Mientras el régimen de Nicolás Maduro celebra la victoria en las elecciones parlamentarias celebradas en Venezuela el pasado domingo, el rechazo internacional a dicho proceso es cada vez más fuerte.
El Partido Socialista Unido de Venezuela y sus aliados obtuvieron el 67.6% de los 5,264,104 votos contabilizados en un primer boletín por el Consejo Nacional Electoral (CNE), bajo el control del régimen chavista.
Según el mismo CNE, la abstención en el proceso –para el que estaban convocados más de 20 de los 30 millones de habitantes del país –llegó al 69%.
Y es que los principales partidos políticos de oposición, encabezados por el presidente encargado, Juan Guaidó, tildaron las elecciones de fraude y llamaron a la población a quedarse en casa. “No hubo una elección ayer”, dijo Guaidó en rueda de prensa el lunes.
También ayer, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, reiteró que Washington “seguirá reconociendo” a Guaidó como presidente interino. “La comunidad internacional no puede permitir que Maduro, que está en el poder de manera ilegítima porque robó las elecciones de 2018, se beneficie de robar una segunda elección”, advirtió Pompeo.
Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Panamá y la Organización de Estados Americanos (OEA) desconocieron los comicios el domingo.
El gobierno británico indicó ayer que “no reconocerá la legitimidad” de esta nueva Asamblea Nacional surgida de “elecciones profundamente defectuosas” y reiteró su apoyo a Guaidó.
En tanto, la Unión Europea dijo que el domingo no hubo “estándares internacionales mínimos” y, por tanto, el bloque “no puede reconocer este proceso electoral como creíble, inclusivo o transparente”.