Para muchos no fue una sorpresa. El hoy día ex fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, puso un pie fuera del gobierno de Donald Trump el 2 de mayo del año pasado, cuando anunció que no participaría de las investigaciones sobre la intromisión rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
Su argumento parecía justificable: había trabajado en la campaña de Trump y tenía contactos con el embajador ruso durante esa época.
Pero, desde que se excusó, Trump marcó distancia de Sessions y ayer, en un tuit, como es su costumbre, anunció la salida de este.
“Agradecemos al fiscal general Jeff Sessions por sus servicios, y le deseamos lo mejor! Un reemplazo permanente será nominado más adelante”, señaló Trump. El jefe de Gabinete de Sessions, Matthew Whitaker, actuará como fiscal general interino.
Por su parte, en una carta, Sessions manifestó que “A petición suya [de Trump], presento mi renuncia”.
En la misiva, reproducida por la cadena Fox News, el ex fiscal general indica que su salida fue solicitada expresamente. Pese a su lealtad con la Casa Blanca, se estima que había perdido la confianza presidencial.
La investigación que adelanta el fiscal especial, Robert Mueller, sobre la intromisión rusa en las elecciones presidenciales de 2016 ha llevado hasta el momento a una serie de cargos criminales contra varias personas que trabajaron con Trump.
(Con información de AP. AFP y DPA).
