Antes, el robo al Estado no era potestad de todos. Pero hoy día, se ha “democratizado”, y el Tesoro Nacional es ahora el botín de los “elegidos”. Los expresidentes panameños, por ejemplo, han debido haber ahorrado mucha plata, pues no conozco a ninguno que trabaje, salvo administrando su fortuna –o sus ahorros–, como diría la desaparecida protagonista de la novela de los “durodólares”.
Unos pocos gozaban del privilegio de quedarse con dinero del Estado. Estaba limitado a las autoridades más altas del Ejecutivo y a sus allegados. Pero la frontera fue movida. El expresidente Varela, creyendo que era buena idea repartir entre las autoridades locales el dinero del Impuesto Único sobre Bienes Inmuebles –a través de la Ley de Descentralización– para inversiones comunitarias, solo logró empedrar el camino al infierno o democratizar el robo.
La pandemia ha sido la excusa para tomar el dinero de la descentralización y destinarlo a “gastos administrativos”, es decir, para emplear más clientes durante la pandemia. Y ello incluyó tomar su parte del botín, pues los más descarados decidieron que su corregimiento o distrito no estaba en Panamá, sino en Yucatán, por lo que tenían que crear o subirse los gastos de movilización a niveles estratosféricos.
Ahora tenemos representantes y alcaldes con ingresos que doblan los del presidente de la República. Pero comparemos sus emolumentos con los de sus colegas en otros países. Hago la salvedad de que son cifras de 2019, antes de la pandemia, y que estos alcaldes figuran entre los mejor pagados del mundo. Encabeza la lista el de San Francisco (Estados Unidos), con $25 mil al mes, y el de Nueva York, con $21 mil 570 mensuales. Le siguen los de Berlín ($15 mil 400) y Londres ($14 mil 700).
El alcalde de la ciudad de Panamá, José Luis Fábrega, se embolsa $12 mil 250 al mes. Eso es $2 mil 450 menos que el alcalde de Londres y superior o similar a lo que ganan los alcaldes de Roma ($10 mil 890) y París ($12 mil 265), y algo más que el gobernador de Tokio ($13 mil 640). Pero, según Fábrega, sus ingresos le parecen aún insuficientes.
Lo mismo ocurre con los alcaldes de Colón, Alex Lee; de San Miguelito, Héctor Valdés, y de Arraiján, Rollyns Rodríguez, todos con ingresos de hasta $10 mil 850. En el caso de los representantes, hay otros descarados, que deberían estar en los Guinness World Records, pues seguramente nadie con cargos similares en todo el mundo les gana.
Dos representantes de Colón: Luis Díaz (Buena Vista) y Edgar Góndola (Cristóbal), se pone cada uno en su respectivo bolsillo $13 mil 750 mensuales y $13 mil 250. Eso es más o parecido a lo que ganan los alcaldes de Roma, París y Londres y el gobernador de Tokio. Me quito el sombrero ante la majestuosa ignorancia, petulancia y egolatría de nuestros bribones locales.
