Los periodistas Maria Ressa, de Filipinas, y Dimitri Muratov, de Rusia, ganaron ayer el premio Nobel de la Paz por su lucha por la libertad de expresión, anunció el comité noruego, reconociendo así por primera vez el papel de la prensa independiente.
Ressa y Muratov fueron galardonados “por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, que es una condición previa para la democracia y la paz duradera”, dijo la presidenta del comité Nobel, Berit Reiss-Andersen, en Oslo.
Muratov, jefe de redacción del principal periódico independiente ruso, Novaya Gazeta, dedicó su premio a su medio y a sus seis periodistas y colaboradores que fueron asesinados desde 2000.
“No puedo atribuirme el mérito. Es de Novaya Gazeta. Es de los que murieron defendiendo el derecho de la gente a la libertad de expresión”, dijo Muratov enumerando los nombres de las seis personas asesinadas, entre ellas Anna Politkovskaya, según informó la agencia rusa TASS.
“Como no están con nosotros, [el Comité Nobel] decidió visiblemente que yo lo dijera a todo el mundo (...) Esta es la verdad, es para ellos”, dijo.
El flamante Nobel de la Paz también reconoció que hubiera concedido el prestigioso galardón al opositor ruso encarcelado Alexei Navalni.
Maria Ressa, de 58 años, experiodista de CNN y cofundadora de la página de información online Rappler, ha sido objeto en los últimos años de varias investigaciones y procesos judiciales y ha sufrido un intenso ciberacoso. Rappler ha publicado artículos críticos contra el jefe de Estado, Rodrigo Duterte, incluyendo su sangrienta y polémica lucha contra el narcotráfico.
“Nada es posible sin hechos”, dijo Ressa, tras recibir la noticia del Nobel, e insistió en que “es el mejor momento para ser periodista”.
“Los momentos más peligrosos son también los momentos en los que es más importante” el trabajo de periodista, explicó en una entrevista online retransmitida por Rappler.
Ressa, que también tiene nacionalidad estadounidense, ya fue galardonada en abril con el Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco/Guillermo Cano 2021, creado en memoria del periodista colombiano Guillermo Cano, asesinado en 1986.
Muratov, de 59 años, “ha defendido desde hace décadas la libertad de expresión en Rusia en condiciones cada vez más difíciles”, subrayó el jurado del Nobel.
Novaya Gazeta ha sacado a la luz “la corrupción, la violencia policial, los arrestos ilegales, el fraude electoral y las ‘granjas’ de trolls”, señaló el comité, unos temas por los que ha pagado un alto precio.
Tras el anuncio, el Kremlin saludó la “valentía” y el “talento” del reportero.
Novaya Gazeta fue creado en 1993 con la ayuda de Mijaíl Gorbachov, que precisamente destinó una parte del dinero que obtuvo al ganar el Nobel de la Paz tres años antes.
“Felicito a un hombre maravilloso, valiente y honesto, a un periodista, a mi amigo Dimitri Muratov”, aseguró el expresidente soviético tras el anuncio del premio.
El premio no es solo un mensaje a Rusia y Filipinas, según el comité noruego.
“Por supuesto que condenamos la situación en estos dos países especialmente, pero quiero subrayar que condenamos también la situación en todos los países donde la actividad de los periodistas está limitada y donde la libertad de expresión está bajo presión”, declaró Reiss-Andersen, a la AFP.
En 120 años de historia, el Nobel de la Paz nunca había reconocido la labor de una prensa independiente que fuerza a las autoridades a rendir cuentas y contribuye a luchar contra la desinformación.
“El periodismo libre, independiente y de hechos sirve para proteger contra los abusos del poder, las mentiras y la propaganda de guerra”, insistió la presidenta del comité del Nobel.
Según la última clasificación anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF) —una de las organizaciones que más sonaba entre los posibles ganadores del Nobel—, la situación de la libertad de prensa es problemática, difícil e incluso muy grave en el 73% de los 180 países analizados.
La organización señala que, en lo que va de año, 24 reporteros profesionales han muerto y otros 350 siguen encarcelados.
Este premio es “un llamado a la acción”, reaccionó el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
El premio, que consiste en un diploma, una medalla de oro y un cheque de 10 millones de coronas (poco más de $1.1 millón), se entrega habitualmente el 10 de diciembre, fecha del aniversario de la muerte de Alfred Nobel (1833-1896).
Novaya Gazeta informó que una parte de la suma recibida será destinada a un fondo de caridad que ayuda a niños con enfermedades raras. Esta organización, Krug Dobra (El círculo de la bondad), fue fundada en enero por iniciativa de Vladimir Putin.
Ressa es la primera mujer galardonada en la edición de este año de los Nobel.
Después del premio de la Paz, el único anunciado en la capital noruega, los Nobel vuelven a Estocolmo para cerrar el lunes la temporada de anuncios, con el galardón de Economía.