Hace dos años, el Gobierno declaró área protegida el 13.5% de toda la superficie marina del país para estudiar y conservar montañas o formaciones geológicas bajo el mar, “cruciales” para especies migratorias.
Según la ley que creó estas reservas el Estado debía establecer planes de manejo, asignar un presupuesto, coordinar la seguridad de las reservas y los programas de investigación. Según pudo constatar este medio, nada de esto se ha hecho.
Las reservas Cordillera de Coiba, en el océano Pacífico, y Banco Volcán, en el mar Caribe, tienen una extensión de 31 mil 435 kilómetros cuadrados, y según Héctor Guzmán, científico del Smithsonian, se ignoran los avances en su protección. Este investigador colaboró para que ambos sitios adquirieran la categoría de reservas.
Isaías Ramos, del Centro de Incidencia Ambiental, señala que la biodiversidad de estas áreas las hace “únicas”, y es “lamentable” que al parecer solo fueran creadas para cumplir con acuerdos.
Sin embargo, el Ministerio de Ambiente afirmó que se tiene como meta lanzar los planes de manejo en 2018.
Añadieron que la Fuerza de Tarea Conjunta custodia estos sitios, por el momento, pero no respondieron con respecto al resto de los compromisos.
VEA: Urge preservar áreas marinas
