Todos fueron ajusticiados de un disparo en la cabeza. Así lo detallan los informes de las autopsias practicadas a los cuerpos de los siete jóvenes encontrados el sábado 18 de julio asesinados en un bunker cerca del residencial José Domingo Espinar en el corregimiento de Cristóbal.
Fuentes ligadas a la investigación informaron que el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imelcf) entregó a la Fiscalía de Homicidio y Femicidio de Colón el informe de la necropsia de los siete cuerpos. No se encontraron otros signos de torturas.
Según este reporte, cinco cuerpos estaban dentro de un bunker en Fuerte Espinar en las inmediaciones del lago Gatún y dos en la parte exterior. El crimen múltiple se cometió el día viernes 17 de julio, cuando un grupo de 13 jóvenes salieron, de paseo a eso de las 10:00 a.m., a darse una baño en el lago Gatún, pero nunca regresaron.
El grupo de siete de víctimas está conformado por tres hombres y cuatro mujeres con edades entre los 15 y 25 años de edad, todos con herida de bala en la cabeza, lo que indica que fueron ejecutados.
Peritos buscan pruebas
Ayer los peritos de criminalística también analizaban una serie de indicios encontrados en la escena del crimen, que pudieran arrojar más luces.
A la vez, revisan el contenido los mensajes de los celulares de los sobrevivientes para ver qué tipo de comunicaciones sostenían en el grupo.
Los cuerpos fueron encontrados el día sábado por moradores de Cristóbal y parientes de las víctimas , luego que el viernes varios de los bañistas reportaran que dos sujetos encapuchados y con armas los interceptaron, les robaron y retuvieron a sus compañeros.
Nueve de los chicos eran de la provincia de Colón y cuatro de Panamá. Una de las versiones del hecho indica que los que estaban fuera del agua -unos seis- pudieron escapar y llegar al puesto policial de Margarita. Al parecer uno de los agresores era conocido de una de las víctimas, porque le llamó por su nombre.
Incluso, hay una versión que señala que los asesinos preguntaron quién era del área y por eso habrían dejado ir a los que no vivían cerca. De hecho, las víctimas fatales tenían en común que eran de Valle Verde en Puerto Escondido.
Ahora los sobrevivientes reciben asistencia de la Unidad de Protección de Víctimas, Testigos, Peritos y demás intervinientes del proceso penal (UPAVIT) del Ministerio Público.
Datos preliminares detallan que ninguno de los 13 jóvenes tenía vinculación con delitos o pandillas. Por el contrario, la mayoría eran estudiantes de secundaria y universidad.
Entre las víctimas habían dos hermanas menores de edad: una de 15 años y la otra de 16. Igualmente, habían dos hermanas mayores de edad: de 21 y 18 años.
Uno de los chicos asesinados, de 17 años, era de nacionalidad colombiana y había llegado al país antes del inicio de la pandemia de la Covid-19 en marzo.
Desde el mismo viernes los padres empezaron la búsqueda de sus hijos, al descubrir que se hacía tarde y no llegaban ni se comunicaban.
Un grupo de parientes se trasladó a la sub estación policial de Villa del Caribe, donde dieron aviso de la desaparición, en principio, de los 13 jóvenes.
Un sospechoso
Por este caso la fiscalía detuvo a un sospechoso en la comunidad de Achiote, en Costa Abajo de Colón, quien vive en la comunidad de Valle Verde, donde residían las víctimas.
Se informó que el fiscal Adolfo Pineda, quien está a cargo de la investigación, solicitó audiencia para la legalización de la aprehensión, formulación de imputación y aplicación de medidas cautelares.
Las fuentes explicaron que una de las hipótesis de la fiscalía es que se pudo tratar de un crimen pasional. Ayer la fiscalía entrevistó por separado a los seis sobrevivientes para establecer la congruencia de los relatos.
Paralelamente, este fin de semana circularon audios en los que se señalaba que los jóvenes “vieron en el área algo que no tenían que ver”.
El crimen fue perpetrado en un área boscosa bastante alejada en el antiguo fuerte Gullick (hoy Fuerte Espinar). En el lugar existen algunos bunker abandonados que eran usados por el Comando Sur de Estados Unidos para operaciones militares.
Algunos residentes del lugar aseguran que este lugar, por encontrarse apartado de las comunidades, es utilizado para actividades relacionadas con el tráfico de droga, pero hasta ahora las autoridades no tienen indicios que sostengan una hipótesis como esta.
Las autoridades, desde el ministro de Seguridad Pública, Juan Pino, hasta el director de la Policía, Jorge Miranda, han advertido que encontrarán a los culpables de este crimen múltiple, que se suma al de El Terrón, donde fueron asesinadas siete personas en enero pasado.
Iglesia se pronuncia
La Diócesis de Colón y Guna Yala, en un comunicado, lamentó los crímenes y pidió a la comunidad colonense combatir la violencia y el crimen “que envuelve a niños y jóvenes convirtiéndolos en víctimas y victimarios”.
Estadísticas del Ministerio Público revelan que hasta junio pasado en la provincia de Colón se había reportado un total de 46 homicidios.
De acuerdo con las autoridades la mayoría de estos homicidios están relacionados con ajustes de cuentas relacionados con la venta de droga y disputas entre pandillas.
Las cifras convierten a Colón en la tercera provincia como más homicidios, solo superada por las provincias de Panamá con 97 homicidios y Panamá Oeste con 58.