En su informe de situación de país, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recordó a Panamá que la respuesta enfocada por corregimientos y asentamientos “calientes”, es decir, que presentan muy alta y alta transmisión de la Covid-19, es “crucial” para controlar la transmisión y prevenir el ascenso hacia una tercera ola de la epidemia.
“Ello implica afrontar las dinámicas singulares que tienen las comunidades que están siendo afectadas; estas pueden ser de tipo cultural, como, por ejemplo, el rechazo al uso de la mascarilla y la aplicación de medidas de salud pública en algunas comunidades indígenas, o altas densidades de población con viviendas en hacinamiento o asentamientos informales carentes de servicios de agua potable”, plantea la OPS.
Además, el organismo internacional advirtió que la Covid-19, junto a la probable devastación que pueden causar los fuertes vientos e inundaciones propias de esta temporada, debe llevar a las autoridades del país a prepararse mejor que en años anteriores.
De momento, Panamá ha estado cerca de mil casos nuevos por día, durante los últimos tres días, y una positividad de 7%, la cual a medida que pasan los días se aleja del 5% o menos sugerido por la Organización Mundial de la Salud y que supone que se tiene control del virus.
El ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, confirmó ayer que Panamá está enfrentando una tercera ola de la Covid-19, y que lo importante es evitar que tenga efectos fuertes sobre el sistema de salud y la economía.
Sucre destacó que, en efecto, el país ya entró en esa tercera ola con el incremento de casos del nuevo coronavirus, pero que lo importante será que no golpee como lo hizo en la primera y la segunda.
“Hagamos que el efecto de esa tercera ola sea suave, paulatina y que no provoque grandes efectos en la salud de la población panameña y alteraciones en el sistema de salud. Y, por supuesto, evitando también que provoque lesiones mucho más graves a la economía”, subrayó el ministro de Salud.