Mina de cobre causó 209 daños ambientales

Mina de cobre causó 209 daños ambientales


Contaminación en los ríos y suelos en lo que fue un área protegida es el patrón de 13 informes de más de una veintena de inspecciones del Ministerio de Ambiente (Miambiente) hechas entre 2012 y 2019 a la mina de cobre en Colón, operada por Minera Panamá.

La Prensa solicitó por Ley de Transparencia la documentación a Miambiente y contabilizó 209 “hallazgos de incumplimientos” al plan de mitigación, la mayoría reincidentes, en ese periodo.

Las descargas de aguas residuales de la mina y puerto “causan impactos negativos en los ecosistemas naturales y poblaciones humanas [ …]a través del aporte de contaminantes peligrosos, metales pesados, agentes patógenos causantes de enfermedades” se indica en 2019.

También, entre 2020 y 2021 se hicieron otras 15 inspecciones y se detectaron decenas de incumplimientos, lo más grave, nuevamente, fue la descarga sin autorización de las aguas usadas en sus procesos para extraer el cobre. Además, la comunidad reportó, tres veces, la mortandad de peces en el río San Benito por el derrame de las tinas, informó Miambiente.

Consultada sobre estos informes que obtuvo La Prensa hasta 2019, la minera contestó que los impactos no son incumplimientos, ya que se previeron, así como su mitigación y que los hallazgos “corresponden a una etapa preliminar [...]solo un trámite en etapa administrativa final puede tomarse como un acto administrativo firme”. Miambiente ordenó detener estas descargas, pero la minera presentó recursos legales aún por resolverse.

Más de 200 infracciones ambientales en mina de cobre

“Porque es importante hacerlo bien”, con este lema Minera Panamá, actual filial de First Quantum Minerals LTD, se presentó hace diez años, cuando construía -según su propia descripción- “una de las minas de cobre más grande del mundo”, en la otrora área protegida de Donoso, provincia de Colón.

Pero los 13 informes de vigilancia preparados por el Ministerio de Ambiente (Miambiente) entre los años 2012 a 2019 han dejado constancia que la minera no ha honrado sus buenas intenciones. Son más de 200 “incumplimientos” detectados en más de una decena de inspecciones, en las tres últimas administraciones.

Estos incumplimientos van desde el manejo inadecuado de especies en peligro de extinción -como por ejemplo la colocación de orquídeas en filtros de autos-, ineficaces puentes o cruces de fauna en las zonas intervenidas; chatarra, tubos, madera y desechos a la intemperie; mal manejo de sustancias oleosas e hidrocarburos, y la ausencia de una tina de contención, lo cual afecta aguas subterráneas, entre otras infracciones.

De todos los daños, en los informes de Miambiente que suman cientos de páginas, se repite en más de cuatro ocasiones que el “principal recurso afectado es el agua, por la ineficacia de medidas de erosión y sedimentación”, y que el derrame de sustancias oleosas, hidrocarburos y aguas residuales y domésticas afecta el agua de los asentamientos, comunidades y animales.

Minera Panamá lo niega. Aseguró que cuenta con un “kit de atención de derrames”, pese a que esta falla se reportó en más de diez informes de seguimiento.

La Prensa desglosó los hallazgos de los informes para su análisis, lo que permitió observar las reincidencias. Estos reportes fueron entregados por Miambiente, en atención a una solicitud de información amparada en la Ley 6 de 2002 (Ley de Transparencia). De igual manera, el Centro de Incidencia Ambiental (Ciam) solicitó los reportes iniciales, los cuales también fueron objeto de este análisis periodístico.

Incumplimientos

Cada uno de los informes detalla más de una treintena de incumplimientos, con constancia fotográfica y con las coordenadas del sitio anotadas. La Prensa acudió a algunas de estas ubicaciones de forma aérea, aunado a dos giras y entrevistas a las comunidades próximas a los hallazgos, previo a la pandemia.

San Benito es la comunidad más cercana a la mina: a solo 5 kilómetros de distancia. Es una zona boscosa en la que se divisan casas de madera y chozas a la orilla del río Botija. Ahí, indígenas y campesinos observaron una mortandad de peces en 2017. Desde entonces, no han vuelto a pescar ahí, por recomendación -según sus habitantes- de la propia minera.

Minera Panamá, por su parte, dijo a La Prensa no tener “ninguna evidencia” de este suceso, que detallaron unos cinco residentes a este medio.

Perjuicios al agua

Las inspecciones detallan, reiteradamente, que los ríos Botija y Del Medio -una quebrada que se une al río Caimito-, ambos en Donoso, provincia de Colón son los más afectados por las fallas en las medidas de mitigación.

