La democracia, la gobernabilidad y los ciclos electorales también han sido impactados por la Covid-19. En América Latina, el virus terminó de enmarañar estos escenarios que ya eran complejos antes de que la Organización Mundial de la Salud le comunicara al mundo que estábamos en medio de una pandemia.
Daniel Zovatto, director del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (Idea), un experto en democracia y elecciones, analiza lo que vive la región por estos días, y principalmente lo que sucede en Panamá, país que acaba de convocar a un diálogo nacional para debatir temas trascendentales, y que además discute cambios a su ley electoral.
Zovatto visitó el país a propósito de que Idea se muda de Santiago de Chile a Panamá. La semana pasada, Idea y el Tribunal Electoral (TE) firmaron un convenio que le permite a este organismo ubicarse en las instalaciones del TE.
“ Hay un cuadro socioeconómico complicado. Si la región no logra atender o canalizar institucional y electoralmente mucha de esta conflictividad social, la calle se va a volver a calentar con fenómenos de protesta social”.
¿Por qué Panamá? Zovatto saca a relucir tres aspectos: la posición geográfica estratégica, su ubicación desde el punto de vista de la conectividad y que es el país que sirve cada vez más a las sedes regionales de organismos internacionales. Cuenta, por ejemplo, que varios socios estratégicos de Idea están en el istmo, como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Parlamento Latinoamericano. Sin embargo, el instituto seguirá teniendo una oficina en Chile, pero ahora será la subregional para el cono sur.
Esta entrevista se celebró el miércoles 25 de noviembre, un día antes de la convocatoria al diálogo nacional Cerrando Brechas.
¿Qué puede decir de este momento? Zovatto aclara que no fue consultado para este proceso, pero explica que “ningún gobierno sale por sí solo de esta crisis”. A su juicio, esta crisis, surgida por el impacto de la Covid-19, demanda mucho diálogo interno, democrático, inclusivo, participativo, y multisectorial.
En términos generales, propone renegociar el contrato social, restablecer la confianza entre la ciudadanía y la dirigencia política, y ver la necesidad o no de avanzar en un nuevo texto constitucional que oxigene el sistema político. “Acá hay que reunir lo mejor de toda la sociedad para avanzar a través de un consenso nacional y con una visión de país”.
¿Qué es Idea?
Es una organización internacional a la que están vinculados 33 países, uno de ellos Panamá, que ingresó como estado miembro a fines de 2018. Entre sus objetivos está mejorar la calidad de la democracia, fortalecer los procesos democráticos e impulsar al mejoramiento de los procesos electorales. Esta presente en América Latina desde hace 25 años. La primera oficina estuvo en Costa Rica; después se mudó a Santiago de Chile.
De acuerdo con el politólogo, esto requiere más integración y cooperación internacional, pues, a su juicio, América Latina tiene que tener una sola voz frente al tema de las vacunas para controlar la Covid-19, y de la ayuda económica que va a necesitar, ya que, en su opinión, buena parte de los gobiernos, para salir de esta crisis, requerirán de ayuda de los organismos multilaterales.
“El destino está en nuestras manos. El elemento por excelencia es el diálogo”.
Los estados de emergencia
Otro de los temas que planteó el politólogo son las lecciones que están dejando los estados de emergencia, a propósito de la cuarentena por la Covid-19.
Zovatto aclara que los estados de emergencia están previstos en los textos constitucionales y en los tratados internacionales. Pero advierte que el tema es el uso que se les da. “No son un cheque en blanco para hacer lo que uno quiera. Para que el Ejecutivo haga lo que quiera. O para acumular poder de manera indebida. O para debilitar la división de poder, arrinconar la oposición o violentar los derechos humanos. Deben ser aplicados sin que implique arrinconar al periodismo o a la sociedad civil”.
Este mecanismo, recuerda el politólogo, es necesario, pero no debe prestarse para debilitar los mecanismos de control y así favorecer la corrupción. Con las compras de la pandemia, por ejemplo.
Las reformas
Con respecto a los cambios a la ley electoral, dice que a lo primero que hay que prestarle atención es al dinero en la política. “Hay que seguir profundizando en la regularización del financiamiento político, tanto de los partidos, como de las campañas electorales. Hay que seguir viendo cómo se mejora el uso del financiamiento público, para que no sea visto como un gasto, sino como una verdadera inversión electoral. Es decir, para que se generen condiciones de equidad en la competencia electoral y para que se aumenten los niveles de transparencia y rendición de cuentas de los partidos y de las campañas”. Pero también dice que es necesaria la paridad en las elecciones, y el debate sobre vincularse con las redes sociales.