Después de siete meses de pandemia, Panamá está entre números buenos y malos en el manejo de la enfermedad Covid-19, que transmite el coronavirus SARS-CoV-2, causante de 124 mil 745 casos y 2 mil 564 defunciones desde que se reportó el primer caso en marzo y hasta el domingo pasado.
Entre los números favorables en el manejo de la crisis sanitaria está la letalidad: con 2.1%, una tasa más baja que la mundial, que es de 2.9%, y que en América, que es de 3.3%. Sin embargo, es más alta que la de los países de Centroamérica, como Costa Rica (1.2%) y Belice (1.4%) (ver gráfica).
Panamá también ha logrado evitar el colapso de los hospitales, y con el tiempo aumentó la disponibilidad de camas y habilitó centros para la atención de pacientes con Covid-19. La disponibilidad actual de camas en salas es de 42% (2 mil 239 de un total de 5 mil 277), y en unidades de cuidados intensivos es de 40% (242 de 599).
Los criterios propuestos por el Ministerio de Salud (Minsa) en disponibilidad de camas es 20% en salas y 15% en unidades de cuidados intensivos, es decir, hay el doble de lo esperado en momentos en que se está en el proceso de la reapertura económica de varias actividades.
Además, el país figura entre los que más pruebas de diagnóstico de Covid-19 realiza a diario: el promedio es de 5 mil a 6 mil.
Lo malo
Los datos forman parte del más reciente informe de situación de Covid-19, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el que también se evidencia que Panamá tiene la incidencia de casos más alta de la región de América –de 2 mil 812 infectados por cada 100 mil habitantes–, incluso por encima de la tasa promedio para la región –de mil 726 por cada 100 mil habitantes–.
Según la OPS, en América destacan con las tasas más elevadas de infectados por cada 100 mil habitantes: Chile (2 mil 554), Perú (2 mil 539), Brasil (2 mil 353 ) y Estados Unidos (2 mil 289 ). El resto de los países está por debajo del promedio de la región (ver gráfica).
Con relación al indicador de mortalidad, en la segunda semana de octubre el país registró una mortalidad de 58.2 por cada 100 mil habitantes. Esta cifra supera la tasa promedio de América, que es de 56.9 por cada 100 mil personas, y lo pone en el primer lugar entre los países de Centroamérica.
Retos
Jorge Luis Prosperi, especialista en Salud Pública y exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud, sostuvo que Panamá está desde hace seis semanas en una peligrosa meseta, lo cual es una clara señal de alarma que nos obliga a redoblar esfuerzos institucionales y la disciplina de la población, ya que hay personas que se comportan irresponsablemente e incumplen las medidas de bioseguridad.
Agregó que el país registra semanalmente un promedio elevado de casos y defunciones por cantidad de habitantes.
En tanto, la viceministra de Salud, Ivette Berrío, indicó que el personal de salud está redoblando las acciones frente a la Covid-19 y que los equipos unificados están trabajando largas jornadas en busca de casos positivos, pero la comunidad debe cooperar.
Manifestó que en estos momentos la responsabilidad no es solo del Gobierno, ya que al ciudadano le corresponde velar por su salud y la de sus familiares, sobre todo la de los adultos mayores.
Los señalamientos de Berrío surgieron a raíz de una serie de videos que circularon el fin de semana de fiestas en distintos puntos del país, y que están en investigación por las autoridades del Minsa.
Los expertos coinciden en que lograr mejores números e indicadores, a nivel nacional como internacional, es un trabajo en conjunto entre Gobierno y la comunidad en general.