Desde 2012, por ejemplo, se detectó sedimentación en el río Botija; luego, en una inspección en 2015, encontraron que en la cantera no se implementaron medidas que minimicen el transporte de sedimentos al Botija y al Del Medio.

Al año siguiente, se detectaron peces varados por un dique que obstruía el cauce del río Del Medio, sin evidencia de que hubieran sido rescatados.

Además, los sedimentos de la cantera del puerto van a parar directamente a un riachuelo que conecta con el río Caimito.

Y “se evidencia la falta de mejores prácticas para mantener la calidad del agua” en el sitio de la mina y el puerto, porque los sólidos suspendidos están por encima de los 50 mg/l, “por encima de las directrices del IFC” [la Corporación Financiera Internacional, del Banco Mundial], revela el informe 003-604-2016.

En 2016 y 2017 se refleja lo mismo: la carencia de medidas para mitigar el transporte de sedimentos a cuerpos de agua en diversos pozos de sedimentación, botaderos y el río Del Medio.

En 2018 la poza 4 para retener sedimentos se “desgarró” y los sedimentos fueron al río y, de ahí, a la desembocadura. “Ocurrió hace más de 15 días y a la fecha no se había acercado maquinarias... Esto da la impresión de poco interés por conservar el recurso hídrico y la naturaleza”, apunta el informe 007-2018.

Entre 2018 y 2019, Miambiente concluye que “el río Del medio ha disminuido su caudal”, por el arrastre del material pétreo producto de las lluvias. “No se observó implementación de medidas de control para evitar el empuje del material”, así como un inefectivo paso de fauna en este río, con peces varados.

Adjuntos

Informe del 22 al 3 de mayo.pdf

Además, las aguas residuales de la planta de procesos van al río Del Medio sin caracterización de descarga y con químicos usados en la flotación de minerales, cita la inspección del 22 de abril al 3 de mayo de 2019.

El químico es un xantato, tiene una toxicidad “aguda” e “importante”, y está vinculado a la mortandad de peces, según una investigación de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.

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Toxicity of xanthates to fresh water fish and invertebrates.pdf

“Es tóxico para los organismos acuáticos y debería impedírsele la entrada a todos los sistemas de alcantarillado y drenaje y a todos los cuerpos de agua [océanos, ríos, etc.]”, cita Grupo Transmerquim, líder en la distribución de químicos en Latinoamérica.

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GRUPO TRANSMERQUIN.pdf

Minera Panamá negó que la planta descargue en el río Del Medio, ya que para eso, señaló, utiliza una instalación de manejo de relaves. La empresa afirmó que ha presentado las “caracterizaciones de descarga desde junio a diciembre de 2019”, pero el informe señala que estas anomalías corresponden a una inspección realizada en abril de ese año.

Miambiente ratificó el hallazgo del documento y explicó que posterior a los relaves las aguas pasan por el túnel de decantación y se desplazan a Río del Medio.

Pero estos no son los únicos incumplimientos que implicarían perjuicios a los ríos y diversas quebradas, como Jujuka y Chicheme.

Desde las primeras inspecciones, en 2012 y 2013, se reportaron procesos erosivos y sedimentación en diversas fuentes de agua dentro del proyecto. También aguas residuales de los campamentos que se depositan directamente en los afluentes, sin caracterizar ni tratar.

En 2019 se reportó que cinco plantas de tratamiento estaban en condiciones inadecuadas y que descargaban “sólidos con olores molestos” a la quebrada Chicheme. Un año antes, en 2018, producto de la inspección, se observó en esta quebrada una coloración “blancuzca, además de presentar un olor intolerable”.

En Chicheme, descarga sus aguas la planta de tratamiento de agua residual de la minera, y está dentro del corregimiento de Nueva Esperanza, donde habitan indígenas ngäbes-buglés. “Podría presentar un riesgo a la salud a la comunidad de Nuevo Sinaí”, recalcó Miambiente en su informe.

En la quebrada Sinaí, en 2018, fueron arrastrados desechos contaminantes e hidrocarburos.

Los derrames de hidrocarburos y aguas domésticas pueden generar problemas gastrointestinales en las comunidades, advirtió Miambiente desde 2015. Precisamente, en la comunidad reasentada de Nueva Esperanza, se encontraron niños con granos y enfermedades gastrointestinales en 2017, detallan los documentos.

En años anteriores, se reportó, la descarga de aguas negras y grises, pigmentadas. Quebradas “saturadas” de sedimentos, paletas de madera y desechos en ellas o material pétreo encauzado a sus aguas y, fuga de aguas residuales.

La minera se defiende

Al ser consultada por el resultado de las inspecciones de Miambiente, Minera Panamá contestó que “el cumplimiento ambiental es una responsabilidad central de la mina. Aplicamos voluntaria y proactivamente los más altos estándares ambientales”.

