El 11 de noviembre de 2020, Panamá se encontraba en su primer año de pandemia, sometida por la incertidumbre, pues aún no contaba con una vacuna para combatir la Covid-19 y había comenzado un repunte de casos, con lo cual toda la atención estaba enfocada en dos temas: salud y recuperación económica. No había cabida para más, salvo para el alcalde capitalino, José Luis Fábrega.
Para ese mismo día, la Alcaldía de Panamá programó la consulta ciudadana sobre el proyecto de construcción de un nuevo Mercado del Marisco, cuyo precio estará entre los $40 millones y $50 millones. El escenario de la actividad fueron los estacionamientos de la junta comunal del corregimiento de Calidonia, a cargo del representante oficialista Ramón Ashby.
No se trataba de cualquier proyecto, ya que luego de la fallida propuesta de recuperación de playas de la bahía de Panamá, por $120 millones, el nuevo Mercado del Marisco sería ahora la obra más ambiciosa del alcalde, José Luis Fábrega.
No obstante, para representantes de la sociedad civil organizada, los detalles que constan en el acta de aquella consulta ciudadana —que reposa en el sitio web del Municipio de Panamá— reflejan que lo que se dio fue un proceso de participación excluyente y deficiente.
Los pormenores
Según el documento, la consulta comenzó a las 4:30 p.m., con la participación de Fábrega, Ashby, Fernando Duque, director de Mercados de la Alcaldía, y José Luis Restrepo, en representación de la Secretaría Nacional de la Descentralización.
Este proyecto se desarrollará con fondos provenientes de la descentralización y por tal motivo requería de una consulta.
Uno de los primeros en tomar la palabra fue el alcalde del distrito de Panamá, quien argumentó que fueron los propios residentes del distrito de Calidonia los que pidieron el proyecto: “De acuerdo a las inquietudes que esta junta comunal recogió de la comunidad, hay un clamor que no hay espacio en el actual mercado. Que no hay seguridad, que no hay estacionamientos, que no hay comodidades para el tamaño de la población”.
Siguiendo con su discurso, Fábrega subrayó que, a raíz de esas necesidades, lo analizaron y concluyeron que el corregimiento se merece un nuevo mercado, también con puestos para minoristas y mayoristas, que genere empleo durante la construcción y que cuente con el criterio del punto de vista turístico para la ciudad.
También suministró detalles del nuevo proyecto. “El Mercado del Marisco va a ser, si ustedes así lo desean hacer, el proyecto de Calidonia. ¿Y qué va a pasar con el actual Mercado de Marisco de techo azul? Se convertirá en Mercado de Artesanías”.
Minutos después fue el turno de Ashby, quien señaló que se trata de un proyecto “bien interesante”, en el que se generarán vacantes de trabajo para hijos, jóvenes, hermanos y esposos del corregimiento. “Esa gran obra del señor alcalde [Fábrega] la verdad que nos sentimos satisfechos”, manifestó el edil de Calidonia.
Acto seguido, Fábrega retomó la palabra para asegurar que en todas las obras que haga la Alcaldía de Panamá en Calidonia, la mano de obra será para los residentes de este corregimiento ubicado en el corazón de la ciudad de Panamá. Aprovechó para devolver la lisonja a Ashby: “Ustedes tienen un representante de lujo”.
El proyecto y la votación
Tras las efusivas promesas y discursos de ambas autoridades, le correspondió al director de Mercados presentar los detalles técnicos de la nueva obra. Según el funcionario, la idea es “sacar provecho” a la ubicación de la cinta costera, por su proximidad a la bahía de Panamá, de tal forma que, además de un mercado de venta de productos del mar, se pueda convertir también en un centro de atractivos turísticos.
“El edificio antiguo donado por los japoneses se mantiene. La idea es que sea transformado en un centro de comercialización de artesanías y entonces algunas de las áreas que ocupa actualmente este mercado, como el área posterior y las áreas frontales de la cinta costera, puedan convertirse en estacionamientos”, dijo Duque.
Durante la consulta, se abrió un periodo de preguntas y respuestas, en el que participaron dos personas. La inquietud de la primera persona, que dijo llamarse Roberto Ariza, es que lo tomaran en cuenta en el proyecto: “No me tiro bombo, pero de experiencia tengo, y no soy político, pero soy PRD [Partido Revolucionario Democrático] y si tengo que ayudar a Ramoncito [Ashby] en este proyecto, yo tengo muchas cosas en las que puedo ayudar”.
El segundo participante de la comunidad, de nombre Velmer Ramírez, se mostró interesado en saber cuánto tiempo tomaría la obra. Dos años, le respondieron.
Una vez cerrado el periodo de preguntas y respuestas, se procedió con la votación, para lo cual solicitaron a los presentes que levantaran las manos si estaban a favor. Se consignó en la lista de participación que acudieron a la consulta 25 personas. No obstante, tras una revisión realizada por este medio, hubo tres personas que firmaron en dos ocasiones, una de ellas, uno de los participantes de la comunidad que tomó la palabra en el evento.
Sobre este tema, el acta dejó constancia que registrarse voluntariamente, con datos, como la cédula y la firma, forman parte de la documentación que “valida” la consulta ciudadana, al tiempo que legitima la participación de moradores. La consulta culminó a las 5:15 p.m.
Las críticas
A los voceros de organizaciones de la sociedad civil y comunitarias les llama la atención que dicha convocatoria se hizo en uno de los momentos más complicados de la pandemia, y a pesar de que aún la Alcaldía de Panamá no había recibido el visto bueno del Gobierno para usar tres globos de terrenos dentro de la cinta costera.
De hecho, fue esta semana que el Ministerio de Economía y Finanzas le traspasó a la Alcaldía de Panamá tres globos de terreno, valorados en $35.3 millones, en la cinta costera, para obras relacionadas con la construcción del nuevo mercado.
Para Xochilt Troncoso, presidenta de la Red Ciudadana Urbana de Panamá, es “penoso” que las formas de actuar y trabajar de los funcionarios actuales no sean transparentes y que se minimice la consulta ciudadana, la cual es necesaria para este tipo de obras.
“La Ley Descentralización tiene un objetivo y es empoderar al ciudadano. Lo que ocurrió con la consulta del Mercado del Marisco no tiene lógica, y además Calidonia y el distrito de Panamá no son sólo 22 personas”, remarcó la activista.
Facundo Clúa, vocero comunitario de San Francisco, dijo que, evidentemente, lo que quieren hacer allí es un centro comercial o mall, con la excusa de un mercado para la venta de productos del mar, lo cual considera impactará de forma negativa un valioso espacio como la cinta costera.
El también activista Luis Pinedo aseguró que el alcalde “desprecia” la consulta ciudadana. “Quien desprecia eso cabalga con el delito y yo les aseguro que si esos $86 millones se ponen en la mano del pueblo con verdadera consulta ciudadana esa red de mercados municipales no existiría”, manifestó.
La red de mercados a la que hace referencia Pinedo fue anunciada esta semana por la Alcaldía de Panamá. De los $86 millones, la mitad se destinará al nuevo Mercado del Marisco, y el resto a mercados periféricos en corregimientos como 24 de Diciembre, Tocumen, Chilibre, Pacora y Las Cumbres.
La conclusión de Pinedo fue directa: “Les aseguro que el primero que va a construir es el Mercado del Marisco. Se han vuelto expertos desviando los fondos que son para las necesidades de las comunidades... El negocio no es la venta de pescado. Ustedes y yo sabemos cuál es el verdadero negocio”, dijo, sin aclararlo.
