Tres suicidios de agentes de la Policía Nacional en un mes no solo estremecieron al país, sino que llevaron a las más altas autoridades de esa entidad de seguridad a replantearse el abordaje de la salud mental entre sus colaboradores.
Estadísticas suministradas por la Dirección Nacional de Bienestar Policial y Familiar de la Policía Nacional indican que al mes llevan a cabo entre 40 y 60 atenciones psicológicas a sus colaboradores por diversas razones, que pueden ir desde problemas familiares hasta laborales.
En estos últimos tres casos de suicidios, la característica principal es que se trata de jóvenes de entre 22 y 25 años, es decir, que comenzaban su carrera policial, y de acuerdo con las investigaciones preliminares realizadas por la entidad se presume que tomaron esa decisión por “problemas sentimentales” con sus parejas.
Aunado a estos suicidios, el atrincheramiento el pasado viernes del subteniente Sergio Cochez, en una estación policial en Colón, es una muestra de que hay un nivel de estrés entre los colaboradores de la Policía Nacional.
Danilo Toro, sociólogo y ex secretario general de la Policía Nacional, conoce bien cómo funciona internamente esa institución y tiene su propia lectura sobre el escenario actual.
Para Toro, son “eventos traumáticos” que van más allá de una afectación emocional, y que plantean dos aristas: una institucional y otra social. Eso significa que estos hechos expresan o reflejan los problemas que hay en la Policía, así como los de la sociedad.
En cuanto a la institución, considera que hay “señales” que merecen revisión. Una de ellas, afirma, es el hecho de que siendo la Policía un ente de naturaleza “civil” –como lo establece la Constitución de la República–, durante los últimos años han tratado de prestar servicios que se inclinan más hacia lo militar.
“Debemos discutir con sinceridad a nivel estatal si necesitamos o no una Policía con naturaleza castrense. Porque si tú formas a un individuo con fundamentos militares, cuando en realidad estamos hablando de una entidad civil, le generas un ruido en su formación y lo confundes”, apuntó.
Otro aspecto que consideró relevante en este tema es que hay un “problema administrativo”, ya que los policías, sobre todo la tropa, prestan turnos como si fueran miembros de las desaparecidas Fuerzas de Defensa. Es decir, remarcó, que los turnos, los castigos y la administración son los mismos de hace 40 años.
Una muestra de eso, dijo Toro, son los oficiales que terminan su carrera policial y tienen que acogerse a hasta 15 meses de vacaciones. “Todos los años no saben lo que es una fiesta de Navidad, Año Nuevo, Carnaval y Semana Santa. Esa es una señal de que algo no está bien en la institución”, manifestó.
Finalmente, explicó que los policías son individuos que están expuestos constantemente al riesgo y a la presión, y la tropa es la más expuesta. “Lo que estamos viendo son señales de alerta”, aseguró el sociólogo que en 2007 hizo un estudio en el que detectó que las dos terceras partes de las operaciones policiales del país estaban comandadas por un sargento.
En otras palabras, se encontró con que la columna vertebral que sostenía las operaciones policiales, en este caso los sargentos, estaba “muy débil” porque no contaban con mucha capacitación para afrontar escenarios de riesgo y estrés.
“Ahora mismo tenemos a una Policía cansada, desmoralizada y vulnerable. Esto es jugar con fuego porque cualquier edificio con bases débiles se viene abajo”, añadió.
La Asociación Panameña de Psicólogos también se refirió a este drama que vive la Policía, y se puso a “disposición” de la entidad para ayudar en la atención de estos casos y otros relacionados con la salud mental.
“La descompensación emocional puede causar muchos daños colaterales”, sostiene una nota de esta organización que lleva la firma de su presidente, Christian Tejeira, quien a su vez solicitó una investigación ajena o independiente a la que lleva a cabo la Policía sobre los colaboradores que se quitan la vida.
“Conocer la verdadera situación emocional en la Policía Nacional evitará las especulaciones y tranquilizará no solo a la sociedad en general sino también a los miembros de este colectivo de seguridad”, concluyó Tejeira en la misiva.
La atención mental
Específicamente en el tema de salud mental, Elizabeth Ávila, psicóloga de la Zona Metropolitana de la Policía, expresó que las recientes tragedias los han obligado a revisar los procesos, para determinar de qué manera pueden fortalecer los protocolos de prevención que ofrecen en la actualidad.
“Definitivamente esto obliga a una revisión”, reconoció Ávila.
No obstante, advirtió que ninguno de los tres casos recientes tiene que ver con temas laborales.
“La causa que hemos podido determinar está relacionada con la parte sentimental o conyugal”, precisó la experta, al tiempo que aseguró que ninguno de los jóvenes tenía un expediente abierto por el equipo de salud mental.
Mario Batista, coordinador de la Sección de Psicología de la Policía, subrayó que, en el mundo, los policías tiene un “alto riesgo” de intento de suicidio debido al “estrés” que conlleva la naturaleza de su labor; algo que en otras profesiones no ocurre.
Por ello, en cada una de las 20 zonas policiales del país existen psicólogos y trabajadores sociales para atender cualquier situación de crisis emocional entre los policías. En total, son 300 profesionales que atienden estos temas.
Batista detalló que los casos que principalmente atienden entre los uniformados son los de tipo personal, familiar, laboral y problemas de salud. En los casos en que la persona no está en condiciones emocionales o psicológicas para prestar el servicio, la mantienen en labores administrativas hasta que mejore su condición.
“Mensualmente atendemos entre 40 y 60 personas”, indicó el funcionario. La mayoría de estas atenciones son de agentes de entre 22 y 38 años, entre los que se encuentran agentes, cabos segundos y primeros y sargentos.
Además, destacó que las personas que ingresan a la Academia de Policía provienen de sectores de la sociedad panameña, donde hay problemas de violencia doméstica, así como de otra índole.
Solo en la Policía Nacional hay cerca de 18 mil agentes para cuidar a más de 4 millones de habitantes. Pero cuando se incluyen a otras entidades que conforman el Ministerio de Seguridad, como el Servicio Aeronaval, el Servicio Nacional de Fronteras y el Servicio Nacional de Migración, la cifra se eleva hasta unos 40 mil.
Sobre los turnos, los funcionarios de la Dirección Nacional de Bienestar Policial dijeron que no hay turnos específicos, ya que dependen de la “necesidad del servicio en el momento”.
María Dolores de Frías, trabajadora social de la Policía, dio cuenta de que entre 2014 y 2019 se registraron nueve suicidios. Aseguró que vienen efectuando campañas de prevención y docencia para llegar a la mayor cantidad de policías.
Nuevas autoridades
Jorge Miranda, a partir del 4 de julio, nuevo director de la Policía Nacional, manifestó que se creará un equipo multidisciplinario conformado por más psicólogos y trabajadores sociales para atender el tema. Como parte de este proceso se evaluarán detalladamente los perfiles de los agentes. “Nuestro trabajo tiene presión”, indicó.
Rolando Mirones, ministro de Seguridad, expresó que la “la salud mental de todo ser humano es tanto o igual de importante que su salud física”. Evidentemente, agregó, aquí entra algo muy importante y es que “los jefes deben estar pendientes para identificar cuando hay un problema con uno de sus colaboradores”.
Datos de la Organización Mundial de la Salud indican que el suicidio es la segunda causa de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años.
(Con información de Olmedo Rodríguez)