El paso irregular de migrantes por las líneas fronterizas panameñas ha sido constante a pesar de la pandemia de la Covid-19.
En 2020 se registró el paso irregular de 6 mil 400 migrantes, mientras que en 2019 esa cifra se situó en 4 mil, según la Defensoría del Pueblo.
La directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, advirtió que el flujo irregular de migrantes procedentes de Colombia se complica aún más, porque la mayoría de las personas que llegan al país no tiene documentos.
Sobre los migrantes que ingresan desde Colombia no se tiene información personal –dijo–, incluyendo antecedentes penales, ni sobre su estado de salud, lo que indudablemente reviste un problema para Panamá, sobre todo por el riesgo de contagios de Covid-19.
Aumenta el flujo migratorio irregular durante la pandemia
Al menos 60% aumentó el flujo irregular de migrantes a través de Panamá en 2020, especialmente en medio de la pandemia de la Covid-19.
Cifras de la Defensoría del Pueblo indican que en 2020 se reportó el paso irregular por el país de unos 6 mil 400 migrantes, mientras que en 2019 la cifra fue de 4 mil.
Consultada sobre esta situación, la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, dijo que han tenido que reforzar los controles fronterizos, así como las medidas necesarias para atender a los migrantes en materia de salud, alimentación y alojamiento temporal. Para ello, dijo, han contado con el apoyo del Servicio Nacional de Fronteras.
La funcionaria precisó que ese reforzamiento ha implicado mayor inversión de fondos y personal, sobre todo para darle atención a los migrantes y, muy especialmente, evitar posibles contagios de Covid-19.
Frontera con Colombia
De acuerdo con Gozaine, la migración irregular de personas procedentes de Colombia se ha mantenido constante e incluso con una tendencia al aumento durante los 11 meses que lleva la pandemia de la Covid-19, luego de que se detectara el primer caso en marzo de 2020.
Advirtió que este flujo irregular y constante de personas se ha complicado mucho más, porque al problema de seguridad pública se suma al problema sanitario.
Y es que, según explicó, la mayoría de estas personas llega al país sin papeles de identificación ni certificados de salud, lo que impide a las autoridades panameñas determinar, en primer lugar, si el migrante que ha llegado tiene antecedentes penales en su país de origen y, en segundo término, si está contagiado con el nuevo coronavirus u alguna otra enfermedad.
La otra frontera
En lo que respecta a la línea fronteriza con Costa Rica, Gozaine destacó que la decisión de ese país de cerrar la frontera ocasionalmente afecta el flujo de los migrantes que se dirigen hacia el norte, lo que complica, todavía más, el problema sanitario y de seguridad en Panamá.
Precisó que cuando las autoridades ticas cierran la frontera, inmediatamente aumenta la población de migrantes en el albergue de Los Planes de Gualaca, lo que significa, a su vez, un aumento en el riesgo de nuevos contagios de Covid-19.
De hecho, desde enero pasado más de 200 nicaragüenses están varados en Paso Canoas, pues para cruzar a Costa Rica primero deben cumplir ciertos requisitos.