El movimiento Jóvenes Unidos por la Educación se pronunció ayer ante los “resultados desalentadores” de Panamá en la prueba internacional PISA 2018.
Mediante un comunicado, el grupo expresó que esta prueba dejó en claro que no haber participado en los últimos 10 años fue perjudicial para la toma de decisiones efectivas en materia educativa.
Aseguran que los resultados que alcanzaron países hermanos —el caso de Costa Rica y Colombia— demuestran que, de haber tenido datos precisos para enfrentar estas deficiencias, se habría podido mejorar.
Panamá quedó en el puesto 71 de 77 países que participaron en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), conocido como PISA, por sus siglas en inglés.
En América Latina, Panamá quedó solo por arriba de República Dominicana, y junto a Marruecos, Líbano, Kosovo y Filipinas.
Es por eso, reiteraron los miembros de Jóvenes Unidos por la Educación, que en repetidas ocasiones han dejado en claro la necesidad de evaluar el desempeño del sistema educativo a través de pruebas nacionales e internacionales.
En el comunicado también señalan que esperan “conocer los resultados de PISA D, que se enfoca en los jóvenes que han abandonado el sistema escolar, para saber la realidad de las limitaciones de nuestra juventud”.
También consideraron crucial que estos resultados se vean como retos “y usarlos como una herramienta para trazar una hoja de ruta que nos permita avanzar por el camino correcto, desde la perspectiva del diagnóstico y de la situación real” de la educación del país.
En ese sentido, expresaron que lamentarse por los resultados o hacer críticas en comparación con otros países no mejorará el sistema de educación que tiene el país, porque esto solo se logra con cambios profundos de la estructura educativa.