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‘Los financiamos y quedamos con la pérdida’: Raisa Banfield

‘Los financiamos y quedamos con la pérdida’: Raisa Banfield
Raisa Banfield. Archivo


¿Qué es la minería a cielo abierto y por qué afecta al ambiente?

Es la extracción, mediante agresivas explotaciones, de todos los minerales metálicos del subsuelo. Y necesita millones de galones de agua para operar. Agua que necesitamos para tomar. Y además, las aguas residuales quedan contaminadas para siempre.

¿Por qué Costa Rica pudo decirle no a la minería a cielo abierto y Panamá no?

Porque su población conoce y valora su riqueza natural, y presionó al gobierno para que rechazara la minería como política de Estado. En Panamá, demasiados ciudadanos y todos los gobiernos valoran más la plata a corto plazo que las consecuencias a largo plazo.

Toda la vida se han extraído minerales. En Panamá, hay 199 mil 112 hectáreas concesionadas para minería. ¿Cuándo se vuelve nociva la extracción?

Cuando se industrializa con químicos, cianuro y grandes devastaciones. Mientras más pasa el tiempo, menos mineral hay y más invasivo se vuelve el proceso.

¿Por qué la consigna es no a la minería, y no minería responsable y sostenible?

Eso no existe. Sostenible es aprovechar un recurso que se renueva y queda para las siguientes generaciones. El mineral desaparece para siempre. Y, ¿cómo va a ser responsable si devasta, extrae, agota, se acaba y contamina? Por algo tantos países la han prohibido.

Pero hoy la minería no es una actividad ilegal… ¿Qué sugiere?

Me pregunto si nos atreveríamos a ponerle tres condiciones a las empresas. Solo tres: dos operaciones exitosas sin contaminación ambiental en lugares similares a Panamá, una fianza por el equivalente al valor total de la inversión, y que el 60% de las regalías sean para el país.

O sea, subir de 2% a 60%.

Sí. Nosotros ponemos la tierra, el agua, el bosque, las pérdidas, el daño, el mineral… pero no creo que ningún gobierno aquí se atreva a proponer eso. Eso sí sería velar por el país y ellos no están por eso.

Cobre Panamá ha registrado ventas por $2 mil millones en menos de dos años, pero al Estado le han tocado $35 millones. ¿Cómo se explica eso?

Otra muestra del mal negocio. Y a eso súmale las pérdidas por las que no pagan, el agua contaminada que nunca más será usada, los bosques devastados con toda su biodiversidad… Además, les exoneramos los impuestos y les alquilamos en $1 la hectárea al año… Al final, les financiamos la operación y nos quedamos con las pérdidas. De esos $35 millones, se van $30 millones en reparar los daños de la tina, porque la empresa, para acabar, quebró. Y en teoría algo le quedaba al municipio. Ve a ver si el de Donoso está mejor que hace 15 años...

Si eso es tan claro, ¿por qué no hay un solo gobierno que lo entienda?

Porque la minería es plata fácil.

A corto plazo es buen negocio: PIB, especulación, compras, alquileres, construcción. Reactivan la economía. Pero, ¿qué pasa después?

Como es tan volátil, cuando la operación deja de ser rentable, no cierran y se van. Esperan y cuando el precio se vuelve a disparar, vuelven a extraer. O se declaran en quiebra y no puedes perseguirlos, porque como los dejamos subdividir la concesión en todo lo que la empresa quiera, cuando el Estado quiere corretear a la empresa, no tiene a quién buscar. Ni fianzas ni bienes que secuestrar. Llegan, explotan, exportan y se van.

¿No se puede compensar el daño ambiental con pagos adicionales?

¿Con plata limpias el aire y el agua? ¿Revives especies extinguidas? Como son cosas que no tienen precio, las ignoran.

Las tinas de relave de Petaquilla no reciben mantenimiento desde 2017. ¿Quién se responsabiliza si se vierten esos millones de galones de agua?

Nadie. Y si no, busca a los responsables de Petaquilla o de Santa Rosa.

Ahora que existe la mina de cobre de Donoso, ¿qué hacer con ella: cerrarla o supervisarla estrictamente?

El Estado lleva 30 años diciendo que va a fiscalizar estrictamente la minería, y lo único que vemos son los desmadres que dejan. ¿Por qué sería distinto ahora? Queremos vendernos como Chile, sin tener su institucionalidad. Y, a corto plazo, podría parecer que costaría mucho cerrar las minas. Pero es mucho menos de lo que costaría reparar los daños después.

¿Sugiere entonces no solo no dar más concesiones sino cerrar las existentes?

Tenemos 15 informes que reportan más de 200 incumplimientos y daños. Si el gobierno exigiera el cumplimiento estricto, la mina no lo soportaría: se tendría que ir. ¿Por qué permanecen? Porque hacen lo que les da la gana y les resulta rentable. Pero nos da miedo hacer cumplir la ley. Hacen lo que les da la gana con nosotros. Y para acabar, cada cinco años los funcionarios que se “capacitan” para fiscalizar y ponen las reglas de las mineras, quedan trabajando en ellas. Y al revés. Ahí sí practican el reciclaje. Así pasó con Richard Fifer, Manuel J. Paredes y otros.

Su respuesta a quienes dicen que todo lo que usamos tiene metales y que los ambientalistas deberían dejar de usar computadoras y celulares.

