás Ardito Barletta, el asesinato del médico Hugo Spadafora y las revelaciones de Díaz Herrera fueron escenarios en los que la voz de Arias Calderón lideró a la oposición política.
En 1989, cuando el régimen aceptó convocar a elecciones, Arias Calderón rechazó ir con una nómina propia y apoyó a Guillermo Endara como fórmula vicepresidencial, junto a Guillermo Ford. Pese a haber ganado las elecciones por amplio margen, el régimen anuló los comicios.
La invasión de Estados Unidos en diciembre de ese año puso a la nómina ante un dilema: aceptar juramentarse en una base militar estadounidense o dejar que los invasores decidieran el futuro político del país.
Desavenencias con el gobierno de Endara, del que también fue ministro de Gobierno y Justicia, provocaron su salida en 1992. Arias Calderón intentó una nueva candidatura presidencial, pero ya empezaba a aquejarlo el mal de Parkinson.
Arias Calderón siguió opinando y escribiendo en los periódicos sobre temas de actualidad.
Según Edwin Cabrera, antiguo militante demócrata cristiano y quien fue cercano a Arias Calderón, este demostró con su vida “que sí se puede tener ética en la política”.
En mayo de 2013, la presentación del libro Ricardo Arias Calderón, pensador y constructor de democracia, del periodista Julio Bermúdez Valdés, se convirtió en un homenaje a su vida y trayectoria.