El coronavirus ya obliga a confinarse a la mitad de la humanidad, pese a lo cual, avanza a pasos agigantados. En la jornada de ayer se superaban las barreras simbólicas del millón de infectados y los 50 mil muertos.
Las restricciones, imprescindibles para salvar vidas, amenazan, sin embargo, con una parálisis económica y hasta la falta de alimentos por la disrupción de la cadena productiva y el temor al control de las exportaciones.
La principal agencia de respuesta a desastres en Estados Unidos solicitó al Pentágono 100 mil bolsas para cadáveres, y en Francia, la policía requisó un almacén en el mercado central de alimentos de París para depositar los ataúdes de los fallecidos, ante la falta de espacio.
En el cementerio de Sao Paulo, los entierros ya son “exprés”, y los velorios sin abrazos.
En Ecuador, en particular Guayaquil, los hospitales no pueden atender a todos los pacientes y muchos mueren en las calles sin que nadie pueda recoger los cuerpos ante el enorme trabajo que tienen las funerarias. El sistema de salud ha colapsado.
Se trata de la peor crisis planetaria desde la II Guerra Mundial, en palabras del secretario general de la ONU, Antonio Guterres,
Más de 3 mil 900 millones de personas, la mitad de la población mundial, ya ha sido invitada u obligada a quedarse en sus hogares, según un conteo hecho ayer a partir de una base de datos de la AFP.
Europa tiene más de la mitad de los infectados en todo el mundo. España ya registra más de 10,000 muertos, y se acerca a las 13,155 defunciones de Italia, el país más afectado, seguidos por Estados Unidos, con cerca de 5,000 y Francia con 4,000.
Mientras, los científicos buscan a marcha forzada paliativos a la pandemia, o la manera de hacer tests de control fiables y rápidos, un arma clave para luchar contra el enemigo invisible.
En el mundo crece la esperanza, y también la polémica sobre el uso de medicamentos contra la malaria, a falta de vacuna.
Uno de ellos es la hidroxicloroquina, un medicamento muy utilizado en África desde hace décadas, que Senegal utiliza, así como la cloroquina, para tratar a pacientes de Covid-19.
“Los resultados parecen alentadores [...] y seguiremos en esa dirección”, indicó Moussa Seydi, médico responsable del tratamiento de la pandemia.
Otros científicos alertan que los estudios son muy parciales.
Oficialmente, China, donde se originó la pandemia, registra en torno a los 81,000 infectados y 3,300 muertes, aunque medios oficiales en Estados Unidos discuten la veracidad de esas cifras.
Ayer, Pekín anunció el confinamiento de un departamento con 600 mil habitantes después de la visita de una persona que dio positivo en coronavirus.