No decimos no a la minería en ningún país, sino que se produzca donde cause menos impacto; por ejemplo el desierto de Atacama, en Chile, 10 mil kilómetros cuadrados más grande que Panamá.

Secuelas en salud pública. ¿Mito urbano o desinterés en documentarlo?

Lo último. Ninguna entidad ha querido validar los testimonios de los afectados.

Según Enrique Lau, la minería podría financiar el Seguro. ¿Por qué no?

La mina dejó de pagar hasta el seguro de sus trabajadores. Estamos fritos si pensamos que van a salvar el Seguro.

Las mineras alegan que dejan muchos empleos y generan actividad económica indirecta.

Son empleos temporales y traen mano de obra más barata de otros países.

También dicen que hacen labor social.

Así tratan de vender como responsable lo que es totalmente irresponsable. Y a los gobiernos les encantan las empresas así, porque les quitan sus responsabilidades.

Las personas ven la minería a cielo abierto como lejana y que no los afecta. ¿Desinterés o mala tarea de docencia de parte de los ambientalistas?

Las dos. No queremos mirar lo que nos incomoda, y menos si da plata. Nos conformamos con usar bolsas reciclables.

Hagamos un resumen del tema minero gobierno por gobierno. Empezamos con Omar Torrijos.

Vendió la minería como la panacea para el desarrollo de Coclé.

Seguimos con el Toro, que hizo el contrato ley con Petaquilla.

Embargó al país con un contrato lesivo y leonino.

¿Qué pasó con Mireya?

Pasó agachada, porque el precio del oro y el cobre estuvo bajo en su gobierno.

¿Cómo nos fue con Martín Torrijos?

Lo resucitó y le aprobó el estudio de impacto ambiental a Petaquilla.

Y, ¿cómo siguió la cosa con Martinelli?

Él dijo que no creía en la minería. ¿Qué hizo eso? Tumbó el precio de las acciones. Y luego empezó a impulsarla. Acuérdate de Financial Pacific…

Y luego, en la ley chorizo, modificó el Código Minero, que era de los años 1960.

Y lo flexibilizó a favor de las minas. Hasta le quitó el plan de cierre.

Con Varela la minería se volvió un pilar de la economía. ¿Cómo fue eso?

Sí, los mineros entraron por la puerta ancha.

En ese gobierno pasaron la Ley general de Ambiente y crearon MiAmbiente que, en teoría, reglamentaba la minería… pero el ministro fue Emilio Sempris, un exconsultor de la minera.

Así mismo. Igual que crearon la ley de la bahía de Panamá y no hicieron nada para protegerla. Y siguieron haciendo los contratos a la medida.

Al final del gobierno pasado, la Corte declaró inconstitucional el contrato de Petaquilla y la empresa presentó un recurso de aclaración en 2018, que aún no les resuelven. Mientras, siguen operando. ¿Complicidad?

Sí, de los tres poderes del Estado. La Asamblea, que no fiscaliza. La Corte, que no resuelve la aclaración, y el Ejecutivo, que no reivindica lo actuado en 1997.

¿Qué pasó ahora con este gobierno?

Sin solucionar el problemón que nos dejó Petaquilla, están abriendo 25 mil hectáreas más a concesión y ya hablan de meter una refinería de oro.

¿Quién del gobierno está tras esto?

¿Quién fue abogado de Petaquilla?

Gaby Carrizo. ¿Conflicto de intereses o peor?

Mucho más allá.

Han pasado dos años desde que la bancada del PRD impidió que Varela extendiera el contrato de Minera Panamá. Decían que iban a renegociar el contrato, pero la compañía sigue pagando el 2% de regalías… ¿Será que querían negociarlo ellos?

Sí, igual que con los nombramientos de la Corte. No querían que Varela los hiciera, para tener más nombramientos ellos.

De forma sorpresiva, Ramón Martínez anunció que una empresa canadiense desconocida quería reactivar la mina de Petaquilla. La compañía se registró en noviembre de 2019 en Panamá y en un año hicieron esta propuesta. ¿Negociación con nombre y apellido?

Eso está tan turbio como el agua de Petaquilla.

Esa empresa propone invertir $250 millones en una refinería y que el Estado se quede con el 50%. ¿Muy bueno para ser verdad o les creemos?

Nadie es tan generoso porque sí. Además, ahí no hay qué ganar: la refinería es lo más contaminante en una mina. Si no, mira el caso de La Oroya, en Perú.

¿No es raro que el gobierno incluyera las 25 mil hectáreas al régimen minero y a los pocos días anunciaran la oferta de Broadway Minerals?

Ya no es ni sospechoso: no se puede esperar nada distinto. La misma historia de negociados descarados para pocos y pérdidas para muchos.

Y entonces aparece una foto de Cortizo y Carrizo con el representante legal de Broadway Minerals en Panamá, que tiene un caso de estafa en España por las criptomonedas…

Eso me recuerda a Lavítola. La historia se repite en espiral.

¿Qué piensa de que consultoras mineras de Canadá y Chile asesoren al gobierno en materia minera?

¿Les pagamos para que vengan a promover su negocio?

Mici y MiAmbiente, ¿promotores o reguladores de la actividad?

Promotores.

¿Cómo eligieron a los participantes del diálogo minero que impulsa el Mici? ¿Invitaron críticos o para qué?

¿Hubo convocatoria? De mis colegas, a ninguno lo invitaron.

Minería hoy es sinónimo de…

Pan para hoy, hambre para mañana.


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