El gasto generado por el pago de las deudas acumuladas con proveedores hasta el 31 de diciembre será asignado a los años que se generaron esos compromisos, lo que provocará el aumento de los déficits fiscales entre los años 2014 y 2018.
El ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, dijo el pasado miércoles que al 31 de diciembre de 2018 había cuentas por pagar por un total de $1,253 millones, cifra que equivale al 1.8% del producto interno bruto. Al tratarse de cuentas de vigencias anteriores, ese gasto será reflejado en los balances fiscales entre 2014 y 2018 y no afectaría, por tanto, las cuentas de 2019, que ya están presionadas por los gastos del año y la caída de los ingresos.
El ministro explicó que “todos los déficit del pasado fueron afectados y subidos por la distribución de ese 1.8% del PIB”, esos $1,253 millones adeudados, y adelantó que hay disponibilidad de fondos para pagar esas cuentas pendientes.
El pago de las deudas arrastradas fue una de las principales promesas de campaña del presidente Laurentino Cortizo.
La exministra de Economía y Finanzas Eyda Varela de Chinchilla dijo que la pasada administración asumió en los presupuestos corrientes compromisos adquiridos anteriormente y acusó a la actual administración de hacer un manejo político de las finanzas públicas.