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RESPUESTA DE MINERA PANAMA MARZO 2020.pdf

“El enfoque es que, en el evento de no alcanzar nuestros estándares, se aproveche la oportunidad para aprender y mejorar continuamente nuestras capacidades de cumplimiento ambiental. Proactivamente, estamos en búsqueda de áreas de mejora y su implementación inmediata”, insistió.

La minera recalca que también se realizan inspecciones independientes, para validar sus acciones en este sentido y que sus protocolos obligan a atender los incidentes de forma inmediata.

Ante el “deficiente” control de la erosión y sedimentación descrita en casi todos los informes, la empresa aseguró que han invertido más de $10 millones en medidas “efectivas” para atender estas deficiencias.

Desde la construcción de la mina, se hicieron muchas pozas para el control de sedimentos. Además, se tienen más de 4 millones de metros cuadrados hidrosembrados que previenen la erosión y favorecen el crecimiento de especies nativas. Se aplican técnicas que van desde hidrosiembra, geotubos, barreras naturales con geotextiles, pozas temporales, canales de colección de escorrentía y drenajes.

En cuanto al manejo de aguas residuales, se han adquirido equipos y proporcionado un mantenimiento “exhaustivo de las plantas de tratamiento de agua residual”, por un valor de hasta $2 millones, contestó la minera en marzo 2020, ante los hallazgos de años previos.

En diciembre de 2019, Mi Ambiente, mediante providencia 028-2019, abrió un proceso sancionador por estas descargas sin permiso y ordenó detenerlas pero la minera presentó diversos recursos, el último una demanda de plena jurisdicción ante la Corte Suprema de Justicia, desde junio 2020 que aún no se resuelve.

Adjuntos

dieora 2019-rotado.pdf

“Nuestra empresa cumple con los más altos estándares y compromisos, ya que para nosotros es importante hacerlo bien. Por lo tanto, trabajamos con estándares mayores que incluso la legislación nacional” y que “los hallazgos no constituyen incumplimiento”, pese a que Miambiente así los calificó.

Descargue aquí algunos de los informes de inspección de MiAmbiente

Adjuntos

Otros informes de inspecciones 2019.pdf

Más acerca de esta noticia

Para hacer esta investigación solicitamos al Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), mediante la ley de Transparencia, copia de todos los informes de inspección efectuados a la mina de cobre en Donoso, provincia de Colón -que explota Minera Panamá, subsidiaria de First Quantum Minerals LTD. - La entidad no entregó los de 2020, solo hasta octubre de 2019.

Revisamos 13 informes de la entidad que abarcaban desde 2012 a octubre 2019, es decir, desde la construcción hasta la exportación de cobre. Informes que ocuparon más de 300 páginas. Así como resoluciones por incumplimientos, como la providencia 28-2019. Los últimos de estos informes fueron colgados en este reportaje.

En una hoja de excel levantamos en digital cada uno de los hallazgos de los informes, según fecha, lugar. Lo que permitió encontrar patrones fácilmente y buscar también por palabras claves, para facilitar la labor de redacción y verificación de la información.

Comparamos lo entregado por el MiAmbiente con los informes de seguimiento que tenía la ONG Centro de Incidencia Ambiental, para verificar, doblemente, la información oficial entregada.

Con estos informes del MiAmbiente obtuvimos las coordenadas de los lugares donde sereportaron incumplimientos, como daños a los ríos producto de la sedimentación, entre otros. Las convertimos a coordenadas de vuelo y efectuamos dos viajes en la zona para fotografiar y grabar videos de algunos puntos detallados en los informes.

Los vuelos los efectuamos el 18 de diciembre de 2019 y 6 de marzo de 2020, debido a que nos encontramos con mal tiempo. La gira aérea incluyó además de los campamentos y zonas de extracción, el puerto en Punta Rincón.

Visitamos también, de forma terrestre, las comunidades cercanas a la mina de cobre y entrevistamos a múltiples miembros de las mismas, del 15 al 17 de enero de 2020.

Posterior a nuestra gira acompañamos a Minera Panamá, el 9 de febrero de 2020, a una visita -organizada por la empresa- a las comunidades cercanas e impactadas por la operación minera. En ella participó el Superintendente Forestal que abordó aspectos de mitigación, restauración y control de erosión del proyecto, así como otro personal de la minera. Sus declaraciones no fueron incluidas en el reportaje, porque la empresa solicitó solo considerar la respuesta dada por escrito en un cuestionario.

Con base en la documentación de los informes del MiAmbiente, enviamos un cuestionario a la empresa Minera Panamá, la parte ambiental que se abordó en este reportaje está colgada en este artículo.

También consultamos a otras fuentes y estudios internacionales referentes a los hallazgos reportados por el Ministerio de Ambiente que evidenciaban descargas de aguas en ríos que contenían químicos.

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