Perú decretó ayer dos días de duelo nacional por el deceso del diplomático peruano Javier Pérez de Cuéllar, secretario general de la ONU de 1982 a 1991, fallecido el miércoles a los 100 años de edad.
Un decreto supremo publicado en el diario oficial El Peruano dispuso que en homenaje a este “peruano ilustre”, las banderas del país estén a media asta en todos los edificios públicos, bases militares, buques de guerra y cuarteles policiales, así como en las misiones diplomáticas peruanas en el exterior.
El duelo rigió ayer y este sábado, día en que los restos de Pérez de Cuéllar serán sepultados en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima.
El exjefe de la ONU falleció en su casa en Lima el miércoles en la noche, “después de una semana complicada” en su condición de salud, dijo su hijo Francisco Pérez de Cuéllar.
Los restos del diplomático fueron trasladados ayer en la mañana al Palacio de Torre Tagle, sede de la cancillería peruana, donde recibió honores del presidente Martín Vizcarra, de varios ministros y de otros funcionarios y diplomáticos extranjeros.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se declaró “profundamente entristecido por el fallecimiento” de su predecesor y destacó que éste “dejó un profundo impacto” en la ONU y en el mundo durante su gestión al frente del organismo, que coincidió con “algunos de los años más helados de la Guerra Fría”.
Guterres recordó además su “rol crucial en una cantidad de éxitos diplomáticos, incluyendo la independencia de Namibia, el fin de la guerra Irán-Irak, la liberación de los rehenes estadounidenses en Líbano, el acuerdo de paz en Colombia y, en sus últimos días de gestión, un histórico acuerdo de paz en El Salvador”.