Los esfuerzos en materia de investigación científica para producir una vacuna contra la Covid-19 para niños y adolescentes no cesan, tomando en cuenta que esta población puede hacer circular el contagioso virus.
Por ejemplo, investigadores de Stanford Medicine y Cincinnati Children’s Hospital, en Estados Unidos, anunciaron el inicio de pruebas con la vacuna de Pfizer/BioNTech en niños de entre 2 y 5 años de edad.
Estos ensayos en última instancia incluirán a niños de entre 6 meses y 12 años. Ya el mes pasado, los laboratorios Pfizer/BioNTech anunciaron que su vacuna contra el SARS-CoV-2 demostró una eficacia del 100% en jóvenes de entre 12 y 15 años.
Actualmente, no existe una vacuna para menores de 16 años, ya que la de Pfizer/BioNTech está disponible para personas de 16 años o más, mientras que otras, como la de Moderna, están disponibles para mayores de 18 años.
El pediatra infectólogo Javier Nieto calcula que, al ritmo actual, para el primer cuatrimestre de 2022 habrá suficiente data que demuestre la seguridad y la eficacia de estas vacunas. En palabras del especialista, a pesar de que el niño no ha jugado un rol protagónico en la pandemia, podría convertirse en un transmisor dinámico de la enfermedad en los adultos.
“Los niños pueden ser portadores del virus y transmitir la enfermedad. Mientras haya poblaciones susceptibles, como la población pediátrica, no va a poder ser erradicado de la faz de la tierra”, dijo.
Recordó que la Covid-19 tiene la particularidad de adaptarse. Por ejemplo, dijo que en Reino Unido e Israel, donde se avanza muy bien con el proceso de inmunización, el virus buscó a niños y jóvenes como otro nicho donde refugiarse y crecer.
“Este virus será eliminable pero no erradicable. Y hay que recordar que no se aisla solo en humanos sino también en los animales, por lo que hay que tener coberturas de vacunación alta”, acotó el pediatra infectólogo, quien planteó que mientras más personas sean inmunizadas más posibilidades habrá de eliminarlo.
Otras vacunas
Respecto a otras vacunas para la población pediátrica, como la de Moderna, se anunció que empezaron a inyectar su suero a los 6 mil 755 niños de Canadá y Estados Unidos que participan en KidCOVE, la versión infantil de su vacuna.
Se trata de niños de entre seis meses y 12 años, probando distintas cantidades del fármaco.
En tanto, el duó AstraZeneca/Universidad de Oxford ya cerró el reclutamiento para la primera parte de su vacuna. Son 300 niños y adolescentes de 6 a 17 años. Han empezado ya a vacunar al subgrupo de 12 a 17 y más tarde lo harán con los más pequeños. A la mayoría le darán la misma dosis que reciben los mayores.
Científicos como Eduardo Ortega, parte del equipo que asesora al Gobierno en el tema de vacunas, han planteado que el problema de no vacunar a los niños es que el virus puede mutar en este grupo de edad y usarlo como reservorio. “La idea es vacunar a todo el mundo en el menor tiempo posible. Mientras el virus circula puede mutar, variar y saltar a otra población”, manifestó.
En el país, de los más de 360 mil casos detectados de la Covid-19, cerca de un 15% corresponde a la población de niños y adolescentes. Incluso, se han reportado 15 decesos en la población menor de 10 años de edad.
En lo que va de la pandemia, varios niños han desarrollado el síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico. Los principales síntomas son fiebre, adenopatías (inflamación de los ganglios), dolor abdominal, diarrea, vómito, inyección conjuntival (enrojecimiento de la parte blanca del ojo) y erupciones que aparecen en la piel.
El más reciente informe de actualización epidemiológica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) precisa que 22 países de América notificaron, en total, 4 mil 960 casos confirmados acumulados de síndrome inflamatorio multisistémico en niños y adolescentes; además, 111 decesos.
La OPS sugiere considerar con especial atención la ocurrencia de cambios en los patrones clínicos: desde una enfermedad leve hasta presentaciones de mayor gravedad o severidad, como por ejemplo, el aumento de los casos del síndrome inflamatorio multisistémico. En Panamá se han reportado 81 casos acumulados y dos muertes por este síndrome.