La policía dispersó ayer una manifestación encabezada por el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, para demandar el cese de la usurpación del régimen de Nicolás Maduro a través de elecciones libres.
Miles de personas comenzaron a marchar con Guaidó a la cabeza en Caracas, pero cuando apenas habían recorrido unas pocas cuadras, una barricada de policías con equipos antimotines les cortó el paso por una calle, mientras que un carro blindado bloqueó otra avenida.
“Este piquete no representa a Venezuela. Este piquete representa la dictadura”, gritó Guiadó ante las fuerzas de seguridad. Cuando quiso dialogar con los agentes, estos dispararon gases lagrimógenos y la multitud empezó a alejarse rápidamente del lugar. Algunos jóvenes con el rostro cubierto lanzaron piedras y palos contra los efectivos.
“Ya llegará el momento, más organizados (...) de llegar a donde tenemos que llegar”, dijo minutos después Guaidó, desde la plaza Alfredo Sadel, cercana a los incidentes, descartando que la marcha intentara seguir hacia el Palacio Federal Legislativo, en el centro de la capital, punto de destino de la marcha .
Guaidó, también presidente de la Asamblea Nacional, prometió apoyar todas las movilizaciones de sindicatos de trabajadores y estudiantes. “No hay que tener miedo... Este pueblo no tiene miedo, este pueblo no va a retroceder... Este no es un país de esclavos”, arengó.
Como ocurre con cada protesta contra el régimen, este realizó simultáneamente una “contramarcha” en el centro de Caracas y allí el oficialismo repudió a Guaidó como “traidor” a la patria.
