Al menos 33 reos murieron durante una revuelta en una prisión del estado brasileño de Roraima ayer, en una posible venganza de un cartel de drogas luego de que algunos de sus miembros fueron asesinados días antes en la peor masacre carcelaria en décadas en el país.
El secretario de Justicia y Ciudadanía de Roraima, Uziel de Castro, dijo en una entrevista con la radio BandNews que los incidentes fueron responsabilidad de Primer Comando Capital (PCC), la mayor banda de narcotráfico de Brasil. Muchos miembros del PCC murieron en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim, en el estado de Amazonas.
A varias de las víctimas de la revuelta de ayer en la Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo, les arrancaron los corazones y quemaron sus cuerpos en una hoguera, reportó el diario Estado de S.Paulo, que citó a funcionarios de seguridad.
Autoridades del estado dijeron que la revuelta en Monte Cristo había sido controlada por fuerzas del Batallón de Operaciones Policiales Especiales de la Policía Militar.
En octubre de 2016, un episodio de violencia entre bandas rivales de narcotraficantes en ese recinto terminó con 10 muertos.
Al menos 93 reos han muerto esta semana en tres incidentes separados en Brasil, lo que hace temer que se estén saliendo de control los grupos narcos rivales que dominan muchas de las cárceles del país.
Sin embargo, el ministro de Justicia, Alexandre Moraes, declaró que las muertes en Roraima fueron resultado de una disputa interna del PCC y que no tenían relación con el incidente del lunes en Amazonas. “La información que me fue entregada inicialmente indica que se trata de un ajuste interno”, alegó Moraes a medios en Brasilia, insistiendo en que el Gobierno tiene control del sistema carcelario.
Expertos en seguridad habían pronosticado tras los hechos del lunes que habría más violencia en las penitenciarías de Brasil, controladas por bandas del narcotráfico.